Por El Nacional -diciembre 25, 2021 / APÓYANOS
Después de que pidió que los venezolanos se olvidaran de él por 15 días, Nicolás Maduro apareció esta semana para informar que ya la variante ómicron del covid-19 está circulando en Venezuela y que tienen identificados siete casos.
Y esta declaración es una muestra más de la importancia que le da el gobierno chavista a la salud de la población, pues lo que en realidad quieren decir estos datos es que apenas un puñado de las pruebas que han procesado sus laboratorios han sido identificadas con esta cepa.Los días de Navidad y de final de año son de relajo total en el país, incluso con mandato gubernamental. Lo grave es que ni se sabe a ciencia cierta la cantidad de infectados, mucho menos el número de fallecidos por la epidemia y ni hablar de los vacunados. Ninguno de los datos que aporta el gobierno chavista diariamente son confiables y la irresponsabilidad de eliminar las restricciones en sitios públicos es parte de la manera como ellos se ocupan de la salud del país.
Ya lo dijo el especialista Julio Castro: “La dificultad no está en la presencia de la variante, la dificultad está en la poca confiabilidad de los datos oficiales, las últimas semanas en promedio 9 estados no reportan datos al total nacional”. El interior del país está completamente desprotegido ante la pandemia; la población ni siquiera tiene idea de con qué se está enfrentando y mucho menos llegan las vacunas. Los chavistas aseguran que más de 80% de la población ha recibido la inmunización pero el dato más certero parece indicar que apenas 47% tiene la primera dosis.
Si la gente en los pueblos y ciudades del interior se muere de covid no se llegará a saber nunca, pues la mayoría no alcanza ni siquiera a ser tratado en un centro de salud, que son escasos los que están atendiendo y tienen muy pocos especialistas. Si ni siquiera saben los modos de transmisión, los síntomas ni la gravedad, ¿cómo van a darse cuenta de que ómicron es más contagiosa?
Cuando el mundo entero vuelve a encerrarse para evitar la mortandad por esta variante o cualquier otra, el gobierno chavista insiste en mentir con que todo está muy bien y no explica la gravedad del asunto. Los que se contagian y mueren por la enfermedad son responsabilidad directa de esta cúpula chavista que no hace su trabajo de garantizar la salud de los ciudadanos.
Esperemos que con la donación de los camiones refrigerados puedan comenzar a vacunar a la población del interior del país, aunque este gobierno no sabe lo que es una campaña de ese tipo. Durante los años de democracia los médicos se iban hasta en burro a las últimas poblaciones y así se erradicaron enfermedades tan terribles como la malaria.
Solo le pedimos al Niño Jesús que baje a estos gobernantes chavistas de su nube para que se ocupen aunque sea un poco de trabajar por el bien de la gente.
Tomada de: El Nacional
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