sábado, 20 de febrero de 2021

El costo de las consultas médicas enferma a los venezolanos

 

Orianny Granado|Febrero 20, 2021

El deterioro progresivo del sistema de salud público ha llevado casi a la privatización en pleno el sistema sanitario. Esto, sumado al alto costo de los medicamentos, hace que los ciudadanos hayan dejado su salud a un segundo plano, y que asistir a consultas o comprar el tratamiento recetado no sea una prioridad


Desde hace varios años la salud en Venezuela dejó de ser un servicio accesible. De hecho, hace mucho que se cotiza en dólares. A diario encontramos en las redes sociales planes de seguros que se cobran en moneda extranjera, con motos muy alejados de la realidad para la gran mayoría de los ciudadanos, quienes sobreviven con un salario miserable en medio de una economía inflacionaria.



Para febrero de 2021 el salario básico en Venezuela es de tan solo un 1,2 millones de bolívares al mes, es decir, menos de un dólar de acuerdo a la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV) para la tarde del viernes 19 de febrero, que se situaba en 1.720.426,05 bolívares.


Y ese es el salario que percibe Yamileth Gutiérrez, de 54 años, en su trabajo como secretaria en un colegio privado en Caricuao. Hace varios meses, Yamileth comenzó a sentir fuertes dolores estomacales que con el tiempo se han ido agudizando y la han llevado a tener episodios de diarrea, vómito, inflamación del abdomen y poco o nada de apetito.

 

Yamileth no ha podido costear los gastos de una consulta médica que la lleve a saber qué hay detrás de estos agudos dolores. «Tengo cuatro hijos, la menor tiene 27 años, gracias a Dios todos trabajan y me pueden ayudar, pero yo no puedo pedirles que paguen tan caro una cita médica, porque cada uno tiene su responsabilidad. Además, ese dinero se puede invertir en comprar comida que es lo primordial», asegura.


Ella asume que como gran parte de su familia, padece de colon irritable, una enfermedad que nadie le ha diagnosticado pero que ella compara con las dolencias de sus hermanas.


«A mis hermanas si comen granos se les inflama así la barriga, les dan unos dolores que parecen como de vientre y lo que quieren es vomitar y vomitar, eso me pasa a mí, sumado a una fuerte diarrea que apenas me dan ganas sino corro me hago encima», admite.


Para Yamileth Gutiérrez no es solo el excesivo costo de las consultas, sino todo lo que de ellas saldrá. «En Venezuela tú vas al médico cuando te sientes verdaderamente mal, porque haces el enorme sacrificio para pagar. Pero ni loca voy a un CDI o un hospital, a recibir malos tratos y a tener que pagar hasta por respirar, entonces es igual».


«Imagínate que voy al médico, y el tratamiento quién lo va comprar, seguro me mandan estudios y eso ahorita es imposible de pagar, te digo esto y me dan ganas de llorar, porque esto antes no era así», señala la mujer entre lágrimas al explicar que hay alimentos que ni siquiera puede tolerar. «Pero qué hago, tengo que comer eso porque no hay nada más».


El precio de una consulta con el gastroenterólogo ronda los 55 dólares o al cambio en bolívares, mientras que la realización de exámenes de laboratorio como el perfil 20 varia entre los $15 y 15 millones de bolívares; mientras que una endoscopia puede ir desde los 80 dólares hasta los $120 y una colonoscopia puede sobrepasar los 130 dólares.


Es decir, para que Yamileth pueda ir al médico a ver qué hay realmente detrás de sus dolencias necesita hacerse con no menos de 50 dólares, esto únicamente para costear los gastos de las consultas, sin contar exámenes o tratamientos.


Una crisis que agudizó con la pandemia 

Como millones de venezolanos, Yamileth no tiene opción de ir a un hospital. La covid-19 trajo consigo más complicaciones para el deteriorado sistema de salud público en Venezuela, pues de acuerdo a una orden dada desde la administración de Nicolás Maduro, durante los primeros meses de pandemia los hospitales fueron capacitados únicamente para atender casos de coronavirus, es decir, todas las consultas, servicios o intervenciones quirúrgicas quedaron paralizados, y solo si las personas presentaban una emergencia podían ingresar.


Incluso actualmente, los hospitales han reactivado solo de manera gradual sus citas médicas. Tras casi un año en pandemia, la necesidad de atender otras enfermedades se hace urgente. En hospitales caraqueños como el José María Vargas, Los Magallanes de Catia o el Periférico de Coche se están realizando consultas en algunos de los servicios, pero lograr conseguir una cita es un verdadero calvario.

 

Otros servicios públicos de salud transitan el  mismo drama. Por ejemplo, en el Instituto de Previsión y Asistencia Social del Personal del Ministerio de Educación (Ipasme) ubicado en la esquina Sagrado Corazón de Jesús, están dando consultas algunos especialistas, pero solo van una vez al mes y con cita previa; es decir, cada persona debe madrugar y anotarse en una lista para, con suerte, ser uno de los ocho pacientes que serán atendidos en la jornada. De lo contrario tendrá que esperar un mes para probar suerte.


«Los médicos también vivimos en dólares»

El médico internista José Félix Oletta explicó que la dolarización de la salud se debe a la misma crisis económica que vive el país, que ha estado marcada por la pérdida de poder adquisitivo del bolívar, moneda de curso oficial. “Los médicos en Venezuela estamos viviendo en dólares también, tenemos que comprar en dólares igual al resto de la población”, aseguró.


A su juicio, el valor de las consultas médicas en consultorios privados y clínicas se debe al alto costo de los insumos médicos, así como el incremento de los precios para “poder mantener abierto un consultorio”.


Detalló que, en su caso, en el que atiende en un consultorio privado ubicado en el municipio Libertador de Caracas, debe pagar los servicios públicos a montos sumamente elevados, “cuando tengo que ir a pagar la luz y el servicio del aseo urbano me cobran tarifas equivalentes a una clínica, los montos han llegado a acercarse fácilmente a los 100 millones de bolívares”, dijo. A ello se suman los gastos generados por el servicio telefónico, el condominio, salario de la secretaria, la limpieza y el alquiler del local, entre otros.

 

Sin embargo, para Oletta es necesario que en medio de la tragedia los médicos actúen bajo el “principio de la solidaridad con los pacientes, dando la mejor atención posible y sin especular”; advirtiendo además que un paciente que llegue al consultorio es una persona que probablemente no pueda avanzar en el proceso para un diagnóstico correcto, debido a los altos costos de los estudios.


“Hoy un perfil general (química sanguínea) es hasta una o dos veces más costoso que la propia consulta”, dice, y asegura que tanto médicos como pacientes deben lograr un convenio que permita garantizar la salud de los ciudadanos.


Oletta, quien fue ministro de Salud, señaló que en la actualidad existe la necesidad de que, desde la Federación Médica y desde las escuelas de medicina, se emitan pronunciamientos en beneficio de la calidad de atención a las personas, en un llamado a evitar la especulación. “Hemos estado viendo honorarios de hasta $300 por pacientes en un área de hospitalización, perfectamente se puede cobrar mucho menos” indicó.


“La misma crisis nos lleva a un deterioro no solo de la atención pública sino privada y en esto tienen que ver la mejor forma es que haya un autocontrol, que los médicos lleguemos por nuestra propia convicción», dice Oletta, quien hace un llamado al gremio porque «no tiene ningún sentido especular en una Venezuela empobrecida”.

Tomada de: TalCualDigital

No hay comentarios:

Publicar un comentario