Analítica6 febrero, 2025
La reciente reunión del gabinete ejecutivo del presidente de Colombia, Gustavo Petro, evidenció las terribles debilidades de su gobierno y liderazgo.
La decisión de la incorporación del polémico exembajador en Caracas, Armando Benedetti a su equipo de Gobierno y la designación de la poderosa Laura Saravia, su mano derecha, al frente de la Cancillería, ha ocasionado un rechazo en parte de su tren ministerial, encabezado por la vicepresidenta Francia Márquez, quien dejó sus diferencias marcadas en forma explícita y frente a las cámaras.
La gestión de Petro parece estancada, imposibilitado de avanzar en las grandes reformas que propuso en campaña. También la búsqueda de la paz se ha estancado, con la paralización de los diálogos de paz con el ELN y los hechos del Catatumbo dejaron evidencia su errática política de seguridad.
Ahora el mandatario, casi a diario emite mensajes de confrontación contra el presidente Donald Trump, a pesar de que Colombia ha sido uno de los aliados más importantes de los EEUU en el continente. Las cosas no lucen bien para el mandatario ni para su bloque político y todavía le queda año y medio de gestión.
Tomada de: analitica
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