sábado, 13 de noviembre de 2021

Preocupación regional / Editorial El Nacional sábado 13nov2021

 

OEA

Por El Nacional -noviembre 13, 2021 / APÓYANOS

Ni la pandemia ni los problemas económicos de Latinoamérica son tan preocupantes como la situación de Venezuela para los delegados regionales ante la Organización de Estados Americanos. El organismo multilateral ha estado tan pendiente de la crisis del país que el gobierno de Nicolás Maduro decidió salirse.


Hay que comenzar por agradecer este empeño de la OEA en discutir y presionar por una solución para la crisis humanitaria, política y económica que vive Venezuela. Desde la secretaría de la organización, con Luis Almagro a la cabeza, se han ventilado los problemas y se han hecho las denuncias más pertinentes.


Todo eso ha sido posible porque la OEA sabe que lo que pase en Venezuela influye en muchos otros países de la región, para bien o para mal. Por eso es parte del debate y de la preocupación de los países miembros. Por supuesto, no deja de observarse en este escenario multilateral la influencia que la chequera del chavismo ejerce en países como Cuba y Nicaragua y otros del Caribe, que siempre salen a defender lo indefendible.


Eso ocurrió también en esta última Asamblea, pero sin que tuviera algún efecto. Países como Canadá y Colombia conocen bien la situación que atraviesan los venezolanos, las consecuencias de la migración forzada de millones de personas, el hambre y las necesidades que pasan los que están en el país y el negro panorama político que se avecina. Por eso insistieron en esta reunión en exigir medidas como la libertad de los presos políticos y el respeto al derecho de elegir a los gobernantes. Esto último es sumamente importante y oportuno porque se avecina un proceso comicial que no ofrece garantías democráticas.


El planteamiento de los problemas de países que giran en la órbita del chavismo es evidencia, además, de que los gobiernos democráticos de la región saben de los intentos del modelo venezolano de instaurarse en otras latitudes con el ejemplo cubano a la cabeza. Esto genera riesgos para las libertades políticas, económicas y sociales de los latinoamericanos. Esta nefasta influencia es un problema que debe ser erradicado y la única manera de que esto ocurra es que Venezuela resuelva su crisis.


El debate en la OEA es sano para la región y es una advertencia de que todos los países deben estar vigilantes para defender la democracia que tanto ha costado conseguir. Ayudar al pueblo venezolano es ayudar a todo el continente.

Tomada de: El Nacional

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