martes, 11 de agosto de 2015

El mercado aporrea a los aporreadores

Sebastián Boccanegra / TalCualDigital

Hasta no hace mucho, los camaradas cuestionaban a Maduro desde la ideología, hoy lo hacen desde la escasez que sufren cada vez que tienen que abastecer su despensa

El mercado pudo con la ideología. No nos referimos a la sempiterna batalla que dan los marxistas contra los "neoliberales", sino a la que vienen dando los camaradas desde la página web aporrea.org. Hasta no hace mucho, había una parte de quienes allí escribían que cuestionaban el giro a la "derecha" que había dado Nicolás Maduro. Lo acusaban de socialdemócrata, de no seguir fielmente los dictados del difunto "eterno". 

Que sus políticas estaban deshaciendo el "legado".  Ese era el tono de la mayoría de los críticos de Maduro. Era una oposición desde la izquierda del chavismo. De quienes se consideraban los guardianes de la herencia del líder "intergaláctico".  Claro que no todos cambiaron el tono de sus críticas. 

Hay algunos, como Toby Valderrama, que insisten en cuestionar la derechización de Maduro. Incluso hasta publicó un supuesto testamento del prócer de Sabaneta, pero casi nadie se lo creyó. Sin embargo, la mayoría de quienes cuestionan hoy en ese portal la política de Maduro lo hacen desde una perspectiva de mercado; es decir, después de que van al mercado y reciben el golpe que el bolsillo de todo venezolano está llevando. 

En lugar de citar a Marx y Lenin, citan el precio del tomate, de la carne de res, de la papa y del resto de las vituallas necesarias para poder alimentarse. La crítica al desabastecimiento y la escasez le lleva una enorme ventaja a cualquier cuestionamiento ideológico de los que antes hacían. 

Hasta el actor Roberto Messuti recibió su andanada de críticas en dicho portal al ser sorprendido comprando productos, de los que escasean en Venezuela, en un automercado de Curazao. De lo que sí estamos seguros es que el remedio que sugieren es peor que la enfermedad. Pues son fieles creyentes de que el Estado meta más las manos en la economía. Siguen sin darse cuenta que el muro de Berlín se cayó. 

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