Félix Plasencia junto al canciller de Rusia, Serguei Lavrov |
Por El Nacional -noviembre 9, 2021 / APÓYANOS
Es muy difícil saber qué entiende el gobierno chavista por diplomacia o relaciones exteriores, pues ellos solo establecen lazos con los “amigos” que les apoyan en todas las barbaridades. Ejemplo de este detalle es la visita del canciller de Nicolás Maduro, Félix Plasencia, a su homólogo ruso, en la que aseguró que «el diálogo con la oposición no está muerto».
Si le aplicamos la misma dosis de cinismo con la que han asistido a esas reuniones en Ciudad de México, pensamos que solo le faltó agregar el estribillo de aquella famosa canción: «Está de parranda».Esa falta de seriedad y preocupación por el bienestar de los venezolanos fue la que los llevó a suspender toda negociación apenas se enteraron de la extradición de Alex Saab a Estados Unidos. Una demostración más de que no entienden o quieren ignorar la magnitud de la crisis. El sufrimiento de la población no se puede dejar en pausa hasta que a ellos les dé la gana. No solo patearon la mesa, sino que lo dejaron tan claro que los facilitadores noruegos también se fueron de México. ¿O es que Plasencia entiende este “diálogo” como una vía para hacer que la oposición termine de convencerse de que ellos no van a dejar el poder tan fácilmente?
“El presidente Nicolás Maduro lo ha dicho una y repetidas veces: sus manos y brazos están abiertos para el diálogo, el encuentro, la comunicación, porque su empeño es la paz, la tranquilidad de todos los venezolanos”, aseguró, como si el objetivo de estas reuniones fuera tomarse un café con los opositores. Ya hemos insistido en este editorial que este tipo de encuentros si no llevan a negociaciones efectivas para salir de la crisis no sirven para nada. Ratificar lo obvio no es señal de nada. Dialogar por hablar tonterías no es lo que necesita el país.
Pero Plasencia está claro, y si los opositores no quieren entender las verdaderas intenciones del gobierno chavista con estas reuniones es porque voltean para otro lado. El canciller de Maduro insiste en que se han empeñado en la ruta de la “tristeza, de la muerte, del desacato” y que más bien deben adoptar “la ruta sana de construir la dignificación de la vida de todos los venezolanos”. Es decir, que asuman que es el chavismo el que tiene la sartén por el mango y que todo lo que ocurre en Venezuela es culpa de las sanciones unilaterales de gobiernos como el de Estados Unidos.
Jamás reconocerán su responsabilidad sobre la debacle que vive el país. Nunca admitirán que generaron la crisis más grave que se ha vivido en la historia de Latinoamérica. Ni que los señalen las cortes internacionales ni que los delaten sus antiguos aliados. Ellos ven este “diálogo” como una distracción, y así seguirán llevándolo.
Por eso es mejor poner atención a lo que el gobierno chavista dice clara y abiertamente, pues está visto que para ellos reunirse con los opositores no es más que un juego dilatorio para seguir en Miraflores. Y para el otro bando, si pretenden volver a sentarse a esa mesa, tomen en cuenta que tienen que ir con el único objetivo bien claro: salir de esta pesadilla sin más dilaciones.
Tomada de: El Nacional
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