Para que no se equivoquen, les adelantamos que la idea y su promoción no son obra de talibanes afganos barbudos, príncipes saudíes estrechos o fanáticos islámicos obsesionados con el sexo y propensos a la lapidación.
"El recato siempre ha sido importante para mí, porque creo que nuestra sexualidad es un regalo", comenta al británico Daily Mail la diseñadora Crystal Huyben, una mujer de 27 años, oriunda de Ontario, Canadá, orgullosa de sus convicciones cristianas.
Huyben se cansó de que en su adolescencia debiera andarse escondiendo en la alberca de aquellos que no le quitaban la vista de su cuerpo, por lo que decidió confeccionarse su propio traje de baño y hoy cuenta con su propia línea de trajes "recatados".
Estos bañadores cubren los muslos, el vientre y la zona del busto, apartando así, cualquier tipo de mirada lujuriosa en la playa.
"Yo elijo cubrirme porque quiero glorificar a Dios con mi cuerpo, y quiero cuidarme para mi futuro esposo, si algún día me caso", explica Huyben en su sitio web, en el que se pueden hacer los pedidos de su línea de ropa.
Entre sus clientas, a diferencia de lo que se pueda creer, no son solo hay mujeres comprometidas con su religión, sino también personas sensibles al sol o que necesitan tallas grandes de trajes de baño para sentirse cómodas en la piscina.
De esto, al "burkini", sólo hay un paso.
Globovisión/Periodista Digital
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