En estos últimos días se ha presenciado, tanto en las redes sociales como en los espacios de los columnistas de la prensa escrita, una intensa batalla sobre la Mesa de la Unidad Democrática y unas supuestas maniobras, tenebrosas y oscuras, que algunos de sus dirigentes llevan a cabo a espaldas
no solo de sus seguidores más leales, sino de la mayoría de los venezolanos que confían en esa alianza para detener la destrucción del país.
Vale la pena referirse a estas circunstancias políticas porque se han hecho públicas y notorias en el momento menos deseado, valga decir, cuando la oposición reunida en torno a la MUD viene ganando terreno de forma sorprendente tanto en lo nacional como a escala internacional. Soplan, pues,
vientos favorables que permiten ser optimistas sin caer en un triunfalismo necio y desbordado.
El tema en cuestión tiene que ver con el referéndum, la fecha en que se llevará a cabo y con el papel que un grupo de ex presidentes iberoamericanos está desempeñando en los acontecimientos que se desarrollan paralelamente a los pasos que están dando los venezolanos para darle fecha y final
definitivo al proceso revocatorio.
Se dice, por ejemplo, que el señor Rodríguez Zapatero ha venido a Venezuela a negociar en nombre del presidente Maduro la postergación, hasta el año 2017, de la fecha del referéndum revocatorio a cambio de la libertad de Leopoldo López, preso en una cárcel militar, en la que ningún civil debería estar recluido precisamente porque es una prisión bajo la jurisdicción de la justicia militar.
Quienes tejen esta trama en la que el protagonista es el desteñido y suelas rotas de Zapatero, no las tienen todas consigo porque le dan a este señor una importancia que no tiene ni tendrá aquí en Venezuela. A la vista está el hecho de que salió a toda velocidad por Maiquetía apenas el entorno de
Maduro le advirtió que la gran Marcha de la Unidad iba a ser descomunal.
Surge además otra razón más poderosa y rotunda. ¿Alguien que esté bien de la cabeza puede creer que Leopoldo López se prestaría a esa maniobra? ¿No ha dado acaso pruebas claras y rotundas de que renunció a su libertad para seguir aquí luchando desde la cárcel? ¿Por qué quieren enlodar su sacrificio y su lucha indoblegable? ¿Y su esposa y sus hijos, sus padres, sus hermanas no han sufrido? ¿Se han quebrado, se han arrodillado ante Maduro?
Queda el caso de la MUD. Quienes leen estos editoriales saben que hemos sido muy críticos con la Mesa de la Unidad Democrática, pero no al punto de apalearla y ofenderla, o tildarla de mafiosa. Tampoco hemos ocultado que las andanzas de Timoteo Zambrano nos preocupan y que no nos gusta esa diplomacia encapuchada. Pero de allí a crear zozobra y sospechas sobre cada una de las actuaciones de la MUD, y de todos sus integrantes, hay una distancia muy grande.
Se equivocan quienes piensan acaloradamente que el revocatorio tiene dueño, que se puede vender o hipotecar a espaldas de los ciudadanos. Sin el respaldo de los venezolanos que marcharon, la MUD se desinfla. Y no son tontos para botar por la ventana semejante capital político y electoral.
Fuente: El Nacional
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