Analítica8 septiembre, 20230
Siempre se ha sostenido en nuestro imaginario colectivo la creencia arraigada de que cualquier transformación social se origina únicamente a partir de las decisiones impuestas por aquellos en la cúspide del poder.
Este concepto se remonta a nuestros tiempos coloniales y se acentuó durante la guerra de independencia, que al concluir, resultó en la proliferación de caudillos y líderes regionales que se erigieron como amos y señores de las áreas bajo su control.
Este patrón fue finalmente revertido por Juan Vicente Gómez, quien se consolidó como la figura suprema que dominaba todo el país. A partir de entonces, la historia de nuestra nación ha estado marcada, de una forma u otra, por la influencia del presidente de turno, quien tenía el poder discrecional sobre los recursos provenientes del petróleo.
Sin embargo, en la actualidad, nos enfrentamos a una realidad diferente. Por un lado, los ingresos petroleros se han reducido considerablemente, mientras que los problemas no resueltos continúan en aumento. Quienes ostentan el poder no parecen tener las respuestas necesarias para abordar estos desafíos, lo que nos sitúa ante una nueva perspectiva: la única manera de resolver nuestra precaria situación es reconocer que la solución reside en nuestras propias manos. Solo podremos lograr los cambios necesarios si actuamos unidos, comprendiendo que somos los arquitectos de nuestro propio destino.
Tomada de: Analpitica
No hay comentarios:
Publicar un comentario