RAMÓN RIVAS AGUILAR / IDEAS EN LIBERTAD 04OCT2020
Venezuela está en el epicentro de todos los pulsos geopolíticos
Del poder mundial que viene realizándose en los últimos tiempos (Roberto Mansilla)
Por fin alguien está tomando en cuenta la dimensión geopolítica del conflicto venezolano. Comenzó desde el momento en que Chávez integró a Venezuela en el bloque geopolítico al que pertenece Cuba: Ya no es parte del mundo Occidental (Elizabeth Burgos)
La «Provincia de Venezuela» tierra de gracia, geografía caribeña, atlántica, amazónica y andina, es hoy el epicentro de las contradicciones y paradojas que se desatan entre los imperios y naciones con repercusiones significativas en el escenario geopolítico mundial. Las contradicciones y las paradojas que expresan en definitiva, la lucha entre el mundo libre y el mundo del estatismo, del autoritarismo, del totalitarismo, del mesianismo y del fundamentalismo religioso y teológico. Esta diminuta geografía, de unos 916.000 kilómetros de extensión territorial, ante la mirada de más de 7.500 millones de habitantes, es parte vital de los acontecimientos geopolíticos más importante de la historia universal.
Lo que significa que el triunfo de la libertad sobre el despotismo representa el triunfo de la luz sobre la sombra; el triunfo de la dignidad contra el totalitarismo. En otras palabras, la derrota histórica del totalitarismo, en la pequeña Venecia, será el éxito histórico del republicanismo, con impactos gigantescos a lo largo y ancho de la geografía política mundial. Es decir, es el inicio del fin de toda esa gama de izquierdismo y derechismo, enemigos de la libertad. No es poca cosa lo que se está jugando en esta provincia. Circunstancia que ha dado y sigue dando lecciones históricas en defensa de la libertad contra el totalitarismo.
Seré atrevido, audaz, irreverente e insensato al estilo tertuliano, mirar más allá de los esquemas convencionales,para interpretar el mundo de hoy. Es decir, de la importancia capital de novedosas formas geopolíticas, más allá de la geopolítica de la energía. Es decir, los analistas de hoy, deben hacer uso de miradas no convencionales para investigar la naturaleza de lo que está aconteciendo con la génesis y expansión de un orden civilizatorio, distinto al mundo de ayer. De otra manera, se percibe lo que denominaría una geopolítica policéntrica universal. Los temas de la nueva economía, las nuevas tecnologías, culturales, energéticas, religiosas y teológicas desde el enfoque múltiple de la geopolítica. Por ejemplo, los más insensatos hablan de una geopolítica de la pandemia del COVID 19.
En este sentido, la realidad es tan compleja como para considerarla una simple lucha por el control de la energía. Nada de eso. Es obvio que haya interés vital en ese forcejeo entre los imperios y las naciones por el dominio de las fuentes de energía. Pero, ello está determinado, en última instancia, por las ideas en defensa de la libertad o en defensa del totalitarismo. Es la clave para comprender por qué aquellos imperios y naciones de origen totalitario tiene un interés vital es destruir los fundamentos de la civilización occidental. Y, otros imperios y naciones en pro de la libertad contra el totalitarismo. Pues bien, eso es lo que está decidiendo en la provincia de Venezuela: dos maneras de percibir en las nuevas circunstancias mundiales, el fenómeno geopolítico, después del fin de la utopía y de la post-guerra: Libertad vs. Totalitarismo, más allá de la geopolítica de los fósiles convencionales. Los tontos útiles siguen con esa verborrea que no tienen ningún soporte científico. Y, sobre todo disertar sobre ese tema, cuando Venezuela dejó ser un país petrolero y desapareció del escenario energético mundial. Esa mirada no tiene peso histórico, cuando en el mundo existe un mercado petrolero diversificado, con abundancia de petróleo para abastecer los mercados de los consumidores y sin posibilidad alguna que se utilice esa fuente de energía como arma de chantaje y de terrorismo, por parte del nacionalismo tercermundista. Asimismo, una revolución energética que convirtió a EEUU, primer productor del petróleo y gas del mundo. En otras palabras, independencia energética, confianza y seguridad de esa fuente de energía para el mundo libre. Al mismo tiempo, el desarrollo de fuentes alternas de energía. De igual modo, se visualiza un nuevo paradigma energético global. No deja de ser importante señalar que unas cuantas corporaciones petroleras privadas invierten recursos en otras fuentes de energía del futuro. Se devela en perspectiva histórica. la configuración de un complejo mapa energético que, en definitiva, sepultará el mundo petrolero convencional y su arma política: la geopolítica del petróleo.
Así, pues, el meollo central de la nueva dinámica geopolítica, en estos tiempos de complejidad e incertidumbre, se centra en la defensa de la libertad o la defensa del totalitarismo. Es el nudo central, el eje axial que se decide en la «provincia de Venezuela». Lo demás viene por añadidura. De lo que se trata, en definitiva, es examinar cuales son las ideas y las creencias que respaldan a imperios y naciones y ese afán febril por la energía como el motor que mueve la maquinaria industrial del planeta. No solo es una conducta pragmática y de negocios que mueven el apetito energético de las naciones. No solo eso. Las ideas cuentan, defienden la libertad; el autoritarismo, el populismo, el estatismo, el colectivismo, el totalitarismo, el mesianismo y el fundamentalismo.
En fin, en la «provincia de Venezuela» triunfará el resplandor republicano que arrollará en un torbellino la cultura del autoritarismo y sus modalidades en cada uno de los rincones de la geografía universal. En ese sentido, una sociedad libre con una arquitectura institucional en defensa de la vida física y jurídica de las personas, de los derechos de propiedad y de la libertad de pensamiento. En ese marco de libertades, únicas e indivisibles, la dinámica natural de libre mercado y comercio, la posibilidad de atraer toda la fortaleza científica, tecnológica, económica, mercantil y financiera del capitalismo, permitirá impulsar la riqueza material, minera y no minera que se encuentra a lo largo de la geografía nacional. La Venezuela republicana, federal, liberal y democrática es el camino para que los negocios tanto de los capitalistas extranjeros y nacionales sin ningún tipo de restricción salvo la que establezca el orden institucional se desplieguen libremente, bajo la impronta de la ley y la justicia. Lo que significa nada de privilegios, de capitalismo compinche, de negocios turbios y de todo tipo de artimaña para hacer negocios ilícitamente. Nada de eso. La democracia y los negocios, es la dupla promoverá el bienestar material y cultural de los venezolanos.
En ese horizonte vital, la geopolítica de la energía en el ámbito de la democracia y una arquitectura institucional que impida procesos de concentración de poder político, económico, social y cultural. Es decir, Competencia y cooperación, como resultado de un orden espontáneo de mercado, cuyas reglas de juego están protegidas por la ley y la justicia. Nada de privilegios especiales. Nada de eso.
Es el reto histórico de las nuevas y las viejas generaciones, de espíritu republicano, cuyo liderazgo político lo representa el Juan Guaidó, con un papel estelar en el escenario mundial. Un privilegio excepcional en el devenir de la historia. Un lucha titánica de una nación civilista, de unas naciones republicanas y democráticas, con el aliado más poderoso los EEUU. La más bella aventura histórica que haya librado pueblo alguno en la historia de la humanidad. No hay evasión posible.
Referencias
Imagen: Obra «The light» de Koloman Moser
Tomada de: Ideas en Libertad
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