viernes, 17 de abril de 2020

Un País, dos tragedias: Los efectos del Coronavirus en la golpeada economía Venezolana

LEONARDO OSORIO BOHÓRQUEZ /IDEAS EN LIBERTAD 12ABR2020
El mundo actual según la Organización Mundial de la Salud, enfrenta una pandemia por la expansión del coronavirus a nivel mundial. Son muchos los países que han tomado medidas para protegerse de este virus, que si bien tiene una tasa de mortalidad baja de alrededor de 2%, no deja de  representar un serio peligro para la salud de las poblaciones.



Las medidas para contener el contagio del virus han sido diversas en varios países, la mayoría han optado por una cuarentena y limitar la aglomeración de personas en espacios públicos para disminuir las probabilidades del contagio. Los efectos en la economía han sido muy serios, las bolsas de valores han caído y varias empresas han tenido que paralizar sus actividades.


Los seguros no cubren tales eventos y la escasez de ciertos bienes por las compras nerviosas son el resultado natural. Eso en el caso de países desarrollados que cuentan con mejores condiciones sanitarias y económicas para soportar de mejor manera esa crítica situación, en el caso de las naciones más pobres la situación es mucho más delicada.


En el contexto económico venezolano la situación es dramática y tendrá serias consecuencias para su ya golpeada población. A diferencia de los países con mayor desarrollo, el venezolano común no cuenta con recursos para abastecerse de alimentos por algunas semanas para evitar salir lo menos posible de su hogar. La mayoría no posee altos ingresos para hacer grandes compras.


Se vive del trabajo diario a través de un comercio informal que está seriamente paralizado, su mayor preocupación conforme pasen los día no será evitar contagiarse del temible coronavirus, sino intentar sobrevivir económicamente dentro de ese contexto de cuarentena. No se puede negar que la decisión de Maduro de decretar la cuarentena hasta cierto punto es lógica, Venezuela no cuenta con los recursos sanitarios requeridos para contener ese virus y atender a la población, incluso hay falta de insumos para diagnosticar la enfermedad.


A diferencia de otros países de Latinoamérica, el gobierno de Maduro se toma con mayor seriedad la amenaza del virus, aunque no deja de haber implicaciones políticas en la decisión de decretar la cuarentena en  todo el país. Sepulta de esa forma temporalmente toda expresión de descontento ciudadano a través de manifestaciones públicas, y oculta lo que es la escasez crónica de gasolina percibida en los últimos días.


En medio de esa precaria situación el gobierno ha dicho que va a garantizar el pago de los sueldos, pero casi nadie vive de un salario sino que lo complementa con otras actividades, por eso esa medida no constituye una solución real como en otros países. El sector privado por su parte ha mejorado en los últimos meses el pago a los trabajadores, pero depende de sus utilidades para poder cubrir el gasto de la nómina.


Como cualquier empresa a nivel mundial, si no vende y produce no le es posible cubrir la nómina. Tal vez pueda hacerlo en los primeros días, pero depende cuanto dure la situación será incapaz de seguir pagando sueldos. Eso en los casos donde no se puede realizar trabajos a distancias, cada realidad empresarial es diferente.


En el contexto mundial el Estado ha asumido una política proteccionista, se trata de una contingencia extraordinaria y se ha ofrecido a otorgar recursos al sector privado, y suspendido el pago de ciertos servicios para no afectar en demasía a la ciudadanía. Si la situación se prolonga, los gobiernos tampoco podrán seguir asistiendo a la sociedad y a las empresas de esta manera.


El caso venezolano es aún más complicado, con los precios del petróleo a un nivel muy bajo, casi sin recursos para mantener el suministro de servicios públicos, será prácticamente imposible asistir a la empresa privada ni siquiera de forma provisoria. El pasado 22 de marzo Maduro decretó la inamovilidad laboral, asistencia crediticia, la suspensión del pago de alquileres y prometió cubrir parte de la nómina de pequeñas y medianas empresas por la situación de emergencia.


La única forma de cumplir con tales políticas es por medio de una nueva emisión monetaria lo cual desencadenaría una aceleración hiperinflacionaria con consecuencias aún más catastróficas. Puede en todo caso optar por posponer el pago de algunos impuestos, aunque hasta ahora no ha declarado estar dispuesto a hacerlo precisamente porque necesita ingresos.


El gobierno también se ha ofrecido a pagar bonos a través del carnet de la patria y la distribución del CLAP, pero se sabe lo insuficiente de tales medidas para cubrir las necesidades de los venezolanos. Maduro solicitó un préstamo de 5 mil millones de dólares al Fondo Monetario Internacional con la finalidad de atender la emergencia sanitaria, préstamo que le fue negado por el organismo. Esa solicitud se hizo más con una finalidad política, la estrategia comunicacional es culpar al capitalismo y sus agencias multilaterales de ser responsables de la muerte de venezolanos por el bloqueo financiero.


El gobierno trata de vender la imagen de que hace todo lo posible por atender la crisis. Es una estrategia de propaganda política, de por sí que el Fondo Monetario no hace préstamos para asuntos sanitarios, pero si tiene contemplado asistencia financiera en casos de emergencias, pero igual pide un mínimo de requisitos, por lo menos la puesta al día de datos confiables y trasparentes sobre la economía del país solicitante, algo que Venezuela no cumple desde hace tiempo.


Esto sin contar que el Departamento de Justicia de USA recientemente  acusó a Maduro y varios miembros de la cúpula gobernante de narcotráfico y apoyo al terrorismo, lo cual hace improbable que alguna institución acceda a otorgarles recursos.  Aunque es difícil que las autoridades de EEUU se atrevan a alguna acción militar concreta en medio de esta situación.


Sin un gobierno reconocido que realmente trabaje por el bienestar ciudadano, es más complicado atender la situación de la pandemia. En el caso de Juan Guaidó, quien planteó la propuesta de formar un gobierno de emergencia nacional, pero mientras siga Maduro en el poder es poco lo que puede hacer más allá de denunciar el precario estado del sistema sanitario venezolano para atender la pandemia o gestionar la ayuda humanitaria, no cuenta con capacidad de gobierno real para atender el problema.


Mientras tanto, los ciudadanos se encuentran desasistidos y en una situación de penumbra.  La mayoría de venezolanos no aguantarán  muchos días la paralización d sus actividades. Pronto se verán obligados a salir para conseguir recursos necesarios para cubrir sus necesidades. En esa situación el gobierno puede optar por la simple represión política, o por progresivamente flexibilizar la cuarentena para evitar inestabilidad.


Las consecuencias más letales del Coronavirus no serán solamente sanitarias sino económicas, esto a  la larga puede provocar mayores males. De hecho la situación de salud del país desde hace tiempo son muy precarias, con el resurgir de enfermedades antes erradicadas. Un Estado que no provee un mínimo de condiciones médico-asistenciales para sus ciudadanos.


El socialismo ha demostrado ser la peor epidemia que le ha caído a la sociedad venezolana desde hace años, esa es su principal tragedia. El quiebre del aparato productivo y el empobrecimiento causado a lo largo de los años, vuelve insuficiente cualquier tipo de dádiva para afrontar una crisis que paraliza completamente la actividad económica y dejará aún más vulnerable la ya precaria situación económica del país.


Referencias
Imagen. Getty Images
Tomada de: Ideas en Libertad

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