domingo, 31 de mayo de 2020

Reseña: Tiempo y espacio, una luz al final del túnel

YOLIMAR GIL AMUNDARAIN / IDEAS EN LIBERTAD 31MAY2020
Los cinco meses trascurridos del tan ansiado año 2020 han estado cargados con dos acontecimientos que copan las noticias diarias en Venezuela. En primer lugar, la llegada del Covid-19, pandemia que encendió las alarmas por sus altos niveles de contagio que obligó la paralización de la ya menguada economía nacional. En este sentido, el día 13 de marzo todos los venezolanos quedaron perplejos: el virus oficialmente estaba entre nosotros.
 

La segunda noticia, no es más que la ruptura del orden de las instituciones democráticas adquiridas a partir de la segunda mitad del siglo pasado. Esta fractura ha traído consigo innumerables pérdidas en todas las esferas de la sociedad: la libertad de expresión, desequilibrio económico, desintegración de los núcleos familiares, cierre de empresas, diáspora, deterioro del sistema educativo y salud, por mencionar sólo algunas de las más sobresalientes.
 

La nostalgia invade el recuerdo histórico de cada uno de los logros consumados en Venezuela desde los años sesenta en el ámbito de la investigación, especialmente en el área histórica, pudiendo superar los problemas de índole metodológico que acompañaba a los estudios desde la instauración de la República, una nueva forma de concebir la historia germinó desde las universidades y con ello un progreso totalmente significativo.
 

La historiografía venezolana se transformaba a pasos agigantados, acompañada de la pluralidad de pensamiento, independencia en la investigación a través de la crítica, nuevas de categorías de estudios, criterios interpretativos y en gran medida la libertad editorial representada en la creación de numerosas revistas y libros.
 

Con el trascurrir de los años fueron innumerables las revistas creadas, el espacio existía para que los historiadores y docentes pudiesen mostrar sus trabajos, a su vez, la diversidad de pensamiento y el debate ideológico fue completamente enriquecedor, logrando forjar generaciones de relevo que custodiaran cual tesoro el proseguir de esta idea.
 

Con las desviaciones estructurales del orden político que han sacudido al país durante este siglo, el proyecto democrático empezó a desvanecerse ante nuestros ojos. En ese escenario a las universidades les ha tocado un capítulo bastante lúgubre y su actual existencia se confunde entre el drama y la utopía. Muchas carecen de transporte, internet, agua potable, bibliotecas y otros aspectos estrictamente necesarios para elevar sus objetivos a realidades concretas. Ante ese panorama, parece imposible la creación intelectual y la divulgación científica, año tras años acudimos a la desaparición de revistas arbitradas en Venezuela.
 

Sin embargo, una luz al final del túnel ilumina los rostros de los investigadores que continúan creyendo en el valor de las instituciones democráticas. En plena pandemia mundial y bajo condiciones precarias la revista Tiempo y Espacio del Centro de Investigaciones Históricas Mario Briceño Iragorry del Instituto Pedagógico de Caracas- Universidad Pedagógica Experimental Libertador, muestra a la comunidad científica sus dos nuevas ediciones, un símbolo de resistencia ante las oscuras mordazas que buscan silenciar el pensamiento crítico.
 

El número 72 se encuentra constituido por el dossier Espacios e Imaginarios de la Venezuela contemporánea, que al mismo tiempo es resultado de una jornada de investigación realizada en la Universidad Metropolitana. Por su parte, la edición 73 contempla la evaluación de uno de los fenómenos más polémico en la historia latinoamericana y el estudio de las ciencias políticas: El populismo. De manera que, Tiempo y Espacio, es la muestra fehaciente de la incansable lucha que hoy vivimos todos los venezolanos, esta revista representa no sólo el trabajo individual de los autores o el esfuerzo de los editores, también significa el deseo por un horizonte menos turbio, más justo y definitivamente libre.
 

Debemos celebrar la continuidad de la revista Tiempo y Espacio porque es un mensaje para todos los que amanecen decaídos por la censura y las precarias condiciones que vive el país, un mensaje claro y vistoso “no todo está perdido”, una muestra de perseverancia y resistencia, que quedará plasmada para la posteridad.
 

Referencias
Imagen: Obra “Reading by the light of the lamp” de Delphin Enjolras
 Tomada de: Ideas en Libetad

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