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Unos 20 médicos venezolanos se incorporaron a la misión del barco hospital de la marina estadounidense que se dirige a Riohacha para atender a unas 7.000 personas de las provincias colombianas y también para atender a los venezolanos que han emigrado por las fronteras y están impactando el sistema de salud del país vecino
Cuando se definió el recorrido de la nueva misión humanitaria del buque hospital estadounidense USNS Comfort por cuatro países de Latinoamérica –sexta vez que brinda asistencia en la región- ningún puerto de Venezuela estaba incluido en la ruta. Sin embargo cuatro meses atrás el Comando Sur de la Marina estadounidense incluyó dentro de su planificación hacer una convocatoria a la Asociación de Médicos Venezolano-Americanos (VAMA, por sus siglas en inglés -Venezuelan American Medical Association) para que formara parte del equipo voluntario que se iba a unir a la tripulación.
El requerimiento era muy claro: médicos venezolanos de cualquier especialidad, que ejercieran o no, pero que tuvieran estatus de residente legal en Estados Unidos. El vicepresidente de VAMA, Rafael Gottenberg, explicó que desde que recibieron la invitación y enviaron la convocatoria a su base de datos, la respuesta fue inmediata: llegaron más de 2.000 aplicaciones de médicos que solicitaron entrar al programa. Pero solo 20 de ellos fueron elegidos.
Por eso cuando una médico internista e infectóloga –quien solicitó la reserva de su nombre- recibió en su correo la respuesta de que había sido aceptada dentro de ese restringido grupo, se le dibujó una sonrisa en el rostro que aún mantiene. Tres años sin ejercer, sin ponerse la bata blanca, sin atender pacientes, la razón de ser a la cual le dedicó 15 años de su vida en Venezuela antes de mudarse a Estados Unidos.
“Fue demasiado emocionante porque aunque tengo tres años aquí (en Estados Unidos) sé todo lo que pasa en Venezuela día a día. Mi familia está allá, mis pacientes aún mantienen contacto conmigo y me cuentan por todo lo que tienen que pasar. Trabajar como médico en la misión me permite retribuir a mi país apenas una parte de lo que soy a través de mi carrera”, dice la doctora.
El Comando Sur de la Marina de Estados Unidos había informado a través su portavoz, Raymond Sarracino, en un comunicado publicado a mediados de agosto, que el buque hospital USNS Comfort realizaría esta gira a solicitud del gobierno colombiano, principal país receptor de la oleada de personas que salen por la frontera debido a la crisis económica, sanitaria y alimentaria del país, para ayudar en la atención médica a los más de 850.000 venezolanos que han llegado a territorio colombiano en los últimos tres años.
El vicepresidente de VAMA ratificó que el enfoque de la convocatoria se enmarcaba en la crisis humanitaria de Venezuela. “Por eso la invitación se extendía a todas las especialidades (médicas) para poder atender a más personas, según la situación que se pueda encontrar. Creo que por eso también hubo tanta receptividad en los médicos porque todos manifestaron que sería un gran orgullo ayudar desde donde estén”, dijo Gottenberg.
El secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, también había especificado en agosto durante una rueda de prensa en Washington, que uno de los objetivos de la misión era la atención de salud en el contexto de la crisis venezolana. “Sabemos que el sistema de atención médica de Colombia no puede agregar un millón de personas en una parte del país sin afectar al resto. Es imposible. Así que vamos a ir”.
Desde el inicio, el programa contemplaba que el barco estaría en Colombia por más tiempo que en los otros países: permanecería 18 días y atracaría en dos puertos, Turbo y Riohacha. El recorrido también contemplaría una visita a Honduras, Ecuador y Perú, estos dos últimos países también en pleno proceso de enfrentar la emigración de venezolanos, que según datos estimados de la Oficina Internacional de Migraciones de la ONU ronda los 2,5 millones de personas en los últimos cinco años.
El barco zarpó el 11 de octubre desde Norfolk, Virginia en la misión denominada “Promesa Perdurable” pero no todos los médicos harían el recorrido completo del buque porque en el caso de los profesionales venezolanos algunos llegaron vía aérea a Colombia y se incorporaron en ciudades específicas, como fue el caso de los especialistas en infectología, ya que la cantidad de pacientes que se registraron con enfermedades de este tipo obligó a que un grupo de médicos tuviera que llegar primero a Maicao, ciudad fronteriza con Maracaibo, y luego seguir hasta el puerto de Riohacha donde está anclado el barco, que tiene capacidad para atender 750 pacientes y realizar unas 20 cirugías por día. El buque Comfort está equipado con 12 quirófanos, 1.000 camas, servicios de rayos X y laboratorios.
En busca de salud por tierra o por mar
Mientras se hacía el anuncio oficial de la gira del USNS Comfort, el Gobierno venezolano recibía con honores militares al buque hospital chino Arca de Paz, que atracó en el puerto de La Guaira el 22 de septiembre.
El barco chino fue recibido por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, quien aseguró desde el mismísimo puerto que “el buque hospital chino Arca de Paz va a estar atendiendo pacientes de todas las nacionalidades aquí, 1.200 colombianos van a ser atendidos”.
Al día siguiente, una larga cola de pacientes muy venezolanos llegaron a la entrada del puerto para buscar atención médica o tratamientos para patologías tan diversas y complejas, que la capacidad de atención del equipo médico chino se hizo insuficiente. Las exigencias de las personas desbordaron la logística para poder obtener medicamentos, hacerse exámenes especiales o de laboratorio o buscando un turno quirúrgico que en los hospitales locales no habían conseguido.
El buque chino solo permaneció en el país la última semana de septiembre pero durante ese tiempo, la sola mención de que el buque hospital gringo se acercaría a aguas venezolanas a mediados de noviembre generó que el Gobierno venezolano lo calificara como “una amenaza y una forma de injerencia extranjera”. Incluso el presidente de Bolivia, Evo Morales, dijo que era una “invasión encubierta” de Estados Unidos en la región.
Después de un mes de travesía, el Comando Sur de la Marina estadounidense informó a través de su cuenta Twitter que el buque hospital gringo había llegado el 15 de noviembre al puerto de Turbo en Colombia, donde estará por siete días y el martes 20 saldrá con destino a Riohacha, puerto en el que permanecerá por once días más.
Las autoridades colombianas estiman que alrededor de 7.000 personas provenientes de los municipios de Turbo, Apartadó y Mutatá podrán ser atendidos en el buque Comfort y aunque no hace distinción si se trata de ciudadanos colombianos o esta cifra incluye a los venezolanos que viven en esas zonas, el plan de atención contempla que la tripulación de 200 médicos, enfermeros y técnicos militares de Estados Unidos trabajarán a bordo junto a médicos de Colombia, otros de la Armada de Chile, más los 60 voluntarios de organizaciones no gubernamentales, entre ellos los venezolanos que representarán uno de los brazos de ayuda para atender a sus connacionales.
A pocos kilómetros de las aguas colombianas donde el barco hospital gringo lleva a cabo su misión, el buque chino Arca de la Paz también hace lo propio pero esta vez en el puerto del sur de Guayaquil, en Ecuador, donde permanecerá hasta el próximo 22 de noviembre.
Cortesía: TalCualDigital
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