Eran otros tiempos cuando los venezolanos sabían que existía un Instituto Nacional de Estadísticas que hacía censos cada cierto tiempo y publicaba oportunamente la radiografía del país. Eran datos confiables y serios que tenían como finalidad orientar las políticas públicas para el beneficio de todos.
Cifras sobre pobreza, fuerza laboral, condiciones de viviendas, población joven y tantas otras cosas de interés para los estudiosos de las universidades y para el Estado.
Ahora el cuento es otro. No solamente se hacen censos de acuerdo con el antojo del mandante para saber cuántas casas vacías hay, sino que el otrora respetado INE se aventura a decir que la pobreza disminuyó en 2018.
Casualmente los chavistas, tan dados a rebautizar todo, a este instituto no le cambiaron el nombre. Sigue siendo el mismo INE que internacionalmente se ha reconocido como organismo estadístico venezolano, así que lo que diga va respaldado por su trayectoria.
Cuando el INE publica al fin que en 2018 el porcentaje de pobreza extrema estructural fue de 4,3, y que disminuyó desde 2017, debería ser creíble. Pero cuando se revisan los números y surge que uno de los datos tomados en cuenta para medir esta variable es el nivel de satisfacción de las necesidades básicas, ya la duda se atraganta.
El acceso que tiene la población al agua potable, por ejemplo, es uno de los datos que se miden para determinar el nivel socioeconómico. El INE asegura que solo 4,3% de la población no posee agua corriente.
Sí, parece un chiste. Quizás el papel del instituto fue cambiado, pero le dejaron el mismo nombre. Puede ser que su objetivo sea generar información que dé risa.
¡Que levante la mano el que tenga agua corriente las 24 horas los 365 días del año sin pagar un camión cisterna! Esa sería la mejor encuesta. La ineptitud de este régimen acabó con la calidad de vida de todos. Por hablar solo de un indicador de pobreza. No caben dudas.
Pero lo que es una verdad como una catedral es que el chavismo nunca ha logrado hacer nada por esos miles de venezolanos que ya eran pobres en 1999 y que ahora están en el último escalafón de estudios serios como la Encuesta de Condiciones de Vida que hacen las universidades venezolanas.
Tomada de: El Nacional
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