jueves, 16 de febrero de 2023

«Me desnudaron y amenazaron»: mafias de extorsión operan en baños de centros comerciales

 

Roison Figuera|Febrero 15, 2023

Hasta $1.000 piden las mafias que se dedican a la extorsión en baños de centros comerciales. El modus operandi de estos grupos es seducir a los hombres que entran, ofreciéndoles relaciones íntimas y, luego, accedan o no a sus insinuaciones, se identifican como supuestos funcionarios de organismos de seguridad del Estado y amenazan con llevarlos detenidos.

Activistas de la comunidad Lgbti comentan a TalCual que desde el 2022 están organizados para atender denuncias de víctimas. Los casos recientes y más sonados ocurrieron en recintos comerciales, pero también han recibido reportes similares de Parque Los Caobos, El Calvario y Parque Central. En abril de 2022 fue desarticulada una banda que operaba en los baños masculinos del Centro Comercial Sambil


Los baños masculinos del centro comercial Metrocenter, en Caracas, se convirtieron en el lugar de operaciones de una mafia dedicada a la extorsión. El modus operandi del grupo es seducir a los hombres que entran, ofreciéndoles relaciones íntimas y, luego, accedan o no a sus insinuaciones, se identifican como supuestos funcionarios de organismos de seguridad del Estado, los amedrentan y amenazan con llevarlos presos a menos que entreguen determinado monto en dólares. Según las denuncias, la cifra ha variado entre los $40, $50 y hasta $1.000


La tarde del 11 de febrero, dos integrantes de la mafia fueron detenidos en Metrocenter. Habían transcurrido unas 29 horas desde que Aquiles —declina dar a conocer su apellido por temor a represalias— cayera en el accionar del grupo delictivo: fue desnudado, amenazado, hostigado y extorsionado.


«Yo había salido temprano a ver habitaciones porque me estoy mudando a una zona más céntrica. Soy de Valencia y estoy residenciado más al oeste de Caracas. Venía de ver una (habitación) en El Paraíso y cuando subí la (avenida) Baralt entré rápido a orinar y pasó todo lo que pasó. La peor hora de mi vida», relata el joven a TalCual.


Aquiles entró al baño y se dirigió a uno de los cubículos, cuya puerta no cerraba por falta de seguro. Una luz tenue, los espejos manchados y el hedor a orina son la marca de estos espacios. Desde afuera, un sujeto se le insinuó sexualmente, se le acercó y tocó sus partes íntimas sin su consentimiento.


«Sabes que este es un lugar público y lo que haces es penado», le dijo el hombre mientras lo tocaba. Seguidamente, Aquiles se percató de la presencia de otro sujeto que se mantenía oculto en un cubículo cercano. Ambos se identificaron como funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).


«Me revisan el teléfono, hacen que me desnude ante ellos, le toman fotos a mi cédula y a mí con ella. Luego de insultos, me sacan del baño, al menos vestido. Uno estaba delante de mí mostrando las esposas que tenía en la cintura y el otro estaba detrás».


Nadie dijo nada en el local, ni siquiera la mujer que estaba sentada en el pasillo del baño y cobra las colaboraciones por usarlos. En medio de los empujones, la mujer conversó con los supuestos funcionarios.


Aquiles fue llevado a las escaleras de emergencia del centro comercial. Los hombres lo desnudaron de nuevo, lo tocaron por todas partes con la excusa de que puede «tener droga» y le hablaron de supuestas leyes y normas que violaba. Le obligaron, además, a mirar aparentes manchas de sangre en las paredes que le dijeron pertenecían a «otros maricos» que han «encontrado en lo mismo».


Los supuestos funcionarios le pidieron una vacuna de 50 dólares para dejarlo ir. No tener el dinero fue suficiente para que Aquiles recibiera más empujones, gritos e insultos. No sabe cuánto tiempo pasó mientras estuvo en las escaleras de emergencia, solo le dijo a los dos hombres que no tenía cómo pagarles.


Lo dejaron ir pasada la 1:00 de la tarde, no sin antes amenazarlo de que si se cruzaban nuevamente les tiene que pagar.


Activismo contra mafias de extorsión

El 12 de febrero, en horas de la tarde, se conoció la detención de dos personas que integraban la mafia dedicada a la extorsión en Metrocenter. La aprehensión de los sujetos se logró gracias a la articulación de activistas de la comunidad Lgbti, y la posterior actuación de efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).


La abogada Richelle Briceño detalló que el Ministerio Público recibió una denuncia por estos hechos el viernes 11 de febrero. «Esto ocurrió cuando dos personas de la comunidad Lgbti comentaron en el grupo de activismo lo sucedido en Metrocenter».


En sus redes sociales, la activista detalló que la Fiscalía 98, en materia especial de la diversidad sexual, «ya está notificada de la denuncia y de la detención de los extorsionadores. Uno de ellos responde al nombre de Ricardo José Vásquez».


¿Cómo se articularon?

El viernes 11 de febrero, pasadas la 1:00 pm, Aquiles salió del centro comercial y avisó lo ocurrido en un grupo de activismo de la comunidad Lgbti. Dos horas después otro integrante hizo una denuncia similar.


La segunda víctima que hizo el reporte cuenta que se encontraba en Metrocenter junto a su pareja y su cuñado, que viajó desde el estado Guárico a Caracas por trámites personales.


Ingresaron al centro comercial y su cuñado avisa que iría al baño a orinar y cepillarse los dientes. Los otros jóvenes lo esperaban afuera.


«Vemos que en la puerta del baño mi cuñado está hablando con alguien (el supuesto funcionario), se acerca y me pide su bolso para sacar su cédula porque se la estaban solicitando. El supuesto funcionario dice un códigos, el 30-16, y se acercan otros dos supuestos funcionarios y nos preguntan si andábamos con él. Le dijimos que sí y nos dicen que estamos detenidos», relata el joven, que también pidió a TalCual mantener su identidad bajo reserva.


A los tres los llevaron a las mismas escaleras donde Aquiles había sido desnudado, hostigado y tocado sin su aprobación. Al joven procedente de Guárico lo acusaron de ser un estafador y de cometer actos lascivos en un baño público, pese a que se negó a las insinuaciones del supuesto funcionario.


«De tanto insistir en el baño, mi cuñado le dijo al hombre que respetara porque él no es gay y por ahí comenzó todo». Horas antes, a Aquiles le pidieron «al menos 50 dólares», a los jóvenes les exigieron 1.000 dólares.


Mientras que la primera víctima del día se fue sin pagar un centavo, a los segundos la banda sí les quitó el dinero que tenían –unos 70 dólares–, luego de permanecer durante varios minutos esposados y amenazados.


No es la primera vez

Moises Gálvez, integrante de la organización no gubernamental Género Conciencia, comenta a TalCual que ante la falta de iniciativa de las autoridades, el activismo se ha organizado para frenar a estas mafias dedicadas a la extorsión. Detalla que en abril del año 2022 se ejecutó la primera acción del activismo contra estas redes, pero en el Centro Comercial Sambil (municipio Chacao). También han recibido denuncias de hechos similares en el Centro Comercial El Recreo (municipio Libertador).


Gálvez detalla que aunque ahora se habla solo de los baños de centros comerciales, afirma que han recibido denuncias de El Calvario, Parque Central y Parque Los Caobos, en el oeste de Caracas.


Explica que agentes policiales también aplican el mismo modus operandi o se acercan a parejas homosexuales para extorsionarlas y pedirles dinero «a sabiendas de que la homosexualidad no es ilegal y usando artículos fuera de contexto para hacer sentir miedo bajo una figura de poder».


El activista destaca que, pese a que se han presentado denuncias ante el Ministerio Público (MP), no han sido resueltas porque el órgano de investigación, ya sea el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) o la Policía Nacional Bolivariana no inician las investigaciones para dar con estas mafias, sino hasta que por la propia actuación de los activistas organizados, la Policía captura al victimario.


«Por eso nos hemos visto en la obligación de investigar por nuestros propios medios», admite Gálvez. «Ahí es cuando los convocamos (a la Policía), actúan y es cuando los detienen».


Hasta la publicación de esta nota, los activistas no han logrado determinar si los extorsionadores son, efectivamente, funcionarios de algún organismo de seguridad del Estado».

Tomada de:TalCualDigital

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