Jesús Hurtado Publicado mayo 19, 2020
La salida de Directv del país deja a un tercio de la población sin posibilidad de ver televisión ante la imposibilidad de las otras empresas por suscripción de atender la demanda
Éramos muchos y parió la abuela. En medio de un confinamiento ‘voluntario’ decretado por el gobierno, la inesperada y repentina decisión de AT&T de cerrar las operaciones de DirecTV Venezuela deja a unos 10 millones de personas sin servicio de televisión -única forma de entretenimiento en medio de una cuarentena que podría extenderse por tiempo indefinido-, lo que significa que cerca de un tercio de la población no tendrá acceso a su principal fuente de información, en especial la oficial.
«Estamos hablando de más de dos millones de hogares y cerca de 10 millones de venezolanos que no podrá informarse de lo que está pasando, porque muchos de ellos puede que no tengan un teléfono inteligente para acceder a twitter o whatsapp, pero sí tienen DirecTV y esa es la forma no solo de entretenerse sino de informarse», afirma el periodista William Peña, especialista en telecomunicaciones y tecnología.
Señala Peña que las consecuencias de esta decisión van más allá de la simple oferta de entretenimiento e información, tomando en cuenta que la televisión es la plataforma preferida por el gobierno para hacer llegar sus mensajes (la llamada hegemonía comunicacional), además de servir en estos momentos como sustento de las clases a distancia que intentan salvar el año escolar, interrumpido hace dos meses por la cuarentena preventiva por el coronavirus.
De acuerdo con el experto, ello afectará muy seriamente el papel hegemónico del Estado en materia comunicacional, al tiempo de dejar a millones de niños sin las clases a distancia que le permitan culminar el año escolar.
Recuerda además que la decisión de AT&T figuraba como la última en tomarse, pues ellos significaría suprimir 600 puestos de trabajo en el país, además de dejar a medio país sin señal televisiva. No obstante, reconoce que la corporación estaba entre la espada y la pared, toda vez que las sanciones impuestas por EEUU contra el gobierno obligaba a sacar del aire a Globovisión y las televisoras del Estado, lo que de haberse ejecutado inmediatamente hubiese significado el cierre de la señal por parte de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel).
Al respecto, fuentes internas de DirecTV señalan que ni siquiera los altos ejecutivos estaban al tanto de la medida, pues se tenía como el último recurso a tomar. Señalan además que el personal fue liquidado este mismo 19 de mayo.
Sin alternativas
De acuerdo con las estadísticas de Conatel, al cierre del primer semestre de 2019 Directv contaba con 1,99 millones de suscriptores, lo que representa 45,3% del mercado de televisión por suscripción del país, cifra que según Peña debió crecer a finales de 2019 por la migración de clientes de Cantv ante las fallas de la señal satelital de la empresa estatal.
«Cerca de la mitad de los clientes de televisión por suscripción no tienen alternativas pues, aun sin cuarentena, las empresas del área están colapsadas: el servicio de Cantv es pésimo y se agravó con la caída del satélite Simón Bolívar, Inter y NetUno no pueden suplir la demanda en estos momentos debido a la crisis que vive el sector y el país, por lo que no están aceptando nuevos usuarios», acota Peña.
Señala además que las pequeñas empresas de servicio por cable que ofrecen servicios puntuales en pequeñas áreas de las distintas ciudades del país, están igualmente atadas de mano por carecer de recursos para acometer las tareas de conexión.
A modo de ejemplo señala que, de existir una central de la empresa en la zona, llevar el cable hasta la casa o edificio (última milla) demanda de equipos y materiales que las empresas no están suministrando por su alto costo, por lo que debe recurrirse a un técnico particular que puede cobrar hasta 400 dólares para acometer la instalación.
«Antes ese costo lo asumía el operador porque lo cargaba al servicio, pero hoy no lo hace porque ante la regulación de las tarifas su retorno de inversión es a muy largo plazo, cinco años quizás», dice Peña.
Adiós señal, adiós
Luego de 23 años y no pocos problemas, la que fue hasta hora la mayor empresa de televisión por suscripción de Venezuela decide cerrar sus operaciones forzada por las sanciones aplicadas por EEUU al gobierno de Nicolás Maduro, lo que representará un alivio para las cuentas corporativas.
En el momento de mayor auge durante el derroche de petrodólares en tiempos de Hugo Chávez, Venezuela llegó a representar más de 20% de las ganancias totales de la corporación en la América Latina de habla castellana, lo que ubicó al país como a la cabeza de las prioridades de la corporación en la región, incluso por encima de México y Argentina.
Hoy, la empresa solo representaba 1% del volumen de negocios para la corporación, lo que se traduce en que Venezuela pasó a ser un país prácticamente insignificante para la empresa, por lo que cerrar operaciones no representa ninguna pérdida.
De hecho, repercute en mejorar sus balances fiscales, toda vez que ante la imposibilidad de repatriar capitales la filial venezolana dejó de aportar unos 40 millones de dólares a las arcas corporativas, y aunque parte de ese dinero fue utilizado en la adquisición de bienes inmuebles (la sede la empresa en el centro comercial Paseo Las Mercedes, por ejemplo, donde ocupa todo un piso), las pérdidas fueron sustanciales.
Tomada de: TalCualDigital
No hay comentarios:
Publicar un comentario