viernes, 23 de agosto de 2019

Viaje atípico en la línea 2 del Metro de Caracas: 13 estaciones en una hora

Luna Perdomo/TalCualDigital
Para los tiempos de la línea 2, recorrer 13 estaciones en una hora es todo un record. A diario, usuarios reportan que el trayecto se hace en el doble del tiempo


No usaba la línea 2 del Metro de Caracas desde los apagones de marzo. Confieso que me aterra que se vuelva a ir la luz y quedarme encerrada en un sistema donde las fallas son la constante.

La mañana del miércoles 21 de agosto volví a esa ruta, cuatro días después de que en la línea 1 un tren se descarrilara. Entré a la estación Ruiz Pineda a las 9:26 am y la mente empezó a jugar sucio: '¿Si el tren se sale del carril?'. Yo no me quiero morir en el Metro de Caracas, siempre lo pienso. '¿Y si se va la luz?', justo el día anterior gran parte de Caracas quedó sin electricidad y cerraron todas las líneas del sistema. '¿A qué hora llegaré a Zona Rental?', eran algunas de las dudas que rondaban mi cabeza.

La estación estaba fresca porque tiene espacios abiertos, no había gran cantidad de usuarios y los que estaban no demostraban tener prisa. Esperaban en silencio, leían y los más atrevidos aguardaban sentados en el piso de la estación mientras conversaban, se maquillaban o revisaban el celular.

Durante los 20 minutos que el tren tardó en llegar desde la estación terminal Las Adjuntas nunca hubo un llamado de atención para que la espera se hiciera de pie, como indican las reglas del sistema. Quizás los mismos operadores saben que esperar tanto tiempo parados cansa.


Durante la espera un par de señoras discutía al borde del andén porque alguien se comió un pote de Nutella que tenían escondido en el "escaparate". Una le decía a la otra: "Si nos hubiésemos dado cuenta antes. Ahora una de las sospechosas se fue a Ecuador y no sabemos quién se lo comió". Ellas no dilucidaron quién acabó con el pote de chocolate y al parecer esa era su única preocupación del día.

A las 9:45 de la mañana, las luces del tren 22027 se asomaron en el túnel. Era uno de los viejos. Se abrieron las puertas y un señor rezongaba porque perdieron 30 minutos estacionados en la parada anterior. En Ruiz Pineda abrió y cerró rápido las puertas, por las rejillas salía un poco de aire fresco y el vagón estaba limpio. "El viaje no será tan malo", me dije.


Cinco minutos después el tren llegó a Mamera, donde la mayoría de los pasajeros esperaban sentados. El número de usuarios en cada estación no era tan voluminoso, el tren llevaba espacio, aunque no asientos libres. En Carapita subió el primer vendedor: "tres caramelos por 500, son con centro líquido. Anímate", gritaba el vendedor que salió en La Yaguara sin vender ni uno.

En La Paz el vagón ya iba bastante lleno, ninguno de quienes iban sentados llegaba a su destino y la temperatura comenzaba a aumentar. Las sucesivas estaciones estaban prácticamente vacías, pues muchas personas pensaban que el Metro no prestaba servicio por el apagón del día anterior.

En Teatros bajó gran cantidad de personas y subió un par de hermanas pidiendo ayuda para su mamá que supuestamente tiene cáncer de seno. Una de ellas dijo que debían comprar "líquido contraste" para realizar un examen, cuyo costo supera los 200 dólares y que cada dos días invierten 200.000 bolívares comprando gasas. También dijeron que tenían el informe médico por si alguien deseaba verlo, pero la gente ni se inmutó.

Por la misma puerta que salieron las hermanas sin recabar ayuda ingresó otro vendedor de caramelos. La oferta era mejor al del anterior: "Seis canicas por 500. Deléitate el paladar"; eslogan que le sirvió para captar dos compradores


"Se les informa a los señores pasajeros que este tren tiene como destino la estación terminal Bello Monte", dijo la operadora. Eran las 10:20 de la mañana y casi todo el mundo desembarcó en Zona Rental. Una hora después estaba llegando a mi primer destino, en ese momento la interrogante era otra: '¿Perdí una hora de mi vida viajando en la línea 2 del Metro, invertí una hora camino a la oficina?'. Sin embargo, el viaje no había culminado, faltaba hacer la transferencia para tomar otro tren de la línea 1.



Este viaje fue atípico. Fue "rápido" para los tiempos de la línea 2. A diario, usuarios reportan que el trayecto se hace en unas dos horas. Hace una semana, una amiga subió a las 6:00 de la tarde en Artigas y bajó en Caricuao a las 9:00 pm, perdió tres horas en siete estaciones. Visto así, lo mío fue pura suerte.

Tomada de: TalCualDigital

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