miércoles, 12 de agosto de 2015

Caracas: lo verde se perdió entre el cemento

KEILYN ITRIAGO MARRUFO / TalCualDigital
No se siguen parámetros ambientales para ampliar la autopista y construir la Misión Vivienda. Especialistas critican falta de planificación en la capital

A Caracas, de valle verde cada vez le queda menos. Su encanto natural se ha perdido entre centenares de edificaciones que se empeñan en convertir a la capital en una urbe de concreto.
Con esto coincide la presidenta de la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle, Liduvina Valderrama, quien sostiene que desde 1992 la agenda del país ha sido netamente política, descuidando el tema ambiental y ecológico. "Nos estamos perdiendo de los adelantos ambientales. De cómo hasta las empresas se están dedicando a sembrar porque el cambio climático es real. Así es en Noruega, Dinamarca y hasta en Colombia, que es lo que tenemos más cerca. Ellos están apuntando a la construcción sostenible", asegura.


En cambio en Venezuela, a su juicio, el descuido por el tema ambiental no sólo es desde los distintos niveles de gobierno, sino también desde las compañías privadas, que no ven la parte verde como una oportunidad de negocio. Las cifras de áreas verdes que tiene actualmente la ciudad son dramáticas, según da cuenta la directora general de Vitalis, Zoila Martínez. Apenas existen 1.20 metros cuadrados por habitante, mientras que la Organización Mundial de la Salud recomienda que existan entre 10 y 15 metros cuadrados por habitante.

El déficit importante que ya existía, según sostiene Martínez, se agravó cuando se empezaron a construir las edificaciones de la Gran Misión Vivienda Venezuela. "Se quitó una cantidad de áreas verdes en la ciudad. Las zonas protectoras de Caracas han sido usadas para urbanismos de forma controlada o descontrolada, con rancheríos y urbanizaciones sobre todo en Baruta, El Hatillo y Libertador", asegura Martínez. 

"Lo que han hecho es ocupar espacios aparentemente libres sin poner equipamiento de servicios ni parques y sin ninguna preocupación urbana ambiental", agrega el urbanista Marco Negrón, quien dice que conoce sólo uno de los edificios de la Misión, que son los que están ubicados en la avenida Libertador, en donde se recuperó un pequeño parque cercano que está siendo usado por los habitantes. Recuerda que en Caracas están decretadas centenares de hectáreas como zonas ecológicas en el sur oeste, concretamente hacia Caricuao, que no se han puesto en práctica pues no se han tomado medidas para convertir los espacios en parques de verdad y que más bien están siendo objeto de invasión. "Con eso podríamos estar poniendo la ciudad en 5 metros por habitante, que todavía seguiría siendo un número bajo pero que abre el camino a mejorar la situación", manifiesta. 


USOS COTIDIANOS 

De acuerdo con Negrón, la capital tiene una gran deuda también en áreas verdes equipadas, aquellas que pueden ser usadas por cualquier ciudadano. "La gente se refiere al Ávila, pero eso tiene un carácter distinto. El Ávila es muy importante y cumple una función fundamental en la ciudad, pero el área verde equipada es el espacio donde puedes llevar al niño o al anciano, y que no sólo puedes ir el fin de semana como es Parque del Este sino que incluso puedas atravesarlo para ir a tu trabajo o al estudio". Una distancia razonable para que esto ocurra, dice, es que haya un parque a no más de 400 metros de casa, y donde exista además un pequeño cafetín donde la gente se pueda tomar un café o un refresco. "Creo que ese debe ser el gran esfuerzo".

Uno de los pocos lugares de este tipo que existen, según describe Negrón, es el Parque Vargas, ubicado en la avenida Bolívar, porque el Parque Bolívar de La Carlota que además no termina de convertirse en una realidad, tampoco será un espacio cotidiano. Negrón recuerda que desde la Alcaldía Metropolitana se hizo incluso un concurso entre expertos que tenían grandiosas ideas para un buen uso del espacio de la base aérea pero que fue totalmente ignorado por el Gobierno.


PESAN LAS PREGUNTAS 

A juicio de Martínez, el gobierno más amigo del ambiente y de los parques nacionales fue el que encabezó el expresidente Carlos Andrés Pérez en sus dos periodos. Recuerda que fue en esa época cuando se creó el Ministerio del Ambiente y se legisló en materia ambiental, siendo pioneros en Latinoamérica. "Éramos punta de lanza en gestión ambiental, pero ahorita lo que hay es una gran falta de información. Sólo conocemos sobre la Misión Árbol, siento que han reducido la gestión ambiental a recolectar semillas y sembrar matas". 

Martínez asegura que hay un gran problema con el ente rector en materia ambiental pues la cartera ministerial, luego de haber regresado nuevamente como despacho, tras ser absorbido por el Ministerio de Viviendas, se ha manejado bajo verdaderos parámetros de inestabilidad. Y esta misma situación ha hecho que se mantenga una gran interrogante en puntos fundamentales de la gestión ambiental. "No sabemos cómo se maneja la comunicación con las alcaldías de la Gran Caracas. Qué se está haciendo con los parámetros de ruido, con los índices de contaminación por transportes y automóviles, los pasivos minerales, con el saneamiento del río Guaire y tampoco se conoce sobre qué se ha hecho para frenar la venta ilegal de animales silvestres, como lo son monos, loros y pericos, que tanto se venden en el mercado de Quinta Crespo y en San Martín". 

PULMONES TALADOS 

Con la excepción de la Plaza O´leary y la Plaza Altamira, Martínez dice que en general hay una gran dejadez en todo lo que tiene que ver con jardines y árboles. "Hay muchas quejas de que incluso en Baruta, que se ha caracterizado por ser un municipio verde, ha habido abandono de árboles. Actualmente, se habla muy poco de la fauna silvestre, y Caracas tiene guacamayas y loros, pero no se oyen esfuerzos de gobiernos locales para protegerlos y educar a la población para no hacerles daño. Son las ONG las que llevan este tipo de actividades", agrega. 

Martínez asegura que con la ampliación de las autopistas han hecho un ecocidio, porque una cantidad importante de árboles se han talado y destruido. "Sé que es difícil sacarlos pero si eso se tiene planificado hay que hacerlo bien para poder replantarlos. Un árbol tarda entre 20 y 30 años para llegar a elevadas alturas. La gente no se da cuenta de que con esto nos quitan sombra, la posibilidad de bajar las temperaturas y disminuir el impacto de los rayos solares, además de beneficiar a la fauna silvestre".

Negrón considera que en Caracas existen serios problemas de contaminación justamente porque se han talado árboles sin sustituirlos. "En muchas zonas del este los retiros de frente de los edificios tendieron a convertirse en estacionamientos y eso es un uso abusivo porque es un espacio público que te obliga a mantener justamente las aceras arborizadas". 

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