Hemos escuchado durante varias semanas a distintos voceros pidiendo a los sectores políticos «ponerse de acuerdo» para atender la pandemia por coronavirus y sus consecuencias en Venezuela, que pueden ser bastante graves.
Pero todo ello pasa por la tan entada «voluntad política». Desde el hospital Pérez Carreño de Caracas nos envían una información que habla a gritos de cómo tal cosa es inexistente en el regimen de Nicolás Maduro.
Recordemos que Juan Guaidó, que es reconocido por más de 50 países y por la Asamblea Nacional como presidente interino del país, anunció que daría un bono de 100 dólares mensuales a personal de salud venezolano, mediante una plataforma diseñada en conjunto con la Organización de Estados Americanos.
En el Pérez Carreño, al personal de salud le dijeron que quien aceptara los mentados 100 dólares «nos van a destituir, que quien los acepte lo botan», nos dice una fuente del lugar.
La respuesta ha sido clara: «el hospital entonces se quedará solo».
Y es lógico. Los médicos, enfermeros, camilleros y demás trabajadores de centros de salud en el país apenas ganan unos míseros siete dólares mensuales, en el mejor de los casos, y en condiciones precarias para ejercer. Muchos deben sobrevivir con menos. Es decir, que el ofrecimiento de Guaidó equivale a 14 meses de un sueldo de ese nivel.
El régimen de Maduro como que internalizó demasiado aquello de «con hambre y sin empleo, con Chávez me resteo». Pero Nicolás no es Hugo, y la masa no está pa’bollo. En momentos de crisis sanitaria, y de amenaza por covid-19, además opta por estrangular de hambre a quienes son encargados de, justamente, enfrentar las consecuencias.
Tomada de: TalCualDigital
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