domingo, 27 de septiembre de 2020

Génesis y expansión del libre mercado en Venezuela 1998-2020

RAMÓN RIVAS AGUILAR / IDEAS EN LIBERTAD 27SEPT2020
Es menester reflexionar a partir del legado de Von Mises y Frédéric Bastiat
 
A VON MISES
 
El más  importante de los economistas de todos los tiempos

La acción humana:  el fundamento y  causa última de la prosperidad material y cultural de las naciones.

El libre mercado, la propiedad privada, la división del trabajo,  el intercambio, el dinero la clave para salir de la pobreza y las desigualdades sociales  originadas por la cultura del subsidio

El Estado liberal y federal su función sagrada: proteger  la sociedad libre  de los peligros del populismo, la demagogia, de los socialismos y los estatismos

 
A FRÉDÉRIC BASTIAT
 
Uno de los liberales más prestigiosos de la Europa del siglo XIX

El más importante liberal de la historia política de Francia

Su obra escrita de ingenio e ironía contra todos los sofismas económicos, sociales y políticos de quienes  cautivaron  las ideas perversas y malsanas alrededor del estatismo, del nacionalismo y del proteccionismo

“LO QUE SE VE”: los supuestos beneficios a la humanidad de las políticas  del gasto público, del endeudamiento, del salario mínimo, de los controles de precios y otras regulaciones. Los  malos economistas, los economistas de la inmediatez,  los responsables de los desastres económicos y sociales, como resultado de esas políticas.

“LO QUE NO SE VE”: el libre mercado  fuente última del crecimiento económico y social de las sociedades en general.

El orden espontáneo de mercado es el mecanismo natural  para que los individuos  con sus saberes y especializaciones descubran sus oportunidades  para beneficiarse y beneficiar a otros mediante  la división del trabajo y el intercambio. Un acto natural en que se coordina de forma espontánea millones de actividades comerciales  y financieras  sin generar caos y desorden  económico.

A esta hora en el planeta almuerzan miles y miles y miles  de millones de personas: cómo ocurre un acto tan maravilloso como este sino es por la presencia de un orden espontáneo de mercado. Es imposible estructuralmente que el estatismo y el intervencionismo  organicen  una actividad tan gigantesca como ésta a lo largo y ancho de la tierra.

El Estado una ficción  en la que todos quieren vivir de todos capturando renta por vía impositiva. Es lo que él llamó expoliación legal

El libre comercio la cura contra el proteccionismo y el nacionalismo

Es mejor producir  y vender  libremente entre las naciones que hacer la guerra

 

El fundamento último del proyecto político de origen revolucionario y bolivariano: la demolición de la república y el “capitalismo  neoliberal y tecnocrático”  con la finalidad  de crear un marco institucional  de naturaleza plebiscitaria y colectivista. Un Estado y una democracia comunal con todos los ingredientes culturales del indigenismo y el africanismo tercermundista.
 

Las consecuencias históricas de ese modelo ideológico, el fin de la democracia representativa y  una poderosa estatización de la vida material y cultural de la nación.
 

La ironía  de esa inmensa riqueza fiscal, derivada del ingreso petrolero,  fue su destino final:   la capitalización de esa renta  en el circuito económico- mercantil y financiero del capitalismo  global y, como consecuencia, la imposibilidad estructural  de un tipo de socialismo que le traería al venezolano y al mundo  las cautivantes brisas del mar de la felicidad. Así, pues, la utopía caribeña que tanto  fascinó al quijote de los océanos, Cristóbal Colón, se disipó con  el resplandor  del sol   en las aguas profundas del lago de Maracaibo.
 

Por lo tanto, el legado político de esa revolución que pretendía conducir al país hacia la implantación del hombre nuevo, del buen salvaje, del buen revolucionario, en fin, el paraíso, el retorno del poder simbólico de la moneda más poderosa del mundo: el dólar. Aún más: con los últimos acuerdos económicos entre China y EE.UU en materia de libre comercio, el dólar como moneda y divisa, continuara manteniendo su hegemonía económica,  comercial, financieras, por unas cuantas décadas.
 

El colapso estructural del Estado, como fruto de una gigantesca estatización de la vida nacional y por supuesto, la ruina material y cultural de la nación, impulsó la capacidad empresarial, creativa e innovadora de miles de venezolanos, generando de forma espontánea, al margen del estatismo, los primeros signos  de un proceso de mercado. La mano invisible, los precios de mercado, los impulsos primarios que generan bienes y servicios, para el intercambio, donde todos ganan, odiados por los representantes del capitalismo rentístico, del capitalismo compiche, del capitalismo corporativo, y toda la gama de la rama política y cultural de la izquierda y la derecha, subsidiada por el intervencionismo.
 

A lo  largo y ancho del territorio nacional germina de forma espontánea un proceso de mercado con repercusiones significativas en el concierto de las naciones. Sí. El inicio del fin del estatismo, del colectivismo, del totalitarismo y el nacimiento del  libre mercado en Venezuela, una referencia política  e ideológica  global. En otras palabras,  la nación del  insigne civilista Don Cecilio Acosta, revela la síntesis de las contradicciones y las paradojas de un planeta en la se enfrenta el poder del estatismo, del populismo, del totalitarismo, del mesianismo, del fundamentalismo y el liberalismo, el federalismo y el libre mercado. Una lucha  histórica que se desata en nuestra nación  con unas implicaciones extraordinarias tanto en Occidente  como en Oriente. El triunfo de la libertad sobre el totalitarismo celestial y terrenal, representa el éxito de la libertad y el mercado en la era global. De lo contrario,  el planeta correría el peligro de ser dominada por las fuerzas del estatismo y el intervencionismo.
 

El proceso de mercado que se ha gestado a lo largo y ancho del territorio nacional, es la muestra de que el estatismo y el planismo fueron incapaces de propiciar  un orden social  favorable a la libertad individual como  motor de la prosperidad material y espiritual. El  fracaso histórico  de la cultura del subsidio  que pretendió   la  sustitución  de la acción humana  por un poderoso capitalismo de estado, que  resultó  en el planeta inmoral, corrupto e improductivo. Un capitalismo chimbo que favoreció a un tipo de empresario y a un tipo de político, subsidiado  por esfuerzo ajeno,  mediante captura de renta,  para “favorecer supuestamente  el bien común”. Son las mentirillas populistas y demagógicas que utilizan los políticos  con la falsa tesis histórica   de que a los empresarios  hay que  quitarle riqueza para dárselo a los pobres. Los más favorecidos con esas  conductas perversas y malsanas son los políticos y los empresarios holgazanes y parásitos del tesoro público. Dinero que constituye la fuente de riqueza que generan los verdaderos empresarios.
 

Hoy en Venezuela, en cada uno de los lugares del  territorio nacional se  percibe un hormigueo mercantil,  un tipo de cambio espontáneo sin  crear caos  y desorden monetario y cambiario.
 

Estamos en presencia de  una transición histórica de una economía estatista, colectivista y comunal a una economía de libre mercado. El viejo Adam Smith, reclama desde Escocia una obra intelectual que recoja en sus páginas  la vida cotidiana de una  nación, de miles de hombres y de mujeres, con saberes y distintos oficios, especializaciones, en el marco de una división del trabajo,  produciendo bienes y servicios  en la que todos salen favorecidos. Así, nace  en la provincia de Venezuela una riqueza material y cultural, como resultado del esfuerzo  individual  sin las muletas del estatismo.
 

Por lo tanto, la posibilidad teórica  de la ciencia económica, de la economía política para explorar desde una perspectiva no rentística una teoría de mercado para un país que se encamina, definitivamente, hacia una sociedad liberal.  Los viejos intelectuales del rentismo, los mercaderes del saber, en el ocaso, no comprendieron en su justa dimensión  histórica lo que representaría el enfoque de la renta del suelo desde el punto de vista conceptual, político e ideológico en el destino material y espiritual de la nación. En otras palabras, las consecuencias teóricas y políticas del rentismo produjo una gigantesca estatización, colectivización  y comunal  de la vida económica, social y cultural de la nación.
 

El resultado final  de esos enunciados teóricos y  políticos la ruina total del territorio nacional.
 

No obstante, la bancarrota total de la vida económica, social y cultural  potenció la capacidad empresarial, creativa e innovadora de los venezolanos generando los primeros signos de una economía de libre mercado. Una revolución cultural que está animando a hombres y mujeres de este territorio, que confían  en sus esfuerzos  personales e individuales para convertirse en auténticos productores y comerciantes capitalistas. Un proceso de mercado de forma espontánea está transformado de manera radical de como producir, intercambiar y consumir de forma pacífica y voluntaria sin el estatismo y el planismo.
 

Desde el punto de vista teórico, se percibe el inicio del fin de la economía política del rentismo. Al mismo tiempo, la necesidad de promover nuevos enunciados  en torno  a una economía política que sienta  las bases  de una doctrina de mercado  para la Venezuela liberal del futuro. Un futuro que está picoteando al venezolano desde el presente.
 

Referencias
Imagen: obra «The New-born» de Georges De La Tour
Tomada de: Ideas en Libertad


 

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