Varias personas afectadas por un terremoto esperan ayuda en Herat, Afganistán. EFE |
El temblor, seguido de varias réplicas, se produjo el sábado en la provincia de Herat, en el noroeste del país
OMID HAQJOO (AP) / AGENCIAS
Kabul - 08 oct 2023 - 02:29Actualizado:08 OCT 2023 - 06:39 VET
Afganistán ha sufrido uno de los terremotos más devastadores de las últimas décadas en el país. La cifra de víctimas mortales por el terremoto de magnitud 6,3 y las consecutivas réplicas que sacudieron el sábado el oeste de Afganistán se elevó este domingo a al menos 2.050, mientras los equipos de emergencia continúan las labores de rescate, ha afirmado un portavoz del Gobierno talibán.
Hay, además, al menos 1.240 personas han resultado heridas y 1.320 casas “completamente destruidas”, escribió en X (antes Twitter) Zabihullah Mujahid, portavoz del Ejecutivo talibán.El balance de víctimas mortales aumentó bruscamente este domingo, ya que a primera hora se situaba en un millar, mientras que la Media Luna Roja afgana cifraba en 400 los fallecidos, según el portavoz, Irfanullah Sharafzoy, aunque ya advertía de que el número podría aumentar, ya que 12 aldeas del distrito de Zindah Jan, epicentro de los temblores, quedaron “completamente destruidas y el personal de la Media Luna Roja Afgana todavía está buscando en la zona y bajo los escombros”. Mientras, los residentes están siendo evacuados a zonas más seguras, indicó Sharafzoy.
Se estima que unas 4.200 personas de 600 familias se han visto afectadas, con la aldea de Mahal Wadakah como la más golpeada por el seísmo, según un informe de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Afganistán sintió durante el sábado al menos siete temblores. El primero de todos, el de mayor magnitud, ocurrió a las 7.30 de la mañana (hora peninsular española) a 14 kilómetros de profundidad y a 33 kilómetros de la ciudad de Zindah Jan, en la provincia de Herat, según el organismo de seguimiento de terremotos de EE UU (USGS). Le siguieron cuatro réplicas consecutivas de 5,5; 4,7; 6,3; y 5,9, respectivamente, en un lapso de una hora. El cuarto seísmo, también de magnitud 6,3, se registró a unos 10 kilómetros de profundidad y a unos 29 kilómetros de Zindah Jan. Más tarde, el servicio de sismología estadounidense sintió otros dos temblores casi una hora después en la provincia de Herat de magnitudes 4,8 y 4,9, respectivamente.
OMID HAQJOO (AP)
En la aldea de Sarboland, ubicado en el distrito de Zinda Jan, una zona cercana al epicentro, un periodista de la agencia France Presse constató que decenas de casas quedaron destruidas. Grupos de hombres buscaban con palas a sobrevivientes entre los escombros de las viviendas, mientras que las mujeres y niños esperaban a la intemperie entre las casas que quedaron arrasadas, con las pertenencias expuestas al viento. “En cuanto se produjo el primer temblor, todas las casas se derrumbaron”, declaró Bashir Ahmad, de 42 años. “Los que estaban dentro de las casas quedaron sepultados. Hay familias de las que no tenemos noticias”, añadió. - “Todo se convirtió en arena”, dijo Nek Mohammad, que estaba trabajando cuando se sintió el primer temblor.
“Volvimos a casa y vimos que no quedaba nada. Todo se había convertido en arena”, explicó Nek Mohammad, que estaba trabajando cuando se sintió el primer temblor. “Por el momento, no tenemos nada. Ni mantas ni nada. Estamos abandonados”, añadió este hombre de 32 años.
En Herat, considerada como la capital cultural de Afganistán, los habitantes y comerciantes salieron en pánico a las calles al sentir la tierra moverse. Herat, a 120 kilómetros al este de la frontera con Irán, es la capital de la provincia homónima, donde viven cerca de 1,9 millones de personas, según datos del Banco Mundial de 2019.
Afganistán está entre los países más propensos a desastres naturales, al estar situado en la cadena montañosa del Hindu Kush, un punto de gran actividad sísmica y habitual punto de origen de movimientos telúricos en la región. Además, Afganistán cuenta con una población muy vulnerable, mayormente pobre, además de carecer de infraestructura suficiente para hacer frente a desastres como inundaciones o terremotos.
A finales de junio del año pasado, un terremoto similar de magnitud 5,9 en las provincias afganas orientales de Paktika y Khost, fronterizas con Pakistán, provocó la muerte de más de 1.000 personas y unos 1.500 heridos, así como la destrucción de cientos de viviendas.
Y el pasado marzo, un terremoto de magnitud 6,5 mató a 13 personas en Afganistán y Pakistán, cerca de la ciudad de Jurm, en el noreste del país.
Afganistán se encuentra ya sumido en una grave crisis humanitaria, tras la vuelta al poder de los talibanes en 2021 y la consiguiente retirada de la ayuda internacional.
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