La colección otoño-invierno de la diseñadora venezolana se forjó a partir de la adaptación que el músico contemporáneo británico Tom Hodge creó por encargo de Herrera a partir de la sonata Kreutzer para piano y violín del compositor alemán.
Con el trabajo del productor español Javier Peral, el resultado fue una pieza llamada Capriccio for Carolina que destila un ambiente new age más allá de su clasicismo romántico.
"Es una colección muy femenina. Tiene el drama, el romance, la melancolía de la música, con unos colores que empiezan suaves y después van in crescendo, como la pieza en que se basa", explicó Herrera a Efe antes del desfile, que mostró una paleta muy variada, desde los marrones del comienzo hasta diversos grises, y rojo y marfil para los trajes de noche.
Además de estampados en dalias de diversos colores, había geometrías y bandas de colores, junto con abrigos con dibujo en espiga. También hubo detalles como lazos en el cuello, igual que apliques de piel en cinturas, cuellos y hasta en un escote "palabra de honor".
Algunas faldas llegaban hasta el suelo y trajes sastre complementaban a los vestidos y trajes, siempre por debajo de la rodilla. Los trajes de noche, a veces muy cerrados y con mangas, y a veces con tirantes cruzados al frente, fueron fieles a la elegancia clásica que han dado fama a la firma.
"Creo que en una colección tienes que tener un poco de variedad, y sobre todo en el invierno me gusta un poco de color, porque está todo muy negro y muy gris", añadió Herrera.
En cuanto al calzado, dominaron los zapatos abiertos de tacón y plataforma muy altos y diseño refinado, frente a las botas o los zapatos cerrados de otras propuestas.
El desfile acogió a invitados famosos, como la actriz española Paz Vega e Ivanka Trump.
Carolina Herrera, nacida en Caracas en 1939, aseguró que aún quiere hacer "cantidades de cosas", porque "la moda es un misterio tan grande que nunca termina".
"Tengo miles de proyectos y hay muchísimas cosas que quiero hacer, pero no las voy a decir, para que se den", recalcó para evitar avanzar detalles de sus ideas para el futuro.
El desfile de Carolina Herrera fue lo más destacado ayer en esta Semana de la Moda de Nueva York, que entró este lunes en su segunda mitad tras superar las complicaciones de la tempestad de nieve del pasado viernes.
También desfiló ayer Pamella Roland, quien en solo diez años en el negocio se ha convertido en una de las favoritas de las estrellas de Hollywood, y que mostró vestidos de ricos brocados dorados y negros o estampados negros de abigarrados motivos florales sobre fondos ligeros de azul.
También llamaron la atención una falda amplia con estampado de esculturas de la Grecia clásica y un vestido con espalda abierta en forma de lágrima invertida.
Otros desfiles interesantes de la jornada fueron los de Kaufman Franco, Maison Martin Margiela y la irreverente Betsey Johnson.
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