BELTRÁN VALLEJO vallejobelis3@gmail.com Like/TalCualDigital
En definitiva, eso es lo que tenemos. A estas alturas no vamos “a arrear la burra pal monte”. Lo que sí es prioritario es comulgar con la gente en la calle, planificar con la gente, decidir con la gente, organizar, motivar, escuchar mucho y actuar con mucha reflexividad, pero desde la calle y con la movilización popular
El día martes, 8 de marzo, la MUD presentó un mapa de distintos escenarios para ponerle un punto final al gobierno de Maduro. Se trata de “senderos” que hay que recorrer y cuyas características están delineadas en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
En verdad no puedo callar mi reflexión sobre este anuncio, porque se me parece a la promoción de un producto comercial llamado “tres en uno”, una oferta de ventajas convergentes y de una sola factura, un producto que promete ser multiservicios como un celular con sus diversas aplicaciones. Pero a veces estas “gangas” no son tan efectivas porque “el que mucho abarca, poco aprieta”. A mi criterio, este planteamiento de la MUD se presenta sin focalización de esfuerzos, sin jerarquización ni prioridades. Además, como cada camino tiene sus caminantes particulares, unos trotarán, otros caminarán en pareja, o caminarán de día y algunos de noche; por lo que, valorando esta estrategia variopinta, creo que se puede generar un gasto social y político enorme; pero bueno, ya veremos lo relacionado con la “permanencia” en el tiempo de alguna de esas tácticas, o quizás no quede ninguna y surja algo “sobrevenido”. Inclusive, hasta con el país destartalado, no es descartable que apenas se presente el escenario que ya está establecido en el ciclo electoral: la elección de gobernadores.
En el orden del anuncio, la MUD planteó primero la “renuncia”, figura contemplada en el artículo 233 constitucional, referido a las faltas absolutas del Presidente; una alternativa que ha sido tratada por el PSUV como una pendejada de la oposición porque Maduro ya ha dicho que “nos bajemos de esa nube”. Entendemos entonces que este señor no renunciará voluntariamente (hay muchos intereses en juego, y que por cierto, no son los “altos intereses de la patria”), y por ser así, se trata pues de la opción que más amerita de un tejido social que actúe masivamente en las calles.
Sobre el referéndum revocatorio, se trata de que al pueblo se le consultará sobre la permanencia o despido de Maduro, depositando dicha opinión en la urna electoral. Dice el artículo 72 constitucional que los cargos de elección popular son revocables cuando pasan la mitad del período, activándose este proceso con la solicitud del 20 por ciento de los electores inscritos en el circuito correspondiente (4 millones de venezolanos); lograda la activación, se convoca al referendo revocatorio, pero debe concurrir un número igual o superior al 25 por ciento de los inscritos en el REP (mínimo constitucional de participación), y, para efectivamente revocar el mandato, debería votar en contra de Maduro por lo menos la misma cantidad de los que lo eligieron (no menor de 7.587.579 votos). Cabe destacar que Capriles planteó presentar ante la AN un proyecto de Ley de Referendo, creando así condiciones legales para evitar los obstáculos que ponga la mafia en el poder.
Y la otra táctica es la “enmienda constitucional”, calificada como la más “expedita”, y que está concebida en los artículos 340 y 341, tratándose de que una mayoría de los integrantes de la Asamblea Nacional modifique el artículo de la Constitución correspondiente al lapso del periodo de gobierno del Presidente de la República, reduciendo el tiempo de sus funciones.
En definitiva, eso es lo que tenemos. A estas alturas no vamos “a arrear la burra pal monte”. Lo que sí es prioritario es comulgar con la gente en la calle, planificar con la gente, decidir con la gente, organizar, motivar, escuchar mucho y actuar con mucha reflexividad, pero desde la calle y con la movilización popular.
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