lunes, 17 de agosto de 2015

¡Por qué votar!

JUAN PÁEZ ÁVILA jpaezavila@gmail.com /TalCualDigital

La victoria debe ser enfrentada con humildad y espíritu de reconciliación de todos los venezolanos, no más discriminaciones, no más odios, no más persecuciones por diferencias políticas

La sociedad democrática venezolana tiene el 6 de diciembre del presente año la extraordinaria oportunidad de propinarle una derrota a un buen número de candidatos oficialistas a la Asamblea Nacional, la mayoría ineptos y corruptos que han actuado con servil incondicionalismo a las políticas centralistas y militaristas del fracasado socialismo del siglo XXI, que ha continuado y trata de profundizar Nicolás Maduro.

El triunfo de la oposición en los estados más populosos y de mayor peso político en el país, tal como sucedió en las pasadas elecciones para la Asamblea Nacional se extiende hoy a la mayoría del Estados en los que ganó el chavomadurismo, lo que la convierte en una fuerza capaz de contener los desmanes políticos y económicos que viene cometiendo el cuestionado Comandante en Jefe con la anuencia de unos Poderes Públicos controlados desde Miraflores. Si en la mayoría de las principales ciudades del país el pueblo elige diputados autónomos, que apoyen y contribuyan a cumplir y hacer cumplir la Constitución Nacional, el país puede avanzar hacia un cambio importante en lo político, lo económico, social y ético.

Las disidencias en importantes sectores. Humillados por las colas para comprar alimentos y medicinas, por la escasez y el alto costo de la vida, sobreviviendo con al desempleo y amenazados por el hampa común y política, que apoyaron al difunto Comandante, no sólo son evidentes, sino que pueden adquirir una dinámica que los impulse hasta el rompimiento, si tomamos en cuenta la prepotencia, la soberbia, con que actúan los incondicionales y oportunistas que rodean transitoria y circunstancialmente al Jefe del Estado. Si la oposición y la disidencia obtuvieron el 50% o más en las últimas elecciones, hoy con una oposición unida, con más experiencia política y una nueva disidencia, hay que votar, para crear un contrapeso político en la Asamblea Nacional, que fortalezca la democracia social y enfrente el totalitarismo, defienda la propiedad privada al lado de la plural; la seguridad jurídica de bienes y personas.

En síntesis, votar es un ejercicio democrático que ha servido en el mundo civilizado para consolidar sociedades plurales, respetuosas de los derechos humanos y ciudadanos en general, y en algunos casos, como el nuestro, evitar la prolongación del autoritarismo por las décadas que llevan los hermanos Castro en Cuba, y que ya constataron lo inservible del comunismo, según palabras de Fidel el máximo jefe de esa revolución.

Los demócratas no tenemos otra alternativa, debemos acumular mayor respaldo de los venezolanos oprimidos y convencer al sector abstencionista de la clase a que se incorpore a la única actividad civilizada, que es el voto, para decidir el futuro del país. La experiencia nacional e internacional indica que los autoritarismos son derrotables, aunque transitoriamente se mantengan en el poder mediante la utilización de la fuerza. Su perdurabilidad depende del espíritu y voluntad de resistencia de los hombres y mujeres que creen en las virtudes del imperio de la ley, del Estado de Derecho. Cada demócrata en su área de influencia, con su palabra sincera y convincente puede y debe tratar de persuadir a sus amigos y a familiares acerca de que es posible derrotar el autoritarismo y encontrar medios legítimos y dignos de vivir en libertad y de mejorar su calidad de vida.

El balance realizado por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) cuyos integrantes, por razones obvias, son los más interesados en ganar y preparar las condiciones para continuar la lucha para derrotar a Maduro y a sus acólitos, debemos reconocerlo como producto de una investigación técnica y sincera, tanto por la confianza que hemos depositado en ellos, como por la experiencia y capacidad de la mayoría de los candidatos a diputados escogidos en elecciones primarias y por consenso. Si no colaboramos ni votamos le estamos entregando el país a los llamados socialistas del siglo XXI, combinación del estalinismo y el fascismo.

La victoria debe ser enfrentada con humildad y espíritu de reconciliación de todos los venezolanos, no más discriminaciones, no más odios, no más persecuciones por diferencias políticas, con la gallardía de Henrique Capriles, que perdió y luego ganó una nueva elección, con el coraje de Antonio Ledezma, quien a pesar de que los despojaron del Presupuesto de la Alcaldía Metropolitana, preservó su legitimidad y se erigió en uno de los principales líderes del país, con la perseverancia de Leopoldo López. María Corina Machado, todos los presos políticos, exilaidos y los miembros de la MUD, para continuar la lucha por la derrota, del cuestionado Nicolás Maduro y sus candidatos incapaces y oportunistas que intentan preservar o ganar algunas curules para aumentar sus privilegios y en algunos casos sus riquezas mal habidas.

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