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Por supuesto, el sexo no es el único factor que puede ayudar a mejorar la salud y el bienestar en la tercera edad. Pero, como demuestran nuestras investigaciones, los adultos mayores no están desprovistos de deseo sexual, y una vida sexual activa es algo que debería fomentarse
Por The Conversation -agosto 27, 2021
La actividad sexual es una parte esencial de las relaciones íntimas, aunque tiende a disminuir a medida que las personas envejecen. Pero aunque las investigaciones demuestran que la frecuencia de las relaciones sexuales puede disminuir con la edad, para muchas personas mayores el sexo sigue siendo una parte importante de su vida.
Existe una idea errónea de que a medida que las personas envejecen, pierden su interés por el sexo y su capacidad de comportamiento sexual. Sin embargo, tal y como muestra una encuesta realizada en el Reino Unido, no es así.
De hecho, la encuesta reveló que 85% de los hombres de entre 60 y 69 años de edad declaran ser sexualmente activos, al igual que 60% de los de 70 a 79 años y 32% de los de 80 años o más. Las mujeres resultaron ser menos activas sexualmente a medida que envejecían, pero los estudios muestran que, al igual que los hombres, muchas mujeres también quieren seguir manteniendo relaciones sexuales a medida que envejecen. Los estudios realizados en EE.UU. revelan niveles similares de actividad sexual en estos grupos de edad.
Y el hecho de que tantas personas sigan manteniendo relaciones sexuales a medida que envejecen es una buena noticia, porque, como parece indicar nuestra nueva investigación, cuanto menos sexo tienen las personas mayores, más probabilidades tienen de sufrir problemas de salud mental y física.
Relaciones sexuales y salud mental
Nuestra investigación analizó la vida sexual de 2.577 hombres y 3.195 mujeres de 50 años de edad o más. Les preguntamos si habían experimentado un descenso en el último año en su nivel de deseo sexual, la frecuencia de la actividad sexual o la capacidad de tener una erección (hombres) o de excitarse sexualmente (mujeres).
Descubrimos que los hombres que informaron acerca de una disminución del deseo sexual tenían más probabilidades de desarrollar cáncer u otras enfermedades crónicas que limitaban sus actividades diarias. Los hombres y las mujeres que declararon una disminución de la frecuencia de las actividades sexuales también eran más propensos a experimentar un deterioro en la valoración de su nivel de salud. Y los hombres con disfunción eréctil también eran más propensos a ser diagnosticados de cáncer o enfermedad coronaria. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los cambios en el deseo o la función sexual podrían haber sido el resultado de una enfermedad en fase temprana y no diagnosticada.
Nuestra investigación también descubrió que los adultos mayores disfrutan más de la vida cuando son sexualmente activos. Y los que experimentan una disminución de la actividad sexual admiten tener un peor bienestar que los que mantienen sus niveles de deseo, actividad y función sexual en la edad avanzada.
También descubrimos que los hombres que son sexualmente activos en la tercera edad siguen teniendo un mejor rendimiento cognitivo en comparación con los que no lo son.
Hormonas del bienestar
No es ningún secreto que el sexo puede ayudar a producir ese factor de “sentirse bien”. Esto se debe en gran medida a que durante el sexo se produce una liberación de endorfinas, que generan una sensación de felicidad o euforia. Sin embargo, esto no sólo repercute en nuestra salud mental, ya que un mayor nivel de endorfinas también se asocia a una mayor activación del sistema inmune, lo que puede reducir el riesgo de cáncer y enfermedades cardíacas.
Las investigaciones sugieren que las personas que mantienen relaciones sexuales con su pareja también son propensas a compartir una relación más estrecha. Y la cercanía a la pareja está relacionada con una mejor salud mental.
El sexo puede mantenernos unidos como pareja, reducir los niveles de estrés y reforzar nuestro sistema inmune. |
También es importante recordar que el sexo es una forma de actividad física –a menudo realizada a una intensidad moderada– que quema cerca de cuatro
kilocalorías por minuto. Todo ejercicio conlleva beneficios para la salud, y el sexo no es diferente. Así que es posible que obtenga beneficios para su salud mental y física con una actividad sexual regular.
Probar nuevas posturas
Por supuesto, el sexo no es el único factor que puede ayudar a mejorar la salud y el bienestar en la tercera edad. Pero, como demuestran nuestras investigaciones, los adultos mayores no están desprovistos de deseo sexual, y una vida sexual activa es algo que debería fomentarse. De hecho, es posible que una vida sexual regular y sin problemas pueda conducir a una mejor salud mental (y posiblemente física).
Pero la información y el estímulo para probar nuevas posturas sexuales y explorar diferentes tipos de actividad sexual no se ofrecen habitualmente a las personas mayores. Y en muchos casos, cuando se trata de personas mayores y sexo, los médicos suelen escurrir el bulto y evitan hablar de este asunto.
Pero es muy posible que estas conversaciones ayuden a cuestionar las normas y expectativas sobre la actividad sexual. Y, como muestra nuestra investigación, también podría ayudar a las personas a llevar una vida más satisfactoria y saludable, hasta bien entrada la tercera edad.The Conversation
Lee Smith, Reader in Physical Activity and Public Health, Anglia Ruskin University; Daragh McDermott, Head of School, School of Psychology and Sport Science, Anglia Ruskin University y Sarah Jackson, Research Psychologist, Health Behaviour Research Centre, UCL
Este artículo fue publicado originalmente en The conversation. Lea el original.
Tomada de: El Nacional
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