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Cortesía: Provea |
Analítica10 abril, 2025
Venezuela ya no es el país donde los ciudadanos vivían con el miedo constante de ser interceptados en un semáforo o despojados de su celular a plena luz del día. Es cierto: han bajado los homicidios, han disminuido los secuestros y se ha recuperado, al menos en las grandes ciudades, una cierta sensación de seguridad. Pero reducir la inseguridad a estadísticas sería no entender lo que está pasando.
Hoy la amenaza se viste de uniforme. La “matraca” policial, ese nuevo delito cotidiano, normalizado, donde el poder se transforma en extorsión, está dejando una huella profunda en el tejido social. No se trata solo de corrupción, sino de una perversión del rol del Estado, que ya no garantiza seguridad, sino que trafica con ella. Esta es una de las razones que explica por qué 44,6% de los encuestados en el último estudio de opinión pública de Meganálisis, tiene pensado irse a vivir fuera de Venezuela.
Y mientras tanto, en las zonas fronterizas, los vacíos que deja el Estado son ocupados por otros: grupos armados colombianos, que cobran vacunas, imponen su ley y construyen un orden criminal paralelo, cada vez más arraigado. No hay control. Hay convivencia. O peor: hay complicidad.
¿Estamos entonces más seguros o simplemente más anestesiados? ¿Ha mutado la violencia o solo ha cambiado de rostro? Y con el retorno de los deportados desde Estados Unidos, ¿qué nuevo ciclo se abre?
Este jueves a las 5:00 PM, en el canal de YouTube de Analítica TV, abrimos este debate con dos voces que han estudiado la seguridad en Venezuela desde distintas trincheras: Roberto Briceño-León y Fermín Mármol García. El foro «La seguridad en Venezuela» no busca solo mostrar cifras, sino entender qué tipo de sociedad estamos construyendo… y qué tanto estamos dispuestos a tolerar en nombre de una falsa normalidad.
Tomada de: analitica
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