Las últimas escaramuzas verbales entre el Gobierno y la oposición me convencen plenamente que hoy (no queda un resquicio para dudarlo) la política brilla por su ausencia. No hay ningún tipo de recato a la hora de intercambiar opiniones (por llamarlas de alguna manera). La intolerancia llegó para quedarse.
A ella, si le sumamos la elasticidad con la cual se manejan los términos constitucionales, entonces nos encontramos con una situación extremadamente difícil, con el agravante de que el árbitro no aparece por ninguna parte, y esa función (Dios quiera que no) puede asumirla cualquiera. Me imagino que quien lo haga no será un mediador con la ley en mano, todo lo contrario, en el futuro cercano se vislumbra un tercero blandiendo un garrote. La circunstancia es sumamente crítica. Los protagonistas no se han cerciorado de ello o se hacen los despreocupados. Entretanto, la víctima real (ese ciudadano de a pie) convive en carne propia los desaciertos de la elite política. Es hora de reflexionar y cambiar el rumbo. En todo el país se percibe el descontento, igual en una calle que en los cuarteles. Los políticos están deslucidos. ¿Hacia dónde vamos? Vienen unas elecciones parlamentarias y se advierte la desconfianza del electorado. El ente comicial da muestra cada día de estar comprometido con una parcialidad. ¡Qué bien le haría al país que toda la directiva del CNE renunciara! Váyanse tranquilos. Igual, nadie debe creer que porque pierda unas elecciones se le acaba el mundo. Precisamente, la democracia se refresca es con los cambios. No veo complicado que un empresario presumiendo que el poder lo tiene a la vuelta de la esquina haga gestiones ante el FMI y otros organismos multilaterales, para que si ello ocurre le tiendan la mano. En todo caso, los otros han pedido auxilios financieros a China y Rusia. Yo no creo en el cuento que estos dos países sean socialistas, los funcionarios de ambas naciones no muestran ningún recato para exhibir su consumo salvaje, sobre todo en las mecas del capitalismo. ¿Cuál es el problema que dos empresarios de derecha compartan su visión de país y se propongan caminar juntos? Criticarlos seria como cuestionar a dos dirigentes de izquierda por transitar la senda del socialismo. Lo que si veo reprochable es que desde ningún ángulo surja una propuesta concreta abierta y debatible para solventar la profunda crisis que vivimos. Que los empresarios sean amigos del FMI, allá ellos. También da igual que allá gente de izquierda afecta a Putin y compañía. El asunto estriba en que los venezolanos estamos pagando los platos rotos con tantos desaciertos. Por ejemplo, se ha decidido un aumento salarial para complacer a la burocracia sindical desacreditada ante el movimiento obrero. Pues bien, esa medida, irrisoria ante la inflación desatada, no va ni siquiera a solucionar un ápice de la crisis. Todo lo contrario, hoy serán los pequeños empresarios que verán muy de cerca la debacle. Por otra parte, es muy lamentable que para reconquistar los afectos del pueblo se recurra a regalar artefactos eléctricos. ¿Acaso no es un insulto a la ciudadanía que la ambición conlleve a regalar los dineros del pueblo para ganar votos? La inmoralidad manifiesta. No hay diferencias. La casta política no ha podido deslastrarse de la mingonearía populachera para ganar adeptos. Pregunto: ¿Cuantas lavadoras cuesta un diputado? Dejemos de lado la fulana conspiración venga de donde venga. Pregunto: ¿Acaso es menos conspirador fulano o zutano? ¿Cuál es la diferencia entre ambos? No veo por qué el estigma de la conspiración persiga a todos los venezolanos. Sin excepciones de ideología, toda la dirigencia es agresiva y sueña con aplastar al contrario. Pues bien, todos los miembros de la elite política deberían verse en el espejo de Nelson Mandela. Por encima de todas diferencias y de los abusos que se cometieron, el sudafricano hizo caso omiso de los extremismos y se propuso unir y reconstruir el país: “Si quieres hacer la paz con tu enemigo tienes que trabajar con él. Entonces se convierte en tu compañero”. Es historia reciente.
URGENTE. ¿Tras su visita a Nueva York qué conversó Maduro con Gustavo Cisneros? Aceite y vinagre. Casualmente, salió al aire la grabación Mendoza-Hausmann. ¿Podríamos estar ante un enfrentamiento de empresarios? Si es así ¿quién le mueve el piso a quién? Todavía recuerdo aquella frase de Chávez, pronunciada durante un encuentro que sostuvimos en La Casona, el 26 de abril de 2002: Si esta vaina sigue Gustavo Cisneros y yo nos vamos a matar. Cisneros negó siempre su participación en el golpe de abril de 2002; no obstante, Venevision fue el cuartel general que recibió a todos los conjurados la noche del 11 de abril de 2002. La pelea entre Cisneros y Mendoza va para rato. Tanto Mendoza como Cisneros quieren ser presidente. El líder de Empresas Polar ha escogido la Republica Dominicana como su base de operaciones. Su rival se refugia en el norte. Otra: ¿Sera cierto que Maduro también conversó con Alejandro Andrade en Nueva York? SEGURIDAD. En el seno de la FANB se ha planteado no permitir que la oposición controle la Asamblea Nacional. Quienes sostienen la idea la razonan alegando que se trata de una cuestión de Seguridad de Estado. Se ha seguido y analizando de cerca el discurso amenazante de la mayoría de los líderes de la MUD, ello ha prendido las alarmas en el sector castrense. La información asiente que la decisión en la institución militar está tomada. Ella pudiera alejar las posibilidades de la oposición ¿Golpe de Estado? Sin duda que la arenga de algunos opositores ha influido en la conducta de los mandos militares. ¿Tiempos violentos? NATURALEZA. Por estos días se han multiplicado los linchamientos tanto en barriadas de la periferia como en zonas residenciales de la clase media. De tal manera que, con la ausencia de la justicia, crece el desprecio por la vida. Ciertamente, quien mata abogando justicia tiene sus razones, pero, también es verdad que la saña mata todo. La muerte se ha hecho recurrente y es natural vivir con el crimen, a nadie sorprende. Lo más triste es ver a infantes tomar gráficas y videos de esos linchamientos con celulares. CHITA. En la edición del 28 de noviembre, con el título de Autogol publiqué la siguiente nota: “Bajo la dirección de Noel Sanvicente, la Vinotinto vive uno de los momentos más grises de su historia. La dupla Sanvicente-Esquivel abrió las compuertas a los goles en contra. Nuestra oncena no ve luz y el sueño de verla mundialista se disipa. Una vez más se impuso el interés de Esquivel de seguir viviendo del futbol criollo, encontrando en Sanvicente su mejor aliado”. Pues bien, el tiempo nos ha dado la razón, el técnico criollo no pasó de ser un bocón y Esquivel (por otras razones, está preso). PERSEVERANTE. A propósito de la entrevista de Luis Miquilena, donde confiesa su decepción por Hugo Chávez, podemos decir lo siguiente, a lo largo de sus 96 años, Miquelina siempre aspiro con ser el mentor de un presidente. Así actuó con Alirio Ugarte Pelayo y Fabricio Ojeda durante la década de los 60. Ugarte se suicidó. Ojeda le salió guerrillero y después insistió sin alcanzar la meta con José Vicente Rangel, hasta que se encontró con Chávez, que también, según el nonagenario político le resultó malo
ANTIPOESIA. Sorprendido y con mucha pena leo las palabras de Rafael Cadenas tras recibir el Premio García Lorca de Poesía en España. Nunca pensé que fuera tal el odio y resentimiento que puede anidar una persona hacia su país y mucho menos si se trata de un poeta. Creo conveniente que lean estas líneas y una vez más llamo a la reflexión: ¿Dónde está Venezuela? Si me preguntaran dónde queda Venezuela, tendría que decir que queda en México, en Miami y otras zonas más internas de Estados Unidos. Queda en Colombia, Ecuador, España. En Panamá, Chile, en los Emiratos Árabes, Singapur, Tailandia… y hasta en Australia, Nueva Zelanda y Suráfrica. Venezuela queda entre cualquier meridiano y paralelo del mundo a donde se tuvieron que ir a vivir los venezolanos de bien en busca de procurarse una mejor calidad de vida, persiguiendo un poco de tranquilidad y seguridad, aunque sea, un poquito de futuro para ellos y los suyos. Venezuela hoy es un país desperdigado por el mundo. Donde esté radicado el talento, la inteligencia y el trabajo de los venezolanos, ahí queda Venezuela.
Venezuela está en cada petrolera del mundo que ha visto aumentar su producción y mejorar su actividad, gracias al talento y trabajo de los venezolanos que contrataron. Venezuela queda donde hay una televisora, un periódico, una radio cuyas programaciones y producciones se han visto mejoradas e incrementadas gracias al trabajo creativo de venezolanos que ayudan a crecer medios libres en otras tierras. En países que no son el suyo.
Donde las editoriales sacan provecho de la imaginación y capacidad de creación de venezolanos ingeniosos y originales con historias formidables, muchas veces impregnadas de la nostalgia y la desazón del exilio. Allí está Venezuela.
Venezuela estará en esos países a donde cada día lleguen venezolanos de bien para entregar en tierras lejanas y extrañas todo su esfuerzo y trabajo para hacer de este mundo un sitio mejor. Quedará Venezuela donde vayan a vivir todos esos jóvenes que hoy están buscando la mejor manera de irse a una tierra que les ofrezca algo más que un certero tiro, una ominosa discriminación, un insulto en cadena. Lo que queda aquí, rodeado por Colombia, Brasil y Guyana, frente a ese hermoso e imponente Mar Caribe. Este corral al norte de la América del Sur. Esta republiqueta de vivos, sicarios y malhechores. Esto que ya no es un país sino una parodia de República Bananera. Esto no es Venezuela. Este pozo de plomo y sangre, este luto en gerundio, este llanto que no cesa, no es el país del que nos canta el Gloria al Bravo Pueblo. Esto, este solar de mansas colas de hambruna no es la tierra que parió a héroes independentistas. Esto no es más que la república bolivariana de venezuela. Así, con minúsculas. Disminuida y empobrecida. Ensombrecida, envilecida y triste, como nos la legó un Chávez megalómano que se creyó líder intergaláctico e inmortal. Un resentido ser a quien ahora pretenden convertir en deidad.
Fuente:
No hay comentarios:
Publicar un comentario