TalCual|Febrero 14, 2022
Incluso con el «boom» petrolero y la mayor renta que jamás recibió Venezuela, el PIB creció apenas un 48% entre 1997 y 2013, mientras que ahora debe escalar un 467% para alcanzar los niveles que tenía hace una década
Durante 2021 Venezuela empezó a recorrer los primeros pasos de un largo sendero de recuperación económica, que podría extenderse durante décadas si no se toman medidas para acelerar el proceso.
El mandatario Nicolás Maduro celebró con bombos y platillos un crecimiento de 4% durante 2021. La cifra podría ser significativa para economías grandes, pero en el caso de un Producto Interno Bruto (PIB) tan disminuido como el de Venezuela, este progreso es demasiado tímido.
Si las esperanzas del Ejecutivo están centradas en mantener el mismo ritmo de crecimiento que tanto se celebró en 2021, los números indican que la economía recuperaría el tamaño que tenía en 2013 en unos 32 años, en el mejor de los casos.
Y es que, para alcanzar el tamaño de la economía de Venezuela en 2013, última cifra de incremento del PIB antes de la crisis de contracción continua que se extendió durante ocho años, se requiere un crecimiento bruto acumulado de 467%.
En otras palabras, Venezuela tendría que cuadruplicar el tamaño de su economía, algo súmamente difícil para cualquier contexto económico y aún más complejo en las condiciones actuales.
De acuerdo con el economista Manuel Sutherland, en un artículo publicado en Politika UCAB, mantener una tasa de entre el 4% y el 5% es inútil para las pretensiones de crecimiento que proyecta el gobierno de Nicolás maduro. Recalca que a los ritmos actuales, estos serían los tiempos de recuperación:
Alrededor de 23 años con una tasa de crecimiento económico interanual del 5% para alcanzar el PIB de 1997.
Unos 32 años con una tasa de crecimiento económico interanual de 5% para recuperar el PIB de 2013.
Aproximadamente 40 años con una tasa de crecimiento interanual de 4% para llegar al tamaño del PIB de 2013.
En este sentido, sostiene que Venezuela necesitaría una «explosión productiva» que permita alcanzar tasas de dos cifras y allanen el camino para una verdadera recuperación acelerada y sostenible en el tiempo.
Esto solo podría ser posible con la ayuda de un aluvión de inversiones tanto extranjeras como nacionales, emprendimientos formalizados, fusiones empresariales y un profundo aprovechamiento de las ventajas comparativas y competitivas que tiene el país.
Este camino no sería fácil y de hecho marcaría una recuperación histórica en la región, pues en el pasado países como Chile habían logrado tasas importantes de crecimiento, pero con unas condiciones mucho más adecuadas que las de Venezuela.
En este caso, ni siquiera durante el período en el que Venezuela recibió más dinero que nunca antes en su historia gracias al «boom» petrolero de entre 2004 y 2013, se presenció un crecimiento tan elevado.
De hecho, el PIB creció tan solo un 48% entre 1997 y 2013. Ahora debe afrontar un crecimiento 10 veces superior con una economía mundial en crisis por los efectos de la pandemia y muy pocas capacidades industriales en el país.
«Teniendo un histórico boom de precios, previsiblemente irrepetible, la economía creció a un ritmo bajo, para la cantidad de renta petrolera adquirida. Sin ese estallido rentístico a la vista, la economía venezolana luce con muchas menores potencialidades», argumenta Sutherland.
Tomada de: TalCualDigital
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