Analítica18 julio, 20230
El día de ayer estaban previstas dos importantes reuniones para el futuro político de Venezuela. La primera de ellas debía darse en Bruselas y fue anunciada por la Presidencia de Francia, se trata del reinicio del diálogo entre el Gobierno de Venezuela y la oposición, con la participación de los mandatarios de Brasil, Argentina, Colombia y Francia.
La otra reunión importante se desarrollaría en Venezuela y tenía a los candidatos a las elecciones primarias de la oposición como protagonistas, en un intento de acercar posiciones y debatir escenarios ante las medidas del Gobierno contra estos comicios.
Aunque separadas a miles de kilómetros, estos encuentros se complementan, porque el objetivo principal para la oposición debe ser lograr las mejores condiciones posibles para las elecciones presidenciales de 2024 y lo que se ha demostrado desde el liderazgo madurista y desde sus instituciones, es que no hay disposición para ello. La decisión tomada de no invitar a la Unión Europea para que sea acompañante de los comicios es una clara evidencia.
Cualquier cosa que salga de las próximas discusiones entre Gobierno y oposición que no sean pasos concretos para elecciones pulcras, como la conformación de un CNE transparente y el cese de las inhabilitaciones políticas, entre otros aspectos, será solo una operación para flexibilizar sanciones sin nada a cambio, solo promesas. “Vienen disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces (…) Por sus frutos los conoceréis”, dijo Jesucristo.
Tomada de: Analítica
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