RAMÓN RIVAS AGUILAR / IDEAS EN LIBERTAD 16AGO2020
El insigne economista hindú Amartya Sen (premio Nobel de Economía), señaló en una oportunidad que la democracia, el acontecimiento histórico más significativo del siglo pasado. Se proyectó a lo largo de la geografía política mundial, como fruto de un gigantesco esfuerzo de los pueblos por sacudirse a los regímenes dictatoriales y totalitarios que se habían instaurado en tan complejo siglo. Por lo tanto, concluyó que la democracia es un valor fundamental en la era global.
Las naciones se nutrieron del fervor libertario para escoger libremente a sus representantes con el propósito de configurar un orden constitucional de origen civilista. Es decir, el ejercicio de la soberanía popular como fundamento último del quehacer democrático. Asimismo, comprendieron que cuando los partidos políticos dan la espalda al sistema democrático, aparecen los césares, los mesiánicos y los salvadores de la patria propiciando gobiernos personalistas y militaristas. Lo que genera una lucha de millones de hombres y mujeres por rescatar la ruta democrática con el fin de recuperar la soberanía. Los ejemplos sobran en la historia universal. Uno de ellos, fue la respuesta histórica del líder sudafricano Nelson Mandela que percibió en la democracia el camino para la convivencia pacífica y el progreso. Evitó una guerra sangrienta con consecuencias imprevistas para el futuro de Sudáfrica. Fue el momento histórico de una nación que sepultó el odio, el fanatismo y la intolerancia como solución final. El Entusiasmo de un pueblo en aquel amanecer que no se le podía arrebatar la soberanía popular que sellaría el destino vital de la nación de Suráfrica. Dieron al mundo una muestra de sabiduría: serenidad, firmeza, respeto y tolerancia con el otro que tanto los humilló y los explotó.
En ese orden de ideas, Don Rómulo Betancourt, otro ejemplo interesante para América Latina. Vio en la democracia la vía para que nuestras naciones alcanzaran el progreso material y cultural sin la impronta del totalitarismo y los símbolos épicos y heroicos. Por eso, luchó hasta el fin de su vida contra los peligros potenciales como la demagogia y el populismo y, como consecuencia, el surgimiento de gobiernos dictatoriales y totalitarios.
Asimismo, esas naciones entendieron que la macroeconomía del populismo provocó daños a la economía con sus signos negativos como la corrupción, el estancamiento económico, el déficit fiscal, el desabastecimiento, la inflación y la hiperinflación. Entendieron, hombres y mujeres, que las bondades del libre mercado el modo natural para estimular el desarrollo económico con efectos positivos para la sociedad en general.
Así, pues, con acierto, con luces y sombras, el planeta Tierra disfruta hoy de las bondades materiales y culturales de la democracia, del libre mercado y la globalización. El fin del viejo orden de carácter autoritario, totalitario, antiliberal y estatista. Aún persisten modos de hacer política que tienen que ver con el populismo, el nacionalismo y el proteccionismo. Pero, no cabe la menor duda, que el espíritu democrático y empresarial de las naciones se impondrá para sacudirse el despotismo y el nepotismo de unos gobernantes de izquierda y de derecha que han violentado el marco constitucional para perpetuarse en el poder. En fin, una sociedad libre donde los ciudadanos disfrutan de la libertad, de la democracia y del mercado. Trilogía del progreso material y espiritual.
Es el camino que debe recorrer la Venezuela civilista: el republicanismo, el federalismo, el civilismo, el liberalismo, la democracia y el libre mercado en sintonía con la dinámica de la globalización. El viejo orden estatista, rentista, nacionalista y proteccionista, antiliberal y antidemocrático, colectivista y comunal, está en extinción.
Por tanto, hombres y mujeres de esta geografía caribeña, en la aventura histórica más significativa de su quehacer vital: estrenar su pasión libertaria y empresarial en un proceso de mercado que está cambiando la vida de los pueblos en la era global. Por lo que es inviable todas esas fórmulas políticas, económicas e ideológicas que fraguaron en el siglo xx con el sello del socialismo, comunismo, estatismo y el colectivismo que tanto daño material y cultural provocara a millones de hombres y mujeres. No hay evasión posible.
Referencias
Imagen: obra «The dream of happiness» de Pierre-Paul Prud’hon
Tomada de: TalCualDigital
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