- Viajamos a las pistas donde empezó, antes de venirse a Barcelona, para contar la historia de la tenista que dijo 'no' a Maduro
- Su padre, un vasco emigrado a Caracas, tiene una empresa de tuberías de cobre
ANDREÍNA ITRIAGO/Caracas
La cita era fija de lunes a sábado. A veces, también, los domingos. Garbiñe Muguruza, de cuatro años, llegaba a tiempo a las canchas de tenis del Club Mansión Mampote, ubicado en la ciudad venezolana de Guarenas.
Trotaba para calentar y esperaba a René Fajardo, su entrenador, para cumplir con los 60 minutos de práctica."La gran Mugurusa", dice Fajardo 16 años después, al ver que la tenista hispano-venezolana está entre las primeras del ranking mundial de la Women's Tennis Association (WTA). El Killer, como lo conocen, admite humildemente haber sido su primer entrenador. Quienes los vieron durante cuatro años en aquellas canchas al hablar de Muguruza se refieren a ella como "la pupila de René Fajardo" o "el orgullo del Killer".Scarlet Blanco y José Antonio Muguruza, los padres de la tenista, la acompañaban en los entrenamientos. Los socios más antiguos del club los recuerdan con cariño y algunos aún se mantienen en contacto con ellos. La madre, venezolana, está hoy asentada en Barcelona; mientras que él, vasco, pasa largos períodos en Venezuela, junto con uno de sus hijos varones, para manejar los negocios de la familia. Tienen una empresa que fabrica tuberías de cobre para bombonas de gas. Ya no viven en la urbanización Valle Arriba, de la ciudad de Guatire, donde se crió Garbiñe, sino un poco más cerca de Caracas.Quienes la conocieron en Venezuela aseguran que se inició en el tenis gracias a sus dos hermanos mayores, Igor y Asier. A veces los tres coincidían en los entrenamientos con Fajardo. Entre risas, el entrenador recuerda que una vez, mientras dirigía a los tres hermanos, el padre de estos irrumpió en la cancha con la intención de aleccionarlos, a pesar de que lo suyo era el frontón. Garbiñe reaccionó: "Papá, yo tengo mi entrenador". Centrada, independiente, disciplinada, corajuda, dedicada, con carácter y con actitud. Así la recuerdan quienes tuvieron la oportunidad de conocerla en este club, en los campamentos de tenis de verano y en el colegio San Martín de Porres."Ella nunca fue de muñecas. Lo que cargaba siempre encima eran sus raquetas. ¡Ah! Y un conejito de peluche", cuenta Fajardo, quien conserva una foto de Garbiñe con el juguete. Lilian Gil, amiga de la familia, la evoca practicando con el twister (aquellas mangueras que van desde un cinturón de metal hasta los zapatos ortopédicos). "Garbiñe siempre fue buena", agrega Fajardo, y asegura que esto se debe no sólo a su disciplina sino también a su fortaleza física y, sobre todo, mental. Cuando la ve jugar en la televisión, reconoce las técnicas básicas que él le enseñó y ella perfeccionó: su derecha, su revés y su desplazamiento. Las técnicas que hoy desplegará en el WTA Finals 2015, el torneo femenino que reúne en Singapur a las mejores tenistas del mundo."De chiquita siempre se le vio, yo siempre le decía a José que la que iba a llegar era Garbiñe", cuenta Lilian Gil, quien asegura que ella tenía el mismo potencial que sus hermanos. Ellos fueron los primeros en irse a la Academia de Tenis de Bruguera, en Barcelona. A los 8 años se les unió Garbiñe. Scarlet, su madre, se fue con ella para hacerle compañía.La familia hizo una importante inversión en el tenis. Gil recuerda un almuerzo en el club en el que José Antonio Muguruza les comentó a ella y a su esposo: "Yo porque ya estoy montado en esto... Si hubiera sabido cómo era esto, todo el gasto que uno tiene, yo me retiraba. Pero uno no puede dar un paso atrás". Aun así, recomendó al matrimonio que también enviara a su hijo y compañero de Garbiñe, Joaquín, a formarse fuera del país.El padre siempre ha sido selectivo con sus amistades. Lo describen como un hombre serio y a veces "cascarrabias". Pero al mismo tiempo, como "una excelente persona y muy justo". A la madre la definen como una mujer alegre y dedicada a sus hijos. Todos coinciden en que ambos tienen algo en común: siempre han procurado mantenerse en un perfil bajo, sobre todo desde que hace un año, en octubre de 2014, Garbiñe rechazara la lucrativa oferta económica del Gobierno de Nicolás Maduro y optara por representar a España y no a Venezuela en las competiciones internacionales. Maduro ha dado continuidad a la práctica de las expropiaciones, iniciada por el fallecido Hugo Chávez, y por eso la familia, según sus allegados, teme que el presidente pueda arremeter contra ellos como lo ha hecho ya con otras tantas empresas privadas.Carne de expropiacionesDesde que se fue de Venezuela, Garbiñe ha vuelto de visita en varias ocasiones. Su ex entrenador recuerda que una de ellas fue cuando la tenista tenía 13 años. No la olvida porque fue la última vez que la vio y la última vez que habló con ella. Nunca más han vuelto a coincidir."Estuvo aquí en Venezuela el año pasado. A ella le gusta su país, sobre todo sus playas, aunque ahorita con esto es un peligro venir", añade la amiga de la familia. Con "esto" se refiere a la inseguridad en Venezuela. En 2014 fue el segundo país con más homicidios del mundo sólo después de Honduras, de acuerdo con la información publicada por el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV). En su informe del año pasado, la OVV asegura que hubo al menos 24.980 homicidios. A ese dato negro se suma que Venezuela tiene la tasa de secuestros más alta de Latinoamérica y la quinta más alta del mundo, según Control Risk. Expertos estiman que la situación irá a peor. Que 2015 será el año más violento de la historia de Venezuela. Los deportistas y sus familiares no están al margen de estas cifras... Cuando, en el edificio donde viven el padre y el hermano de Garbiñe, algún vecino orgulloso colocó una foto de la deportista para celebrar uno de sus triunfos, la arrancaron inmediatamente.En Venezuela, con todo, la esperan con brazos abiertos. Esto a pesar de su decisión de representar al país en el que se formó deportivamente y no en el que nació, lo cual fue respetado, incluso, por el presidente de la Federación Venezolana de Tenis, Luis Contreras. En la próxima visita a su tierra, el primer entrenador de Garbiñe podrá decirle en persona las palabras que hoy le dirige a través de Crónica: "Te felicito. Que sigan los éxitos. Estoy orgulloso de haberte entrenado".
Cort. elmundo.es
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