domingo, 23 de febrero de 2020

Balance de la gira Internacional de Juan Guaidó: Entre la Esperanza y la Realidad

LEONARDO OSORIO BOHÓRQUEZ / IDEAS EN LIBERTAD 23/02/2020
En Venezuela se ha acostumbrado en los últimos años a generar grandes expectativas seguidas de rotundos fracasos al no lograr la ansiada salida del régimen chavista del poder. Las lecturas de la realidad deben ser lo más equilibradas y parcas posibles, haciendo a un lado los deseos de millones de venezolanos de lograr el tan anhelado cambio político.



Los deseos no construyen realidades si no se acompañan de acciones concretas. Por consiguiente, es importante hacer el balance político de la reciente gira internacional de Juan Guaidó, realizada con el fin de conservar el apoyo internacional de la mayoría de países que a partir del año 2019 lo reconocieron como presidente interino de Venezuela.


El desgaste de la figura política de Guaidó como líder de Venezuela fue notorio desde mediados del año pasado, lo que parecía ser una victoria consumada para alcanzar la libertad terminó en una nueva frustración. El chavismo luce más fuerte cada vez que logra sobrevivir a las embestidas políticas de sus adversarios. Las sanciones y el apoyo internacional no fueron suficientes, y parecía perderse progresivamente el interés en resolver el caso venezolano.


Los primeros días de enero de este año fueron desperdiciados por la oposición que cayeron en el anzuelo del gobierno de Maduro al verse sorprendidos por sus arremetidas, -ya de por sí bastante comunes y previsibles contra el parlamento-, intentando el régimen evitar el nombramiento de Guaidó nuevamente como presidente de la Asamblea y  designando en su lugar una junta directiva paralela.


Pasaron días donde se perdió valioso tiempo simplemente con  la denuncia de lo acontecido que en sí nada ayuda a resolver la situación, debido a un gobierno que por su naturaleza siempre actúa de esa manera, y la oposición no presentó un plan de acción para este año que debió ser realizado en la misma sesión inaugural de la Asamblea Nacional del 2020. Los venezolanos parecían no prestarle mayor atención a la diatriba política por no verle una solución real.


Guaidó emprende en ese contexto una gira internacional para tratar nuevamente de ratificar su reconocimiento como presidente interino por parte de sus aliados, y pedir mayor presión política sobre Maduro. Viaja a Europa, y pese al impase y el drama novelesco con el gobierno español, logra reunirse con los principales líderes  de occidente quienes le dieron su apoyo como líder político.


Su aparición en el Foro de Davos también fue una gran muestra de su gran aceptación dentro del eje occidental.  La Unión Europea parece estar consciente de la situación en Venezuela y está dispuesta a ayudar en una transición pacífica. Lo que causa más revuelo y esperanza para muchos fue el recibimiento por parte de Donald Trump, el aliado sin lugar a dudas más poderoso de la oposición venezolana contra Maduro.


Que Guaidó estuviera en el Congreso de Estados Unidos durante el discurso de Trump, y fuera aplaudido tanto por demócratas como por republicanos cuando el presidente de Estados Unidos lo reconociera como el líder que lucha por la libertad de los venezolanos, tiene un impacto diplomático y mediático muy importante.


Es ratificar el apoyo de la principal potencia del mundo, para muchos el único país que realmente puede ayudar decisivamente a la liberación de Venezuela. Luego Guaidó se reunió en privado con Donald Trump y Mike Pompeo, lo cual demuestra la importancia dada al joven líder venezolano por parte de los norteamericanos.


Todo esto debe ser analizado en su justa proporción, como gira diplomática destinada a conseguir o ratificar el apoyo de los países del eje occidental a favor de la lucha por la democracia en Venezuela, es innegable el éxito conseguido por Guaidó. Nadie puede negar que ese apoyo internacional es de vital importancia para lograr el quiebre del chavismo en el poder.


A lo interno de Venezuela vuelve a crecer la expectativa, sobre todo por las conversaciones  en privado entre Trump y Guaidó. Pero conviene ser prudentes nuevamente, no se sabe hasta dónde están dispuestos a presionar esos países contra el régimen de Maduro.


Una salida militar parece improbable tanto por falta de voluntad política de la misma oposición venezolana, como por parte de la mayoría de los países occidentales. El costo no solo en vidas, sino en cuanto a recursos militares a emplear parece ser muy alto. Se subestima la capacidad de represión y resistencia del gobierno ante una posible intervención, al estar rodeado de diversos grupos armados esparcidos por todo el territorio nacional.


Son ellos la principal línea de defensa y no las Fuerzas Armadas Nacionales. Esto fue cuidadosamente planificado desde tiempos de Chávez precisamente para elevar los costos de cualquier posible incursión armada. Por eso tarde o temprano siempre se requerirá de apoyo internacional para combatir a esos grupos irregulares.


Dentro de ese difícil escenario, no se puede sobredimensionar el apoyo de Estados Unidos, el año pasado Trump ya había prometido la liberación de Nicaragua, Cuba y Venezuela para tener un hemisferio libre y no lo consiguió. Esto con el fin de ganar el voto latino que se ha vuelto decisivo en las elecciones de Estados Unidos.


Por años muchos presidentes de Estados Unidos prometieron liquidar el régimen castrista en Cuba sin lograr resultados. Salvo que se considere al gobierno madurista una amenaza real a la seguridad de Estados Unidos, es poco probable que vayan más allá de sanciones a empresas y personeros del gobierno de Maduro.


Si se declara al gobierno de Venezuela como un Estado protector de grupos terroristas, tal vez sea posible emprender acciones más contundentes. Hay que saber distinguir entre diplomacia y política basada en hechos concretos, este año parece más fortalecido el gobierno chavista que el anterior.


Maduro mantiene el apoyo de sus aliados internacionales como Rusia, Cuba, Turquía, China entre otros. No es poca cosa ese respaldo que se traduce en ayuda logística tanto para mantener el control interno del país, como para evadir sanciones y seguir comerciando a nivel internacional.


En términos de política real, el éxito de la gira internacional de Guaidó dependerá de lo conversado en privado, de que tanto se esté dispuesto a aumentar la presión hacia el gobierno de Maduro, y cuál será la estrategia conjunta a seguir. Lo importante es no subestimar nuevamente  un rival que ha comprobado reiterativamente ser muy astuto para conservar el poder, en contraposición a una oposición muy ingenua y dubitativa a la hora de tomar decisiones.


Referencias
Imagen: Juan Guaidó, Presidente Interino de Venezuela. Foto:  Javier Soriano. AFP. Getty Images
Tomada de: Ideas en Libertad

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