Hay una alta probabilidad de un eventual cambio de gobierno ante la presión que ejercen el PSUV y el sector militar, indica Nomura
BLANCA VERA AZAF
La firma japonesa Nomura señala en su informe más reciente que los datos que manejan y los hechos que observan en Venezuela "muestran que hay una fase de empeoramiento de la crisis económica y social". Perciben los saqueos como un indicativo de que cada vez hay más inflación y menos producción de comida, "lo que conduce a un circulo vicioso".
Según el informe, el "estrés económico" no cesa en el país y los intentos de saqueo han aumentado a 381 mensuales en el primer semestre, 249 más que los ocurridos en igual período de 2015, cuando hubo 132. "Esto coincide con el hecho de que al cierre de mayo las protestas por alimentos aumentaron tres veces con respecto al mismo mes del año anterior".
Nomura califica de "notable" el deterioro entre marzo y junio. Añade que no se trata solo de los saqueos, sino de que cada vez son más violentos -incluso con muertes- y se han expandido por todo el país. Apunta que el índice anualizado de inflación está cerca de los cuatro dígitos, que coloca a la economía venezolana en el "umbral de la hiperinflación". "La producción de insumos, según la Cámara Venezolana de Alimentos, muestra una caída de 25% entre enero y junio de 2016 con respecto al igual período del año pasado.
Refiere que los escenarios analizados implican la existencia de un "ambiente social explosivo" y un equilibrio inestable para la gestión del presidente Nicolás Maduro. "No ha habido ningún progreso sustantivo hacia la transición política. Sin embargo, asumimos que hay una alta probabilidad de un eventual cambio de Ejecutivo ante la presión que ejercen el PSUV y el sector militar".
El gobierno de Maduro no es capaz de evitar las elecciones por venir, dado el aumento del voto castigo contra los candidatos pesuvistas, lo que se traduce en un apoyo mayoritario a la oposición.
La empresa nipona señala que el referéndum revocatorio es inviable en este momento para la transición política, debido a las barreras administrativas que retardan y ponen en peligro el proceso. Ante esto se requiere -afirman- que haya una fuerte presión sobre el Consejo Nacional Electoral.
Fuente: El Nacional
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