Joaquín Oliver, joven venezolano asesinado en el tiroteo en una escuela de Florida, EE UU, no fue el único emigrante de venezolano víctima en la tragedia. Daniela Menescal Guariguata, Nicole Carrillo y Mónica Kelly, son algunos de los jóvenes venezolanas que vivieron el momento de terror en la escuela.
Daniela estaba en un salón de clases en el primer piso del edificio cuando ocurrió el tiroteo. Estudia en esa institución desde octubre de 2014 cuando llegó de Venezuela junto a su familia. Se mudaron a Florida huyendo “de la inseguridad, mis papas buscando lo mejor”.
La joven contó que al escuchar los disparos su maestra cerró la puerta y se agachó a un lado de su escritorio mientras ella y otros compañeros se refugiaron en una esquina del aula.
“Cuando llegó el tirador y empezó a dispararnos, rompió el vidrio de la puerta, entonces las balas llegaron a donde yo estaba resguardada. Me asusté bastante. Luego sentí el disparo en la espalda, pensaba que era mentira”, recordó.
La joven logró salir por sus propios medios para luego ser ingresada de emergencia al hospital pero no todos sus compañeros lograron salir con vida. “Yo quería saber si había alguien más herido. Había dos personas en el piso, a quienes les habían disparado directamente, y solo ahí supe que algunos de mis compañeros no pudieron pararse más”.
Laura Guariguata, , madre de Daniela, contó que su hija no le entró ninguna bala directamente y que las tres hridad son de esquirlas, que aún tiene dentro de su cuerpo.
Dina Messes, madre de Sofia otra venezolana que sobrevivió el ataque, recordó los aterradores momentos. “Mi hija me dijo que no la fuera a buscar, porque había tiros”, contó.
Unos días después de la tragedia la joven relató los minutos que vivió en su escuela. “Acababa de salir de un examen y suenan tres disparos, todo se quedó en silencio hasta que se escuchó una rafaga”.
Sofía comentó que conocía al venezolano que falleció en el tiroteo debido a que compartían una clase juntos.
“Mi hija me llama llorando, diciendo que un hombre esta disparando dentro de la escuela (…) Realmente no sé lo que pasó, no entiendo como una persona de 19 años con los problemas que tenía, pudo comprar un arma”, comentó Mónica Kelly, madre de Nicole, otra sobreviviente del ataque.
Las madres de los jóvenes coinciden en el difícil momento en que viven. Recordaron que emigraron de Venezuela por la seguridad de sus hijos, sin embargo una de ellas es enfática en su decisión de que su hija siga estudiando en la misma institución, a pesar de la tragedia vivida.
Cort. El Nacional con información de Samarium
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