Analítica5 junio, 2025
El crecimiento de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer ya no puede explicarse solo por el envejecimiento poblacional o los avances en el diagnóstico. Lo que estamos viendo es otra cosa: una verdadera epidemia silenciosa.
La Organización Mundial de la Salud estima que hoy hay más de 55 millones de personas viviendo con demencia, y que esta cifra se triplicará para 2050. En el caso del Parkinson, se han duplicado los casos en los últimos 25 años, y se proyectan más de 17 millones de afectados en menos de dos décadas, según The Lancet Neurology.
El deterioro neurológico está llegando más temprano y a personas sin antecedentes. ¿Las causas? Aire contaminado —el 99% de la población mundial respira aire que excede los niveles seguros—, alimentos ultraprocesados, exposición a pesticidas, metales pesados, estrés crónico y un estilo de vida sedentario y desregulado.
La medicina va detrás de los efectos, pero no frenamos las causas. Hay falta de políticas públicas preventivas, de educación en salud cerebral, de control ambiental y de regulación sobre los productos que consumimos a diario.
¿Estamos viviendo más? Sí. Pero también estamos enfermando más. Y si no se actúa hoy, las consecuencias sociales y económicas serán devastadoras mañana.
No es exageración. Es la realidad. Y la pregunta ya no puede evitarse: ¿nos estamos suicidando en vida?
Tomada de: analitica
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