Un 19 de abril de 1810, según dicen, Venezuela declaró su independencia. Pero, en realidad, ese día se formó una junta conservadora de los derechos del rey Fernando VII, con el fin de buscarle solución al problema que había generado Napoleón Bonaparte, tras colocar a su hermano mayor José Bonaparte, como soberano del reino español.
Dicha junta se reunió en los alrededores de Caracas —para ser específicos: en la actual Casa Amarilla frente a la plaza Bolívar (plaza que aún no existía y era un mercado)—, para reclamar los derechos legítimos del rey sobre estas tierras.
Fernando VII, desde su cautiverio, ordena que se formen de inmediato Juntas Populares para la defensa de la legalidad y la fidelidad al rey “os pido a todos mis súbditos, que forméis juntas de gobierno para que os sirva de defensa en contra de las pretensiones napoleónicas”. Siguiendo de esa manera, las órdenes de Fernando, el 29 de mayo de 1808 se instala la Junta de Sevilla. Caracas imitará, dos años después, a Sevilla formando también su junta. El 15 de julio de 1808, llega a Caracas, procedente de Francia Paul de Lamanon, enviado con la misión de que se reconociera como nuevo rey de España a José Bonaparte y por supuesto, La reacción de los mantuanos fue inmediata. La familia Bolívar, Ribas, Montilla, entre otras; organizarían una protesta para pedir la expulsión de dicho personaje del país.
19 de abril
Aquel 19 de abril, era jueves santo y que el pueblo de Caracas asistía a las exequias. Emparan, quien también se dirigía a la catedral para participar en los actos, fue abordado por un grupo de criollos que lo llevaron a la sala del cabildo. Entre ellos el Juan Germán Roscio y un tal José Félix Ribas.
José Félix Ribas fue uno de los principales agitadores de aquella fecha, él se encargó de exaltar a muchos de los vecinos para que involucraran en aquellos sucesos.
—Usted va a venir con nosotros —dijeron aquellos que abordaron a Emparan—, tenemos asuntos importantes que arreglar.
Vicente Emparan, capitán general de, valga la redundancia, la Capitanía General de Caracas; ejercía sus funciones y se oponía de manera rotunda a dicha junta, no tuvo más remedio que dirigirse al cabildo caraqueño. Intervenciones larguísimas demoraban el punto a tratar «Que si tú. Que si yo», en eso se fue el tiempo de la reunión pautada para defender al soberano (que no era el pueblo).
La sala se encontraba repleta y la reunión cada vez se hacía más tormentosa. Diferentes voceros llegaron a tal punto de proponer Emparan para presidir dicha junta, pero a ello se opuso radicalmente el padre José Cortés de Madariaga, sacerdote chileno quien era, decididamente, partidario de la independencia absoluta.
Emparan, ya cansado de los dimes y diretes de los que en la sala se encontraban, decide retirarse. En eso, Francisco Salias, lo toma del brazo y le exige que se quede enérgicamente, conminándolo a que regresara al Cabildo “usted debe quedarse. Aquí está en juego el futuro y la salvación pública”, por ese acto, Salias casi es puesto preso. Entonces es cuando Emparan, dando media vuelta hacía el público presente en la sala expresó:
—¿Quieren ustedes mi mando? —Preguntó el capitán general de Caracas, con voz entre temerosa y molesta—.
Los presentes, rotundamente, dijeron que no.
—Entonces, yo tampoco quiero el mando —dijo Emparan, dando la espalda a sus antiguos súbditos y saliendo del recinto de manera airada.
Dos días más tarde, fueron trasladados al puerto de La Guaira: el ex capitán general Vicente Emparan, el Intendente Vicente Bassadre, el Auditor José Vicente Anca, todos los Oidores de la Audiencia, el fiscal general de la misma y un grupo de colaboradores del régimen de Fernando VII. Al mismo tiempo les fueron cancelados los viáticos, un poco más de 18.000 pesos.
La recién nacida Junta de Gobierno, que representaba un evidente cambio politico, contó dos presidentes: José de las Llamozas y Martín Tovar Ponte; Juan Germán Roscio, como ministro de asuntos exteriores; Lino de Clemente, como ministro de marina y guerra; Nicolás de Anzola, como ministro de Gracia y Justicia; y por último pero no menos importante, Fernando Key Muñoz, como ministro de hacienda; adicionalmente, se contó con 21 vocales.
En los días posteriores al 19 de abril de 1810, la Junta de Caracas envió delegados a las diferentes provincias que conformaban la Capitanía General de Caracas, y con ello, se logró la participación de las demás jurisdicciones como: Barcelona y Cumaná, el 27 de abril; Margarita, el 4 de mayo y un día después Barinas; Mérida y Trujillo fueron las ultimas en conformarse, el 16 de septiembre y 9 de octubre respectivamente. Las de Guayana, Coro y Maracaibo se incorporaron mucho después.
El 25 de abril de 1810, se instaló la Junta Suprema de Caracas, de cuyo seno emergerían las principales figuras que lucharon por la independencia de Venezuela, la cual sería proclamada el 5 de julio de 1811.
De inmediato comenzó a dictar una serie de medidas de gran importancia en materia tributaria y económica. “Nosotros, como fieles defensores del pueblo caraqueño, eliminamos el impuesto de alcabala sobre los comestibles; decretamos la libertad de comercio con naciones amigas y neutrales; suprimimos los derechos de exportación; prohibimos el tributo indígena; y también queda prohibido la entrada de esclavos a nuestro país”. Asimismo, crearon la «Sociedad Patriótica de Agricultura y Economía», para el fomento de la agricultura y la industria.
La Junta Suprema llevó a cabo gestiones diplomáticas en el exterior: el 27 de abril se dirigió a los Cabildos de las capitales de América Española, explicándoles su posición frente a la Regencia. Simón Bolívar, Luis López Méndez, junto a Andrés Bello, salen con rumbo a Londres con el fin de establecer relaciones diplomáticas con los ingleses y arribarán el 14 de julio de 1810; y será Francisco de Miranda quien les organice los encuentros con el gobierno inglés.
Desde aquel 19 de abril de 1810, comenzaría el proceso de formación de la Primera República, que quedaría por sentada el 5 de julio de 1811, día que se firmaría el Acta de la Independencia absoluta de Venezuela y la separación definitiva del Reino de España.
Algunas anécdotas
Bolívar no estuvo presente, ya que se encontraba en confinamiento en San Mateo. Francisco de Miranda, llegaría meses después ya que, para esa fecha, no tenía permitida la entrada al país, sin embargo sus ideas revoloteaban en el aire y muchas personas pensaban que era momento de realizar el sueño de Miranda de 1806. Germán Roscio es uno de los promotores para que a Miranda se le permita entrar al país, y sería él, el que después lo combatiría por tener ideas extremistas.
Miranda sabía que era el momento de actuar y que tenía que volver a su país natal. Ya no en una expedición suicida como en 1806, sino como un hombre digno ante la ley.
Tomada de: TalCualDigital
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