Declarado como narcotraficante esta semana por Washington, el vicepresidente de Venezuela, Tareck El Aissami, es visto como una doble amenaza para la seguridad nacional de Estados Unidos al representar la unión de dos grandes flagelos: el terrorismo y el narcotráfico.
“El Aissami representa un coctel muy peligroso para la seguridad nacional de Estados Unidos, que es la mezcla del narcotráfico clásico con una conexión con Hezbolá”, manifestó Martín Rodil, un experto que con frecuencia es consultado por distintas agencias en Washington sobre temas de seguridad vinculados a Venezuela.
Es una conexión que ha resultado ser muy lucrativa para El Aissami pero muy nociva para el resto del mundo.
Las investigaciones realizadas por las agencias de Estados Unidos apuntan a que la organización criminal encabezada por El Aissami es uno de los principales proveedores de la red de droga que Hezbolá opera en Europa, dijo Rodil a el Nuevo Herald.
“Los dineros que derivan las ventas de esas drogas, lo terminan convirtiendo en parte del financiamiento que tiene Hezbolá en el Líbano, y es utilizado en actividades que van desde atentados terroristas hasta ataques al Estado de Israel”, dijo Rodil, quien encabeza el recién formado Venezuelan American Leadership Council.
Los fondos también han terminado engordando la fortuna personal de El Aissami, calculada por las autoridades de Estados Unidos en más de $3,000 millones.
Al colocar al dirigente chavista en su lista negra, acción que congela sus activos, el Departamento del Tesoro dijo el lunes que El Aissami juega un importante papel en el tráfico internacional de drogas.
El Aissami facilitó envíos de narcóticos desde Venezuela y ejercía control sobre aviones que despegaban desde una base aérea venezolana, además de controlar las rutas de la droga que salía por puertos venezolanos, dijo la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), unidad del Departamento del Tesoro.
El Vicepresidente, quien asumiría la presidencia de Venezuela si el gobernante Nicolás Maduro se separa del poder, también protegió a otros narcotraficantes, dijo el anuncio de la OFAC.
“Específicamente, El Aissami recibió pagos para facilitar los envíos de droga pertenecientes al capo de la droga Walid Makled García”.
Brindando más detalles sobre la actuación del dirigente, el Tesoro dijo que El Aissami también está vinculado con la coordinación de envíos de droga a Los Zetas, el violento cartel de la droga mexicano, además de suministrar protección al capo de la droga colombiano Daniel Barrera y al narcotraficante venezolano Hermágoras González Polanco.
Las medidas aplicadas el lunes también involucraban a Samark López Bello, un empresario venezolano acusado de desempeñarse como uno de los testaferros de El Aissami, y de lavar dinero del narcotráfico.
El régimen venezolano, quien lleva años viéndose envuelto en escándalos de corrupción y narcotráfico, salió el martes en defensa de los acusados.
“Estas acciones […] carecen de la más mínima legalidad internacional y vulneran flagrantemente el Derecho Internacional Público, la institucionalidad internacional y los principios fundamentales que rigen la comunidad de naciones”, dijo en un comunicado la cancillería venezolana.
Fuente: El Nuevo Herald
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