jueves, 23 de julio de 2015

Miedo a morir de hambre desplaza al temor al hampa en Venezuela

El estrés por la escasez y el quiebre por la inflación se desbordan, afectando la popularidad del Gobierno, según el presidente de Datanalisis, Luis Vicente León

“Hay un cambio importante en la percepción de problemas. Durante muchísimos años, prácticamente desde la muerte de los niños Faddoul, hasta el año pasado, la inseguridad siempre fue el problema individual más importante para la población venezolana, era lo que quitaba el sueño a los venezolanos.
La inseguridad no ha mejorado y podríamos decir que más bien es un problema hoy peor. Sin embargo, el deterioro severo en la economía ha sido tan fuerte que en la población, los problemas vinculados con la economía, pero sobretodo, con la economía que se mete en su casa, que toca su vida cotidiana, se han convertido en los problemas principales, incluso por encima de la inseguridad”.


Así lo asevera Luis Vicente León, presidente de Datanalisis, quien señala que los recientes estudios de la firman arrojan un cambio en la jerarquización de los factores que se convierten en dolores de cabeza para el ciudadano: “Aparece en primera posición, la ‘escasez-desabastecimiento’ y en el segundo nivel, la inflación, que son los dos conectores más importantes entre la economía y la vida cotidiana. Los tres problemas más importantes para el venezolano, en orden, son desabastecimiento, inflación e inseguridad”.

La escasez y la inflación “tienen impactos políticos, en tanto y cuanto esos problemas, al desbordarse y no resolverse, afectan sin duda la popularidad tanto del Presidente como de este Gobierno”.

REDISTRIBUIR SIN PRODUCIR = NUEVOS PROBLEMAS

León desestima que la medida de la Superintendencia Nacional Agroalimentaria (Sunagro) que obliga a desviar porcentajes importantes de productos a las redes públicas, tenga beneficio alguno para la ciudadanía, señalando que, por el contrario, profundizará alguno de los problemas derivados de los controles estatales: “Si quieres resolver el problema de desabastecimiento e inflación, tienes que ubicar la raíz del problema y la raíz del problema no se encuentra en los canales de distribución, ni tiene que ver en realidad con lo bien o mal aplicado que esté el control, es decir, no es quién lo aplique y cómo lo aplique, sino lo que está aplicando. Si tú intentas resolver el problema atacando las consecuencias y no las razones de la crisis, que son precisamente el control que tú ahorita estás tratando de agudizar, simplemente es imposible imaginarse una solución del problema”.

“El mecanismo que el Gobierno está utilizando para redistribuir porcentajes muy importantes de los alimentos esenciales a los canales públicos, abandonando o desabasteciendo más los canales privados, de entrada arranca por un problema de fondo y es que está tratando de actuar sobre una consecuencia y no sobre una causa. Lejos de ayudar a resolver el problema, lo agudiza”, indica León.

PREMISA FALSA PERTURBARÁ AL CONSUMIDOR

“El Gobierno realmente aplica estas medidas pensando que es un mecanismo que le va a permitir incrementar el control sobre los precios. Siente que él puede controlar Mercal, Pdval, Bicentenario y el precio al que las mercancías allí se venden, pero que él no puede controlar las bodeguitas, los abastos, los supermercados independientes por todo el país y que por lo tanto terminan con precios más elevados que los precios regulados por el Estado. Entonces, el Ejecutivo percibe que perdió el control y que simplemente la gente termina pagando mucho más alrededor de todo el país”, indica el presidente de Datanalisis, quien estima que estas premisas son falsas.

“No es verdad que la mayoría de los canales de distribución privados hayan incrementado sus precios, pero incluso, si así fuera, la solución no es la que ellos plantean, porque aun cuando tuvieras alguna intención relativa al control, primero, la agudización del control va precisamente a aumentar lo que estás haciendo para generar la crisis”, aduce León.

MÁS CONTROLES EN LO YA ESCASO =á COLAS Y BACHAQUEO A BESTIAL POTENCIA

León señala que el desvío de productos a la red estatal, causará un congestionamiento significativo y mayor pérdida de calidad de vida: “Tú tienes una autopista de cinco canales y estás obligando al país que pase por un solo canal, que además es el hombrillo. Porque existen más de 113 mil puntos de venta privados y lo que hay son siete mil públicos”.

“¿Qué ocurre? Que con quince veces menos canales, y pretendes que todos los productos esenciales que hoy se venden en esos 113 mil establecimientos, ahora sean monopolizados, básicamente por siete mil. ¿Qué sucede? El número de personas por canal, por establecimiento, que tú tendrías que atender ahora, al hacer esa reorientación de productos, es simplemente imposible de satisfacer por los canales públicos. No hay forma de que los puedas atender y por lo tanto, lo único que estás haciendo es incrementar las colas frente a los únicos locales que van a tener productos esenciales, que son los canales públicos”, argumenta el analista de datos.

“Las colas van a ser simplemente bestiales. Imagínate que esos productos están en 113 mil puntos de venta, incluso con problemas de abastecimiento, pues los insumos tienen problemas de producción. Hay problemas de escasez, pero lo que hay se lanza a la calle cada vez que se produce, para tratar de llegar a la mayor cantidad de personas en la mayor cantidad de establecimientos. Si tú concentras esos productos todos en apenas siete mil establecimientos, que es quince veces menos que lo que hoy tenemos, ¿qué estás haciendo? Primero, generando la cola. Sin duda, haciendo brutales las colas frente a los establecimientos públicos. Segundo, estás favoreciendo el bachaqueo. ¿Por qué?,  porque al final de cuentas, ¿cuáles son los locales favoritos de los bachaqueros?: los lugares públicos, evidentemente,  porque hacen una cola de cinco, seis y siete horas  -ahora serán de diez- y compran una variedad de productos importantes”, destaca el presidente de Datanalisis.

CIUDADANOS SIN OPCIÓN IRÁN AL MERCADO "BACHACO"

Para el especialista en medición de opinión pública, el desvío preferencial de productos a la red estatal,  estimulará “que mucha gente deje sus trabajos formales y se mueva a hacer colas en Mercal, Pdval y Bicentenario”.

“Tú estás obligando a la población que antes compraba en su bodeguita aunque sea una vez por semana, a desplazase a lugares que son mucho más lejanos y a hacer una cola mucho más larga, entonces su calidad de vida se deteriora, pero además, la mayoría de la población no puede hacer eso porque tiene que trabajar, tiene que cuidar a sus hijos. Muchos tienen que estudiar y no pueden emplear ocho o diez horas a hacer una cola para comprar comida, con lo cual entonces los estás obligando a comprar en el bachaqueo e incrementar su inversión para la compra entre cinco y diez veces el precio regulado, en el mercado bachaco”.

“Ni hablar de que el 78% de la población venezolana escogió voluntariamente comprar preferentemente en los canales privados, nadie la obligó. En realidad, eso no termina afectando a los productores, porque a los productores les da lo mismo vender en 113 mil establecimientos, la misma cantidad de productos, porque aquí no hay más cantidad de productos ni menos cantidad de productos. Son los mismos productos vendidos en menos lugares, con lo cual lo único que están haciendo es redistribuir la escasez en escasos canales públicos. Eso es lo que realmente ocurre, tú no estás aumentando la producción, tú no estás aumentando la oferta, tú no estás aumentando la cantidad de productos que ofreces en el mercado, lo que estás es redistribuyendo esos productos en menos lugares, lo cual es una redistribución negativa”, destaca el analista.

“Ahora, ¿qué pasa con el consumidor? Tú lo estás obligando a comprar en donde él no quiere, porque él voluntariamente escogió comprar en las cadenas privadas, porque le da mejor beneficio espacial de colas, de conocimiento y tú lo estás obligando a ir a la red pública, con lo cual se pierde calidad de vida”, indica León.

“Existe el peligro de que tú saques del abastecimiento de hogares a una parte de la población pobre que ni puede hacer la cola, porque no es un profesional de la cola y va a tener mayores problemas para conseguir sus productos y como no tiene acceso al mercado negro, porque no tiene dinero, verá más afectada su vida”, resalta el analista.

TIEMPO DE TRABAJO PRODUCTIVO SE IRÁ EN BUSCAR QUÉ COMER

Para León, la medida genera trastornos que van más allá de las colas, ante “el desplazamiento, que es más largo, y la inversión de horas en colas, que va a ser más grande. Con menos productividad para el país y con una afectación en el Producto Interno Bruto, porque todas esas horas hombre reducen las horas hombre de producción del país y estás afectando en negativo la capacidad productiva de la nación”.

Pero, además, se atenta contra la estabilidad laboral de muchos trabajadores: “¿Qué va a pasar con las personas que trabajan en esos 113 mil puntos de venta en todo el país, que van a estar muchísimo más desabastecidos y con muchísimos más problemas para conseguir productos? ¿Qué va a pasar con los camiones y los camioneros y los distribuidores que hoy dependen de la distribución de esos 113 mil canales que ahora no van a recibir tantos productos? Esa gente técnicamente se quedaría desempleada. Y tú puedes dictar la Ley que te dé la gana de inamovilidad. ¿Qué puedes dictar? ¿La inamovilidad para que mantengas a una persona que no está haciendo nada, porque tú mismo le quitaste los productos que él distribuía?”

“Eso también tiene un drama de afectación en el empleo, porque estás hablando de distribuir a una quinceava parte del mercado de distribución la mayoría de los productos, dejando claramente en aprietos y en crisis a 113 mil establecimientos que no van a poder recibir fluidamente productos”, señala Luis Vicente León, presidente de Datanalisis.
Cort. TalCualDigital

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