jueves, 2 de julio de 2015

Nicolás en salsa gringa/Editorial El Nacional jueves 02jul15


Luego de acusar durante años a la oposición, a la Iglesia Católica, a los sindicatos y empresarios, a los estudiantes y a los medios de comunicación de andar de manos de agarradas y sostener amores clandestinos, la cúpula bolivariana saltó la talanquera y se babea por aparecer en una foto con cualquier representante gringo que se dé una vueltecita por aquí.


Y si por casualidad el representante estadounidense está ocupado en otros asuntos de importancia para Obama, entonces se montan en un avión y acuden solícitos a buscar una entrevista a juro en cualquier lugar donde esté el funcionario de la Casa Blanca. De manera que ahora los venados corren detrás de los perros, sin que ello signifique un insulto para estos cariñosos animales.


Para que no quepan dudas, a los nuevos adoradores de Obama en América Latina les da por tomarse una foto histórica en la cual, por desgracia para ellos, se nota la mirada encandilada tan característica del fanático que ha pedido un autógrafo a su cantante o actor favorito y, gracias a Dios y a Marx, ha logrado su objetivo.

Hay que ver cómo se quitan una careta y se colocan otra en cuestiones de segundos. Ayer nomás gritaban y daban golpes de martillo de palo contra las salvajadas del imperialismo norteamericano, cómo descubrían espías y proyectos tras proyectos dirigidos desde el norte para destruir el socialismo del siglo XXI, para cometer un magnicidio y de paso destruir nuestra economía.

Ahora se les iluminan los ojos y se les acelera el corazón como un adolescente enamorado cuando el enviado especial de la Casa Blanca pisa suelo venezolano, o cuando llega un senador estadounidense y hace sonar la flauta de Hamelin.

Pero como a este sainete bolivariano le hace falta un poco más de ensayo, los diálogos se confunden y los parlamentos se enredan cuando el actor o la actriz cambia su personaje tan rápidamente y sin transición alguna.

Veamos por ejemplo como nuestra minicanciller (así le dicen cariñosamente) se reúne hace pocos días aquí en Caracas con los representantes del Caricom y se manda un discurso en el transcurso del cual le dijo a la Casa Blanca de todo, menos que eran nuestros futuros amigos y compinches. Y, como si fuera poco, se presentó a votar en las primarias del PSUV con una franela roja que en la espalda llevaba estampada una consigna contra Obama. ¿Y, entonces, somos o no somos? como diría nuestro inolvidable Pedro Llorens parafraseando a Cantinflas.

Ayer, según reportan las agencias de prensa, el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, Bob Corker, se reunió con el defensor del pueblo, como parte del acercamiento entre Washington y Caracas.

Es muy posible que hayan tratado el tema de los presos venezolanos (¿?) en Estados Unidos, si reciben visitas, si sus esposas y sus hijos pueden compartir con ellos, si se les presta atención médica, si la CIA o el FBI los han torturado, etcétera. Es decir, todo lo que Tarek William no hace aquí, pero finge que está haciendo.  
Fuente: El Nacional

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