TalCual|Febrero 9, 2022
Los migrantes venezolanos negaron haber intentado embestir uno de los botes de la Guardia Costera y afirmaron que un motor defectuoso les impidió intentar escapar
Un grupo de migrantes venezolanos, detenido por las autoridades de Trinidad y Tobago el 5 de febrero, negó la versión de la Guardia Costera de ese país sobre el incidente que ocasionó la muerte de un bebé a bordo de un bote.
Según el comunicado de la Guardia Costera, el TTS Scarborough detectó una embarcación que cruzaba aguas desde Venezuela hacia la costa sur de ese país. Se dieron varias voces de alto y advertencias antes de proceder a disparar contra la embarcación que transportaba a los venezolanos, que supuestamente intentaba embestir y evadir su captura.
En el hecho, falleció el bebé Yaelvis Santoyo Sarabia, de un año y cuatro meses, mientras que su madre resultó herida entre el seno y la clavícula.
Los abogados Criston Williams y Siddiq Manzano dijeron al diario Newsday que después de entrevistar a tres de los migrantes que viajaban en el barco, hubo diferencias clave en su versión de los hechos y el informe de la Guardia Costera.
Manzano detalló que los migrantes con los que habló negaron haber intentado embestir uno de los botes de la Guardia Costera y afirmaron que un motor defectuoso les impidió intentar escapar. “Dijeron que el bote en el que viajaban tenía dos motores y uno de los motores se paraba y volvía a encenderse”.
Otras de las cuestiones que comentaron los venezolanos es que la primera embarcación de la Guardia Costera que vieron fue la más pequeña. Aseguran no haber escuchado bocinas o megáfonos.
“Sí vieron las bengalas, una de las cuales dijeron apuntaba al cielo, el otro apuntaba a su barco. Poco después de eso, escucharon los disparos. Dijeron que la Guardia Costera solo dejó de disparar después de darse cuenta de que alguien a bordo de su bote estaba herido”, explicó el abogado, según los testimonios de los migrantes.
El abogado precisó que, tras ser interceptados, el grupo de migrantes, que constaba de 20 niños y 17 adultos, fueron subidos al TTS Scarborough y llevados al helipuerto de Chaguaramas, donde permanecieron detenidos hasta la tarde del martes 8 de febrero.
Las autoridades de Trinidad y Tobago ofrecieron sus condolencias. La tarde del martes el ministro de Seguridad Nacional de Trinidad y Tobago, Fitzgerald Hinds, anunció que dos agencias de la nación caribeña están investigando el incidente.
Las solicitudes de investigación fueron exigidas desde cuatro agencias de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que lamentaron la muerte del menor migrante y las pocas posibilidades que ofrece el Gobierno de Trinidad para una migración segura.
Tomada de: TalCualDigital
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