sábado, 15 de diciembre de 2018

Juegos de Guerra / Javier Ignacio Mayorca 13dic2018


Maduro prepara la escena para su (re)toma de posesión, atrincherado atrás de una FAN mermada y con aliados militares que vienen del otro lado del mundo. En el imaginario belicista del mandatario, los primeros tiros no serían para Estados Unidos


A menos de un mes de la retoma de posesión por parte de Nicolás Maduro, el país es utilizado como escenario de unos juegos de guerra en los que, por primera vez durante este período, participan fuerzas armadas de países abiertamente hostiles a los intereses de Estados Unidos en la región, en acción combinada con los componentes militares venezolanos.

Para la puesta en escena trajeron dos bombarderos con capacidad atómica Tupolev TU-160 BlackJack, junto a un jet de pasajeros Ilyushin Il-62 y un carguero Antonov AN-124 capaz de trasladar hasta 150 toneladas. Poco o nada se conoce sobre lo que pudo ser traído en las bodegas de esta aeronave.

La posibilidad de llevar a cabo ejercicios combinados entre fuerzas aéreas tan dispares como la rusa y la venezolana fue mencionada por primera vez en agosto. Sin embargo, fue hasta la segunda quincena de octubre cuando, según fuentes militares, comenzaron verdaderamente los preparativos de esta actividad. Todo con miras en el lapso post electoral, que ahora atravesamos.

Los llamados “Vuelos operativos Venezuela-Rusia” son en realidad un costoso mensaje, enviado a Washington y, especialmente, a los gobiernos sobre los que recaerían las primeras retaliaciones en un escenario de confrontación bélica: Colombia y Brasil, en ese orden

Si el BlackJack es capaz de llegar a Florida en poco más de una hora, gracias a que desarrolla una velocidad máxima de 2.000 kms/hora, estaría en cielos colombianos y brasileños en menos de veinte minutos, tras un despegue desde Maiquetía. Una perspectiva que desde luego ya deben estar considerando los presidentes Duque y Bolsonaro.

Los Tu-160 han sido utilizados en por lo menos seis vuelos de provocación a fuerzas militares de occidente durante los últimos tres meses, declaró el ex funcionario del Pentágono Mark Schneider, especializado en sistemas de armas rusos, al portal freebeacon.com. El más reciente fue reportado cerca de Noruega, y ocasionó una persecución por bombarderos de ese país y Gran Bretaña sobre el Mar Báltico.

La retórica pacifista en la que los portavoces militares venezolanos intentaron envolver la llegada de estos bombarderos para nada oculta lo que verdaderamente es: una amenaza que, incluso, podría en lo inmediato ocasionar una carrera armamentista en la región, siguiendo el precepto clásico según el cual siempre es necesario “prepararse para lo peor”. No se olvide que desde el gobierno de Andrés Pastrana Colombia se transformó en el principal receptor de ayuda militar estadounidense en las américas.

Así lleva Maduro al país para el próximo 10 de enero. Los venezolanos generalmente hemos dado poco crédito a la verborragia oficialista, en especial cuando se ha tratado de amenazas proferidas a los vecinos. Veíamos como fanfarronadas cuando el diputado Carreño declaraba sin pudor alguno sobre cuánto tiempo tomaría un misil venezolano en llegar a Bogotá. Esta posición no se modificó ni siquiera cuando supimos que los ejercicios militares Independencia tenían como supuesto fundamental que los primeros teatros de operaciones durante un hipotético conflicto estarían frente a los departamentos Norte de Santander, Arauca y Roraima.

Ahora, los hechos indican que esto escaló. Con la llegada de los TU-160, lo que era visto como un escenario muy lejano, y en todo caso manejable, se ha transformado en una posibilidad cierta, que trasciende a lo meramente hipotético.

El mensaje transmitido por una comisión de 100 militares encabezada por el comandante de la Aviación Estratégica rusa, general de división Sergey Kobylash, es de abierto respaldo a un gobierno que a partir de la segunda semana de 2019 entrará en una espiral de desconocimiento internacional

Estos ejercicios combinados entre las aviaciones de Rusia y Venezuela deben leerse también en el contexto de las alianzas que Maduro intenta forjar a paso redoblado, entregando a cambio las riquezas del subsuelo patrio. Por eso vinieron al país el presidente de la cosmética Asamblea Popular Suprema de Corea del Norte, Kim Yong-nam, y el Primer Mandatario de Turquía Recepp Tayik Erdogan, país que de la noche a la mañana se transformó en soporte fundamental del programa Clap. Antes, un barco-hospital de la marina china hizo una simbólica parada en La Guaira, y se espera que en los próximos días se concrete el viaje a costas venezolanas de dos destructores iraníes.

Esto solo anuncia conflictos, de una magnitud que hasta ahora no conocemos. La “revolución” hace tiempo que perdió su carácter pacífico, y ahora es claramente armada.

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