El nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric, saluda durante su ceremonia de toma de posesión en el Congreso de Valparaíso, Chile. Foto: AFP |
Un hecho histórico quedó registrado este viernes en Chile con la asunción al poder del izquierdista Gabriel Boric quien se convierte en el presidente más joven
El izquierdista Gabriel Boric asumió este viernes la Presidencia de Chile para el periodo 2022-2026, convirtiéndose con sus 36 años en el mandatario más joven de la historia del país.
«Ante el pueblo y los pueblos de Chile, sí prometo», dijo Boric para posteriormente levantar el puño izquierdo y firmar; tras un gran suspiro, su cargo como máxima autoridad del país austral en sustitución del conservador Sebastián Piñera.
Piñera entregó su banda presidencial al senador socialista Álvaro Elizalde, recién nombrado presidente del Senado, quien colocó posteriormente a Boric la suya, reseñó AFP.
Abrazos entre Piñera y Boric
Posteriormente Piñera colocó al flamante mandatario la piocha; una estrella de cinco puntas del libertador Bernardo O’Higgins que representa a la máxima autoridad del país austral. Con esto se cierra el cambio de mando con un abrazo entre mandatario saliente y entrante.
La insignia metálica quedó colgada de la banda presidencial de Boric, confeccionada por costureras del Sindicato Revolucionario Textil de Chile.
Boric cantó el himno nacional con la mano en el corazón y a su termino se despidió dando la mano al ya expresidente Piñera; quien abandonó la sala del Congreso junto a su mujer entre aplausos.
A la toma de posesión invitó, entre autoridades nacionales e internacionales, al joven universitario Gustavo Gatica, quien recibió disparos de balines de goma en sus dos ojos durante una jornada de protesta el 8 de noviembre de 2019; esto en medio de los enfrentamientos entre Carabineros (Policía Uniformada) y manifestantes en el centro de Santiago.
«Es un hito histórico que tengamos un presidente magallánico y que sea el más joven es un orgullo», dijo a la AFP César Montiel.
Montiel es un jubilado de 70 años que se acercó a las vallas dispuestas en torno a la casona y que; como Boric, es de Punta Arenas, ciudad ubicada más de 3.000 km al sur de Santiago.
Y, como ruegan varios seguidores de Boric, que «la gente no le pida que solucione los problemas de inmediato», apuntó Montiel.
Bocinazos y gritos a favor o en contra de Piñera y Boric lanzan desde los autos y también los transeúntes que pasaban frente al Palacio de La Moneda, donde en la noche Boric cerrará su jornada con un mensaje al país desde un balcón.
La esperanza del bienestar
Boric pretende iniciar un camino hacia un Estado de bienestar al estilo de la socialdemocracia europea, para cumplir su palabra de convertir a Chile, donde el 1% de la población posee el 26% de la riqueza, en «la tumba» del neoliberalismo.
«Este es un gobierno que llega al poder en un clima político muy fragmentado, que no tiene mayoría parlamentaria y, por lo tanto, no tiene la posibilidad de hacer reformas muy radicales en el corto plazo», señaló a la AFP Claudia Heiss, jefa de la carrera de Ciencia Política en la Universidad de Chile.
Sin embargo, también «existe este optimismo que viene del proceso constituyente y un impulso por superar el neoliberalismo que yo creo que hoy día se ve con menos temor por los sectores incluso conservadores, porque hay una suerte de sentimiento antineoliberal en el mundo», agregó la académica.
El izquierdista asume con una crisis de credibilidad en la política, un recorte del gasto público de 22,5%, una estimada desaceleración de la economía para este año, una gran migración irregular y un conflicto histórico de tierras no resuelto entre el Estado y el pueblo Mapuche.
Entre los invitados en el Congreso asistieron el presidente Alberto Fernández de Argentina, Pedro Castillo de Perú, el rey Felipe VI de España, así como las escritoras Gioconda Belli, de Nicaragua; y la ‘best seller’ chilena Isabel Allende, que integra la comitiva de Estados Unidos.
Demanda social y feminismo
El nuevo gobierno tendrá que dar respuesta a las demandas sociales por mejor salud, educación y jubilación, y reducir la desigualdad social, exigencias surgidas en el estallido social de octubre de 2019 que sacudió a un país que era considerado uno de los más estables de la región.
«Boric ha prometido diálogo para superar estos problemas y hay que ver si esta predisposición al diálogo se traduce en que la ciudadanía no se agote otra vez esperando soluciones», explicó a la AFP Rodrigo Espinoza, académico de la Universidad Diego Portales.
Otro reto será aunar apoyos para la parte final del proceso constituyente que este año debe convocar un plebiscito para aprobar o rechazar una nueva Constitución para reemplazar a la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Tomada de: Impacto Venezuela
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