Relatora especial de la ONU Mary Lawlor
Por El Nacional -March 6, 2021
Venezuela fue incluida en otra lista oprobiosa, la de los países que persiguen y asesinan a activistas de derechos humanos. Lo hizo Mary Lawlor, relatora especial de la Organización de Naciones Unidas, ante una reunión del consejo que se ocupa de estos temas.
Al representante del jefe del régimen, Emilio Barroeta, le pareció que lo que afirma Lawlor en su informe es parte de un invento. A los rojitos les encanta hablar de eso que llaman “matriz de opinión” desde la época del comandante muerto. Obviamente, para la mayoría es un término bastante etéreo y hasta eufemístico, pero para tratar de aclarar el asunto se puede decir que ellos creen que es un mensaje manipulado que se lanza públicamente para que los receptores (en este caso las masas, los países, los gobernantes) se formen una opinión, en este caso sesgada, de acuerdo con el brillante diplomático tarifado.
Pero es mejor dejar la teoría de las comunicaciones a personas tan aplicadas como el presidente de la asamblea chavista, especialista en eso de manipular. Al fin y al cabo, cada ladrón juzga por su condición. El diplomático del régimen asegura que lo que Lawlor dice no es producto de un estudio objetivo y que tiene como fin: “Exponer al escarnio internacional a mi país haciéndole el juego a factores externos que constantemente buscan subvertir el orden público y desestabilizar al gobierno bolivariano”.
No hablemos de estadísticas, pongámosle nombre y mencionemos casos recientes. ¿Qué pasó con los representantes de la organización Azul Positivo? Un grupo que se dedica a conseguir medicamentos y ayuda para los pacientes con el virus de inmunodeficiencia adquirida. ¿Qué es más objetivo que la simple observación del proceso por el que han tenido que pasar estos activistas simplemente por haber reclamado en nombre de los más débiles?
Digamos que es un caso que, a pesar del sufrimiento, se resolvió relativamente bien para los pobres perseguidos. Y se mencionan en este editorial porque es un caso muy reciente que está fresco en la memoria hasta de los altos representantes del régimen. Pero ¿hace falta recordarle a este supuesto diplomático los procesos que se le han seguido a cientos de activistas por las mismas razones? Su gran delito es tratar de hacer el trabajo que no hacen Maduro y compañía a favor de los más necesitados, los más vulnerables.
Es admirable la capacidad de este diplomático de tomar la palabra ante un grupo de personas bien informadas y afirmar que todas son especulaciones y parte de una campaña para desestabilizar al régimen. Los rojitos nunca han estado más cómodos cometiendo desmanes. Son los venezolanos de a pie los que tienen que aguantar diariamente la crisis en la que han sumido al país.
Entonces, no es una matriz de opinión, señor embajador, es la cruda realidad la que llega al fin a instancias internacionales.
Tomada de: El Nacional
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