Al día de hoy la coalición democrática no está cumpliendo a cabalidad con el mandato otorgado por el pueblo. Ese mandato no se reduce a rescatar la condición de poder autónomo de la Asamblea Nacional y a ejercer a cabalidad sus competencias
La victoria de la MUD el 6 de diciembre debe ser vista como un paso crucial e importante, pero una estación más, en el camino hacia la conquista del poder por las fuerzas democráticas para producir los cambios que el país reclama y necesita. El control de la Asamblea Nacional no debe ser considerado como un fin en sí mismo.
Venezuela votó mayoritariamente en contra del régimen chavista y a favor de un cambio de Gobierno y de políticas públicas e invistió a la MUD como la instancia política destinada a conducir el proceso de cambio.
Al día de hoy la coalición democrática no está cumpliendo a cabalidad con el mandato otorgado por el pueblo. Ese mandato no se reduce a rescatar la condición de poder autónomo de la Asamblea Nacional y a ejercer a cabalidad sus competencias; cosa que está logrando en alguna medida la nueva mayoría parlamentaria, y decimos de alguna manera por cuanto el Gobierno sabotea el ejercicio de las competencias legislativas y de control propias y exclusivas del Parlamento, además juega permanentemente al choque de poderes. No obstante estos inconvenientes, puede decirse que el balance es positivo, aunque insuficiente.
Las fuerzas de cambio lucen atrincheradas en el Capitolio aunque paradójicamente son amplia mayoría en la calle. Puede faltar poco para que la sensación de que la AN es impotente e ineficaz y que votar contra el oficialismo es inútil y empiece a ganar espacio.Y esto es, precisamente, lo que desea el chavismo para deslegitimar a la oposición, ganar tiempo y llevar la confrontación fuera el terreno democrático y pacífico. Es necesario salirse de esta suerte y jugar también en otro tablero.
Ese tablero no es otro que volver a la calle a luchar por el cambio de gobierno (que es el principal mandato del pueblo). No hay en esta hora objetivo político más importante que producir la salida del gobierno de Maduro y elegir mediante el voto un nuevo gobierno.
Los partidos políticos democráticos deben reconstruir la Unidad, conformar de nuevo un equipo de dirección – el que dirigió con acierto el proceso electoral de diciembre está disuelto -, ponerse de acuerdo finalmente sobre una vía constitucional para salir del gobierno Maduro este año y dar paso a unas elecciones para designar un gobierno dirigido por la coalición democrática y así cumplir con su cita con la historia.
En mi opinión el mecanismo más expedito para lograr el relevo y la renovación del Poder Ejecutivo – después de la renuncia, asunto que depende al final de Maduro- es el Referéndum Revocatorio y a su activación y realización debe concentrar la oposición democrática todos sus esfuerzos.
Cort. TalCualDigital
No hay comentarios:
Publicar un comentario