Analítica23 febrero, 2024
Ante la evidencia irrefutable de que la muerte de Alexei Navalny es responsabilidad del régimen de Putin la mayoría de los líderes mundiales han rendido homenaje al combatiente por la democracia que fue este personaje. Sin embargo, hay excepciones notables; no se han escuchado comentarios del líder de Corea del Norte, ni de Ortega, Díaz-Canel o Maduro. Ninguno de ellos parece querer incomodar a Putin.
Dos casos particulares merecen mención aparte. En primer lugar, el de Trump, quien si bien hizo una comparación con él en el contexto de su lucha por la candidatura del Partido Republicano, no expresó condolencias, ni atribuyó responsabilidad alguna a Vladimir Putin, a quien considera un gran líder y amigo.
El otro caso es el de López Obrador, quien no ha emitido ninguna declaración sobre este acto condenable y parece mostrar indiferencia hacia todos los acontecimientos mundiales.
El silencio de jefes de Estado o de Gobierno, ante un hecho de tanta relevancia como la muerte, en circunstancias extrañas, del principar lider político que adversaba a Putin, indica que los regímenes autocráticos no les concierne las violaciones a los DDHH que pueda hacer un miembro de la cofradía.
Resulta impactante la falta de humanidad y empatía de estos líderes que, ante la trágica muerte de un luchador político, optan por el silencio para no incomodar al autócrata.
Tomada de: Analítica
No hay comentarios:
Publicar un comentario