En medio del ambiente caldeado producido por la reunión de la MUD y su iniciativa de no aceptar las condiciones inmorales e ilegales propuestas por el aquelarre del Consejo Nacional Electoral, el presidente Maduro decidió apartarse de tanto sufrimiento y viajó a descansar en paz y libertad en la hermosa y apacible Cartagena de Indias.
Le irá muy bien seguramente en este reencuentro con Colombia, saludará a su amigo Juan Manuel Santos, recordará con él tantos episodios en ese suelo de la hermana república que, sin lugar a dudas, ahora es más hermana y más familia que nunca. No está demás que Delcy tenga presente durante sus infantiles pataleos y gritos de rabia que “quien le pega a la familia se arruina”.
En Colombia el aire es familiar y al presidente Maduro no le gusta que la canciller, por muy amiga que sea, se meta en cuestiones de familia y de nacionalidades enfrentadas cuando entre Cúcuta y Caracas la sangre corre no solamente en las calles sino en las venas, en los ADN y desde luego en el alma patriótica. Como bien dijo el ex presidente Uribe en tono de broma: Nicolás es paisano y eso vale mucho en los países bolivarianos.
El señor Maduro ya está de protagonista, por mampuesto, en Cartagena, donde hará saber al mundo que la paz entre las narcoguerrillas de las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos ha sido posible gracias la acción del comandante galáctico, su antiguo “nuevo mejor amigo”.
Al partir a la hermana república, Maduro dijo: “Allá vamos, voy (...) hasta Cartagena para llevar el espíritu de Hugo Chávez, ese gran constructor de la paz de Suramérica, de Colombia y de Venezuela”. Agregó, de acuerdo con la agencia Efe, que se proponía llevar la voz del pueblo de Venezuela.
La verdad es que, según las encuestas publicadas en la prensa nacional, Maduro quizás le lleve apenas 20% de “la voz del pueblo”, pues cerca de 80% desea ir al revocatorio para cambiar de mandatario y de modelo de gobernar. La voz de los venezolanos está llena de exclamaciones no muy propias de una visita protocolar: “Tenemos hambre”, “no queremos más colas” y, sin duda, “manden medicinas”.
Resulta curioso y levanta suspicacias en círculos bien informados que el presidente Maduro viajara seguro y sin temores a Cartagena de Indias, cuando de Margarita tuvo que salir en estampida ante las protestas de los habitantes. Y más aún, que llenara la dulce isla con 12.000 integrantes de la policía, la Guardia Nacional Bolivariana, el Sebin, el Ejército y la Marina; y que prohibiera volar a los turistas y a los diputados de la Asamblea Nacional que se dirigían a sesionar en Nueva Esparta.
Según la agencia Efe, a la firma del acuerdo de paz asistieron los presidentes de Cuba, Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica, El Salvador, México, Panamá, República Dominicana, Perú, Ecuador, Honduras, Guatemala y Paraguay. Igualmente, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry; el rey Juan Carlos I de España y los ex presidentes Felipe González (España), Ernesto Zedillo (México) y José Mujica (Uruguay), así como el ex secretario general de la ONU Kofi Annan. También participaron los secretarios generales de la ONU, Ban Ki-moon, y de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro. ¿Volarán los drones en libertad?
Fuente: El Nacional
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