martes, 5 de abril de 2016

El J. M. de los Ríos dejó de alimentar a lactantes


El jueves en la noche 30 niños no tuvieron su tetero para cenar porque sus padres no tenían dinero para comprar las fórmulas que antes suministraba el hospital

ISAYEN HERRERA/IHERRERA@EL-NACIONAL/El Nacional
Desde hace un mes los niños lactantes o que necesitan solo consumir líquidos por alguna patología no han tenido su tetero en el Hospital de Niños J. M. de los Ríos, en Caracas.

El jueves en la noche fue un día más en que en Sala de Fórmulas Lácteas desfilaban padres para entregar un envase de compota con una pequeña porción de leche que les donaron; algunos encontraron una fórmula láctea “bachaqueada en Petare” y otros solicitaban que, por esa noche, las auxiliares de dietética les pudieran solucionar de alguna manera que sus hijos no pasaran hambre. De 38 niños solo 8 cenaron.

Una madre con un hijo de tres años diagnosticado con esofagitis cáustica –inflamación crónica en el esófago, por lo cual solo puede ingerir líquidos– apeló esa noche a la leche que compraron las dietistas con su propio dinero para no dejar sin comer a niños cuyos padres están en una situación económica crítica.

Las dietistas Doris Pompa, Janete Quintana y Mery Lozada denunciaron que hasta el 1° de febrero solo les llegaban las fórmulas denominadas Inicio, para niños de entre 0 y 6 meses de edad, mientras que los pacientes mayores de 12 meses, con indicaciones de una leche completa con cereal solo tomaban el alimento de lactantes menores que no tienen los nutrientes adecuados. Este año el hospital simplemente dejó proveer el alimento por primera vez.

Las dietistas denunciaron que la directora del Hospital de Niños J. M. de los Ríos, Mayra Oviedo, y la administradora, Carelys Rodríguez, “se negaron a seguir acudiendo al supermercado Bicentenario para adquirir los alimentos” y gestionar el abastecimiento del hospital para los lactantes que se alimentan cada tres horas en la noche.

Desde agosto del año pasado la directora del centro de salud conoce la situación. La noche del jueves no fue distinta a la planteada en un informe entregado en esa fecha por las dietistas del hospital y reiterado el 1° de febrero.

Además, no había agua potable, sino un tobo con agua almacenada de hacía varios días. Tampoco jabón para lavar utensilios.

El agua de chorro se hirvió para hacer cada uno de los teteros de los pacientes a quienes sus padres les llevaron el alimento servido en vasos plásticos a falta de biberones; los taparon con papel plástico y sellaron con tirro quirúrgico que buscaron previamente en algún piso del hospital para evitar que alguna bacteria entrara en los alimentos mientras se trasladaban.

En la puerta de Sala de Fórmulas Lácteas continúa un papel roído que informa a los representantes que deben pagar la leche por su cuenta.

EL DATO
Hace un año Tarek William Saab, defensor del Pueblo, estableció una alianza interinstitucional con el hospital pediátrico más importante del país para dotar de insumos y medicamentos al centro de salud a los 34 servicios. La Defensoría se comprometió a verificar la entrega, en términos de cantidad y calidad mediante presencia de sus funcionarios en el hospital. Las irregularidades y fallas persisten.

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