domingo, 12 de julio de 2020

El fin de los partidos políticos opositores en Venezuela

LEONARDO OSORIO BOHÓRQUEZ / IDEAS EN LIBERTAD 12JUL2020
Las últimas sentencias del Tribunal Supremo de Justicia han anulado las juntas directivas de los principales partidos políticos del país, entre ellos Copei, Acción Democrática y Primero Justicia. Esto va en concordancia con las recientes decisiones judiciales tomadas donde se forma un nuevo Consejo Nacional Electoral completamente adepto al gobierno con el fin de encarar las próximas elecciones parlamentarias.



Días previos a esos sucesos, se estaba haciendo lobby político a favor de la participación  en las elecciones parlamentarias, al parecer ese era el único objetivo alcanzable luego de no poder materializar hasta ahora el cese de la usurpación. El énfasis estaba en lograr condiciones medianamente aceptables para participar en la contienda electoral bajo el argumento de no ceder espacios.


El gobierno les demostró que no está dispuesto a ceder espacios ni dar garantías de ningún tipo, ha decidido dar pasos firmes en la radicalización de su proyecto político. Esto es  la continuación de todas las acciones que ha venido tomando desde hace años con la inhabilitación de líderes opositores o la no actualización y reconocimiento de las tarjetas electorales.


Por ello en nada sorprende esas medidas, las sanciones internacionales y el aumento de la crisis económica no han hecho retroceder al gobierno en sus pretensiones de un control absoluto del poder sin espacio para ninguna forma de disidencia. Llamar autoritarismo competitivo o hegemónico al chavismo es simplemente edulcorar la actuación de un régimen con pretensiones claramente totalitarias.[1]


Esto se ha hecho evidente a lo largo de los años, donde las ficciones democráticas son cada vez más dejadas de lado. La oposición ante tales hechos solo se ha limitado a emitir declaraciones y condenas como ya es habitual en los últimos meses, ha cedido completamente la agenda e incitativa  política al régimen sin proponer alternativas de lucha política.


El dilema de participar o no en  las elecciones era una discusión enteramente planteada dentro de la cúpula de los partidos políticos, y también en el ámbito académico, la sociedad venezolana ya no cree en sus dirigentes ni en el voto como medio de cambio político. La situación de ruina del país copa completamente su agenda buscando la manera de sobrevivir el día a día.


Ahora parece plantearse la construcción nuevamente de otra ruta electoral y de estrategias en el mediano plazo, pensando en el referéndum revocatorio del 2022 o en las presidenciales del 2025. Sin esperanzas de cambios en el corto plazo ninguna iniciativa será respaldada por la agotada ciudadanía.


Es difícil pensar en un discurso que pueda entusiasmar nuevamente al ciudadano para participar en elecciones, sobre todo cuando las promesas han sido incumplidas. La Asamblea Nacional pasada no pudo sacar en 6 meses al chavismo como plantearon, y nunca pudo ejercer sus funciones. Es lógico aún en el supuesto caso de alcanzar nuevamente la mayoría absoluta, que el gobierno otra vez bloquee todas sus iniciativas legislativas.


Esto incluye por supuesto el plan de recoger firmas para el referéndum revocatorio presidencial. La oposición tiene un discurso distanciado completamente de las necesidades del ciudadano, no perder espacios no es realmente una manera de entusiasmar al electorado. Luego hay interrogantes que no han sido respondidas por quienes promueven la participación en elecciones, ¿por quién se va a votar ahora?


Al estar las juntas de los partidos políticos formadas por gente vinculada al chavismo, demuestra que desde hace años ya  esas organizaciones han sido penetradas por el régimen, entonces se trata de una oposición hecha completamente a la medida del gobierno. Esto fue lo que ocurrió en Checoslovaquia y otros países de la órbita soviética, los partidos no van a desaparecer, pero se van a convertir en un ala inofensiva y cómplice de la cúpula gobernante.


No van a tener intenciones ni aspiraciones reales de tomar o ejercer el poder, se dedicaran a mantener una ficción democrática que desde hace años ha sido puesta en evidencia. Muchos partidos políticos han sido acusados de ser colaboracionistas del gobierno,  aunque no se puede generalizar, se vuelve difícil distinguir entre la oposición real y la que solo aparenta serlo.


Ahora los grandes partidos hegemónicos del país conocidos como el G4, estarán secuestrados por el chavismo. Si de allí van a salir los candidatos para las próximas elecciones parlamentarias quiere decir no hay opciones de votar por una oposición real. No se entiende entonces como se sigue proponiendo la vía electoral como un único camino para salir del régimen.


No hay duda de la complejidad de la situación venezolana, pero la oposición se ha vuelto muy predecible, prácticamente sin estrategias de lucha y sin posibilidades reales de tomar el poder. Vuelven al tema electoral no realmente porque en sí mismo sea una táctica efectiva para lograr un cambio, sino simplemente por ser la única opción que les queda.


Pueden intentar crear un  nuevo partido con otro nombre que aglutine a toda la oposición, muy difícil producto de las aparentes discrepancias y luchas de poder entre las organizaciones políticas. Además, seguramente el chavismo bloquearía esa iniciativa también. Por ello la vía electoral está completamente trancada sin opciones reales de acceder al poder.


Mantener un discurso de que es necesario presionar al gobierno por obtener condiciones electorales justas, luego de todo lo que ha pasado en las últimas semanas, no deja de expresar ingenuidad y candidez política. Más cuando la oposición parece haber capitulado otras estrategias de lucha, el gobierno no tiene ninguna necesidad de ceder espacios o condiciones cuando no hay una amenaza real para ellos.


Pueden tomar la vía de abstenerse, pero si esto no es acompañado de otras formas de resistencia tampoco va a surtir ningún efecto. Hay un juego político que parece completamente bloqueado para los líderes opositores, incapaces de medir y comprender al adversario que tienen en frente, el totalitarismo en Venezuela está dando pasos definitivos para su definitiva consolidación.


Referencias
[1] Sobre el dilema entre entender el chavismo como autoritarismo o totalitarismo, véase Leonardo Osorio  (2019). El socialismo en Venezuela ¿Autoritarismo o totalitarismo? Consultado en: https://ideasenlibertad.net/2736-2/.
Imagen: obra “The end of time” de Rene Magritte

Tomada de: Ideas en Libertad

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