Dormir desnuda implica una sensación de liberación y bienestar la cual se logra llevando ni la más mínima prenda. Por ello, cuando una mujer prefiere meterse a la cama en completa desnudez, se dice que es una persona conforme con su propio cuerpo, dispuesta a enseñar sus formas y feliz de poder compartirlo con quien ella elija, como su pareja.
El contacto del cuerpo con las sábanas al dormir desnuda también influye a la hora del sexo. Esa sensación de libertad promueve las ganas de tener relaciones y que aumente su libido por las mañanas al despertar, sintiéndose más sexy y provocativa.
De hecho, una recomendación de los terapeutas de pareja para reavivar la intimidad es dormir desnudos, la sensación del contacto con la piel de ambos puede favorecer su vida sexual, incrementar el deseo y reforzar la cercanía.
En este sentido, abrazarse por más de 30 segundos aumenta el nivel de oxitocia, anticipándonos al sexo, según un estudio de la Universidad de Harvard, por lo que abrazar desnuda a tu pareja te permitirá disfruta su olor, la sensación de estar con él y relajarte.
Asimismo, de acuerdo con Andrea Kuszewski, Terapeuta de Bostón, observar una imagen de una persona desnuda libera una rápida cantidad de dopamina y oxitocina, pero si además prolongas la escena, el efecto dura más tiempo, lo cual es ideal como preámbulo a la intimidad.
Otra razón para que elijas dormir desnuda es que ayuda a tener una mejor salud, tal como lo explican investigadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Georgia, quienes aseguran que acostarse de esa manera puede ser realmente liberador tanto para el cuerpo como para la mente.
De acuerdo con la especialista Lisa Shivers, dormir desnuda es lo mejor para mantener una buena salud en las zonas íntimas, ya que ciertas prendas durante el sueño pueden generar calor y roce en la piel de los genitales, lo que provoca irritaciones e infecciones urinarias, dado que se da lugar a la formación de bacterias.
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