lunes, 25 de noviembre de 2019

Ahora Maduro respalda una dolarización inviable con la crisis económica actual

Ahiana Figueroa | @ahianaf
El gobierno pasó de calificar al "dólar criminal" a admitir que la dolarización "es una vía de escape", aunque la venezolana nada tiene que ver con la boliviana, ecuatoriana o peruana

El proceso de dolarización en Venezuela o el aumento de los pagos con divisas para la compra de bienes que se ha dado en el último año, resultó ser para el mandatario Nicolás Maduro una "válvula de escape" que permite la viabilidad de la economía y, de retruque, le garantiza cierto grado de continuidad en el poder. Sin embargo, esta dolarización a la venezolana permitida por el gobierno ha sido un proceso desorganizado y anárquico que ha generado dos realidades: una parte de la población que maneja divisas y puede hacer frente a la hiperinflación, y otra en la que 60% de la población se maneja en bolívares que apenas le alcanza para sobrevivir.

"No lo veo mal, ese proceso que llaman dolarización puede servir para la recuperación y despegue de las fuerzas productivas del país y el funcionamiento de la economía: Gracias a Dios existe", afirmó recientemente Maduro en la televisión estatal.

Con estas palabras, el socialismo del siglo XXI pasó de calificar al "dólar criminal" y de luchar para "pulverizarlo", a admitir que la dolarización "es una vía de escape", aunque la venezolana no tiene nada que ver con la boliviana, ecuatoriana o peruana.

Analistas económicos sostienen que el proceso de dolarización transaccional que ocurre en la economía venezolana, que está siendo permitida por las autoridades monetarias y financieras, les permite escurrir sus responsabilidades sobre las causas que genera la hiperinflación, la devaluación y la recesión económica. Además de su incapacidad para proveer de divisas y de bolívares en efectivo a la población.

"No es muy responsable pensar que esta dolarización es una válvula de escape. Desde la óptica gubernamental sienten un alivio, porque baja el compromiso de tener que proveer de dinero en efectivo en moneda nacional", afirma la economista Tamara Herrera, directora de la consultora Síntesis Financiera.

Explicó que de esta manera el gobierno retrasa la inminente necesidad de tener que volver a ejecutar una reconversión monetaria, luego que hace un poco más de un año se eliminaron cinco ceros al bolívar debido a la hiperinflación.

"Es un alivio porque resuelve algunos vacíos. Lamentablemente esta dolarización está ocurriendo de manera desordenada, desigual y no es equitativa porque no llega a todo los venezolanos, además no se sabe a ciencia cierta quién provee esas divisas y está generando un proceso de formación de precios enloquecido, la fijación de precios en dólares es muy dispar y desordenada", apuntó Herrera.

Sostienen que no es una solución ni siquiera con las ventajas que tendría una dolarización formal. "El gobierno está permitiendo cosas a medida que los deslastra de responsabilidades".
Aunque el BCV ha estado en los últimos meses entregando euros en efectivo a la banca nacional para tratar de bajar la presión sobre el mercado paralelo de divisas y así mantener estabilizada el precio del dólar, una gran cantidad de divisas de procedencia desconocida está inundando el sistema económico, por lo que el organismo no parece estar ejecutando una fiscalización sobre la llegada de estos recursos.

"En procesos de hiperinflación las divisas de otros países aparecen por necesidades de transacción de las personas de efectivo, una parte viene de las remesas, el Banco Central ha estado entregando a los bancos euros con la esperanza de estabilizar el precio del  paralelo y aparentemente podrían estar importando dólares y euros que llegan en barcos y aviones a través de convenios con Rusia, pero no sabemos las cantidades, su regularidad. También está la posibilidad de una porción que provenga de actividades ilegales y de que se aprovechen del momento para falsificar papel moneda extranjera", destacó la directora de Síntesis Financiera.

Caótico y desordenado
A juicio de Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, la actual dolarización en el país no es un proceso de flexibilización económica ordenada, ni mucho menos inserta dentro de un plan integral macroeconómico.

"El proceso de dolarización que vive Venezuela es caótico y no es una dolarización per se, porque no se ha asumido el dólar como la moneda de curso legal y tampoco es la moneda con la que trabaja el Estado, el Banco Central de Venezuela sigue emitiendo bolívares", dijo.

Señaló que esta dolarización transaccional en que los agentes económicos comienzan a usar el dólar como medio de pago es típica en economías que pasan por hiperinflación, ya que se pierde la confianza en la moneda local y no sirve como valor o para hacer pagos porque el cambio de precios es muy abrupto, por lo que las personas optan por tomar una moneda que les permita planificar mejor sus compras y su negocio.

De acuerdo a un reciente estudio de Ecoanalítica, se evidenció que en octubre pasado 54% de las transacciones en el país se pagaron con dólares, destacando la ciudad de Maracaibo en Zulia con 85%.

Oliveros afirmó -sin embargo- que la dolarización no resuelve los problemas de la economía venezolana, que los salarios en bolívares seguirán siendo precarios y con un país con ciudadanos de primera y segunda categoría.

"El anuncio de Maduro es reconocer algo que ya tiene tiempo pasando, desde hace dos años y medio. Mucha gente confía o cree que es es la solución, pero llevado de esta forma este proceso lo que termina generando es una terrible situación de exclusión social entre quienes tienen divisas y quienes no. Es decir, los que tienen divisas pueden hacer frente a comprar los productos cada vez más dolarizados; pero la gran mayoría de venezolanos se le sigue pagando en bolívares o manejan muy poca cantidad de dólares y la mayoría de los productos les son prohibitivos".
Al respecto, las estimaciones de Ecoanalítica revelan que 60% de la población no cuenta con ingresos en divisas. Efectivamente, el Estado se maneja casi totalmente aún en bolívares: paga salarios en moneda nacional a 3 millones de trabajadores públicos y a más de 3 millones de pensionados, además de los bonos que cancelan mensualmente a través del sistema patria.

"La dotación de bolívares en efectivo del Banco Central no ha estado exenta de problemas, lo que ha dificultado aún más su uso como medio de pago. No obstante, esto no implica que ya no se demande, dado que hay transacciones que inevitablemente deben realizarse por este medio", recalcó Ecoanalítica en un reciente informe.

Durante este año, el BCV se ha interesado en forzar una mayor estabilidad del tipo de cambio empleando, entre otras cosas, la venta de dividas en efectivo a la banca local. Tales ventas han empleado el euro como un mecanismo para mitigar las presiones cambiarias, en un entorno donde las sanciones de Estados Unidos al Banco Central limitan el acceso del ente emisor a los dólares como divisa usual en las transacciones locales.

"Este hecho hace parecer que, más allá de las restricciones operativas que pueda presentar el BCV para emitir mayor cantidad de bolívares, el mismo está interesado en mantener este desbalance entre flujo de bolívares/divisas en efectivo, favoreciendo así la dolarización de las transacciones y mitigando las presiones del tipo de cambio. Este interés en facilitar el uso de las divisas parece reconocer, desde antes de las últimas declaraciones dadas por Nicolás Maduro respecto a esta dolarización, el ´aval´ que los reguladores parecen darles a la ocurrencia de este fenómeno", acota el informe.

No obstante el aumento de este fenómeno, Tamara Herrera sostiene que ahora sí falta camino por recorrer para llevar a cabo un proceso de dolarización formal de la economía venezolana. "La dolarización tiene muchas exigencias antes de ser aplicada, pero la principal es que se cuenten con suficientes divisas y obviamente en estos momentos no se cuenta con ingresos en dólares y por lo tanto se tendrían que importar para poder cubrir las necesidades de la economía, por lo que en esta coyuntura política y con las sanciones no se puede llevar a cabo".

Explicó que cuando los países con hiperinflación deciden aplicar este proceso, primero ocurre la dolarización transaccional como la que ha estado ocurriendo de manera creciente en el país desde hace dos años, pero cuando se asume que se quiere tener un sistema de pagos en moneda extranjera y eliminar la propia moneda se tiene que llevar a un acuerdo con el país emisor y hacer la compra de efectivo necesario para contar con un cono con las cantidades necesarias.

El presidente de Fedecámaras, Ricardo Cusanno, coincide en que la dolarización está ocurriendo de forma anárquica y un reconocimiento de que las políticas económicas implementadas han sido equivocadas.

"Al principio decían que era casi delincuencial y al final terminaron aceptando que el mercado buscaba viabilidad, y que las políticas públicas macroeconómicas debilitaban el bolívar, además del hostigamiento a la producción privada que hacían compleja la estabilidad", dijo.

Sostiene que la dolarización transaccional ha servido para que el sector productivo pueda seguir operando y a la población a la cual tiene acceso a divisas seguir comprando bienes y pagando servicios; pero que necesita un andamiaje legal o una normativa para que le otorgue sustentabilidad.
"Es una realidad con la que nos toca vivir, pero esperemos que se tomen correctivos para que no haya mayores afectaciones. Ideológicamente debe ser muy duro tener que aceptar que el mercado siempre busca soluciones a sus contracciones o a los obstáculos que le fueron planteados", indicó el representante del sector empresarial.

Aurregulación
En sus declaraciones a la televisora estatal, Maduro afirmó que la economía venezolana pasa por un proceso de "autorregulación", el cual calificó también de positivo. Este punto contradice totalmente a la política de controles que ejecutó el chavismo durante casi 20 años. Pero pareciera que más por necesidad que por convicción, se ha visto obligado a flexibilizar la actividad económica.

"Cómo un río, la economía va tomando los espacios que se le va concediendo, la economía indudablemente ha reducido su tamaño y está tratando de sobrevivir por los resquicios que encuentra. El uso de la palabra autorregulación por parte del gobierno en estos momentos tiene vestigios de insinceridad, ya que esa permisividad del gobierno para que las personas y el sector productivo puedan resolver su subsistencia y realizar las actividades con relativa libertad, es porque el gobierno ya no puede sostener su propia política de controles, es decir, no hay una mea culpa de que han cometido un exceso de sobreregulación y que ahora lo están corrigiendo", afirmó Herrera.
El gobierno pasó de calificar al "dólar criminal" a admitir que la dolarización "es una vía de escape", aunque la venezolana nada tiene que ver con la boliviana, ecuatoriana o peruana

El proceso de dolarización en Venezuela o el aumento de los pagos con divisas para la compra de bienes que se ha dado en el último año, resultó ser para el mandatario Nicolás Maduro una "válvula de escape" que permite la viabilidad de la economía y, de retruque, le garantiza cierto grado de continuidad en el poder. Sin embargo, esta dolarización a la venezolana permitida por el gobierno ha sido un proceso desorganizado y anárquico que ha generado dos realidades: una parte de la población que maneja divisas y puede hacer frente a la hiperinflación, y otra en la que 60% de la población se maneja en bolívares que apenas le alcanza para sobrevivir.

"No lo veo mal, ese proceso que llaman dolarización puede servir para la recuperación y despegue de las fuerzas productivas del país y el funcionamiento de la economía: Gracias a Dios existe", afirmó recientemente Maduro en la televisión estatal.

Con estas palabras, el socialismo del siglo XXI pasó de calificar al "dólar criminal" y de luchar para "pulverizarlo", a admitir que la dolarización "es una vía de escape", aunque la venezolana no tiene nada que ver con la boliviana, ecuatoriana o peruana.

Analistas económicos sostienen que el proceso de dolarización transaccional que ocurre en la economía venezolana, que está siendo permitida por las autoridades monetarias y financieras, les permite escurrir sus responsabilidades sobre las causas que genera la hiperinflación, la devaluación y la recesión económica. Además de su incapacidad para proveer de divisas y de bolívares en efectivo a la población.

"No es muy responsable pensar que esta dolarización es una válvula de escape. Desde la óptica gubernamental sienten un alivio, porque baja el compromiso de tener que proveer de dinero en efectivo en moneda nacional", afirma la economista Tamara Herrera, directora de la consultora Síntesis Financiera.

Explicó que de esta manera el gobierno retrasa la inminente necesidad de tener que volver a ejecutar una reconversión monetaria, luego que hace un poco más de un año se eliminaron cinco ceros al bolívar debido a la hiperinflación.

"Es un alivio porque resuelve algunos vacíos. Lamentablemente esta dolarización está ocurriendo de manera desordenada, desigual y no es equitativa porque no llega a todo los venezolanos, además no se sabe a ciencia cierta quién provee esas divisas y está generando un proceso de formación de precios enloquecido, la fijación de precios en dólares es muy dispar y desordenada", apuntó Herrera.



Sostienen que no es una solución ni siquiera con las ventajas que tendría una dolarización formal. "El gobierno está permitiendo cosas a medida que los deslastra de responsabilidades".


Aunque el BCV ha estado en los últimos meses entregando euros en efectivo a la banca nacional para tratar de bajar la presión sobre el mercado paralelo de divisas y así mantener estabilizada el precio del dólar, una gran cantidad de divisas de procedencia desconocida está inundando el sistema económico, por lo que el organismo no parece estar ejecutando una fiscalización sobre la llegada de estos recursos.

"En procesos de hiperinflación las divisas de otros países aparecen por necesidades de transacción de las personas de efectivo, una parte viene de las remesas, el Banco Central ha estado entregando a los bancos euros con la esperanza de estabilizar el precio del  paralelo y aparentemente podrían estar importando dólares y euros que llegan en barcos y aviones a través de convenios con Rusia, pero no sabemos las cantidades, su regularidad. También está la posibilidad de una porción que provenga de actividades ilegales y de que se aprovechen del momento para falsificar papel moneda extranjera", destacó la directora de Síntesis Financiera.

Caótico y desordenado
A juicio de Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, la actual dolarización en el país no es un proceso de flexibilización económica ordenada, ni mucho menos inserta dentro de un plan integral macroeconómico.

"El proceso de dolarización que vive Venezuela es caótico y no es una dolarización per se, porque no se ha asumido el dólar como la moneda de curso legal y tampoco es la moneda con la que trabaja el Estado, el Banco Central de Venezuela sigue emitiendo bolívares", dijo.

Señaló que esta dolarización transaccional en que los agentes económicos comienzan a usar el dólar como medio de pago es típica en economías que pasan por hiperinflación, ya que se pierde la confianza en la moneda local y no sirve como valor o para hacer pagos porque el cambio de precios es muy abrupto, por lo que las personas optan por tomar una moneda que les permita planificar mejor sus compras y su negocio.

De acuerdo a un reciente estudio de Ecoanalítica, se evidenció que en octubre pasado 54% de las transacciones en el país se pagaron con dólares, destacando la ciudad de Maracaibo en Zulia con 85%.

Oliveros afirmó -sin embargo- que la dolarización no resuelve los problemas de la economía venezolana, que los salarios en bolívares seguirán siendo precarios y con un país con ciudadanos de primera y segunda categoría.

"El anuncio de Maduro es reconocer algo que ya tiene tiempo pasando, desde hace dos años y medio. Mucha gente confía o cree que es es la solución, pero llevado de esta forma este proceso lo que termina generando es una terrible situación de exclusión social entre quienes tienen divisas y quienes no. Es decir, los que tienen divisas pueden hacer frente a comprar los productos cada vez más dolarizados; pero la gran mayoría de venezolanos se le sigue pagando en bolívares o manejan muy poca cantidad de dólares y la mayoría de los productos les son prohibitivos".


Entrevista en TalCual Debates al economista Asdrúbal Oliveros

Al respecto, las estimaciones de Ecoanalítica revelan que 60% de la población no cuenta con ingresos en divisas. Efectivamente, el Estado se maneja casi totalmente aún en bolívares: paga salarios en moneda nacional a 3 millones de trabajadores públicos y a más de 3 millones de pensionados, además de los bonos que cancelan mensualmente a través del sistema patria.

"La dotación de bolívares en efectivo del Banco Central no ha estado exenta de problemas, lo que ha dificultado aún más su uso como medio de pago. No obstante, esto no implica que ya no se demande, dado que hay transacciones que inevitablemente deben realizarse por este medio", recalcó Ecoanalítica en un reciente informe.

Durante este año, el BCV se ha interesado en forzar una mayor estabilidad del tipo de cambio empleando, entre otras cosas, la venta de dividas en efectivo a la banca local. Tales ventas han empleado el euro como un mecanismo para mitigar las presiones cambiarias, en un entorno donde las sanciones de Estados Unidos al Banco Central limitan el acceso del ente emisor a los dólares como divisa usual en las transacciones locales.

"Este hecho hace parecer que, más allá de las restricciones operativas que pueda presentar el BCV para emitir mayor cantidad de bolívares, el mismo está interesado en mantener este desbalance entre flujo de bolívares/divisas en efectivo, favoreciendo así la dolarización de las transacciones y mitigando las presiones del tipo de cambio. Este interés en facilitar el uso de las divisas parece reconocer, desde antes de las últimas declaraciones dadas por Nicolás Maduro respecto a esta dolarización, el ´aval´ que los reguladores parecen darles a la ocurrencia de este fenómeno", acota el informe.

No obstante el aumento de este fenómeno, Tamara Herrera sostiene que ahora sí falta camino por recorrer para llevar a cabo un proceso de dolarización formal de la economía venezolana. "La dolarización tiene muchas exigencias antes de ser aplicada, pero la principal es que se cuenten con suficientes divisas y obviamente en estos momentos no se cuenta con ingresos en dólares y por lo tanto se tendrían que importar para poder cubrir las necesidades de la economía, por lo que en esta coyuntura política y con las sanciones no se puede llevar a cabo".

Explicó que cuando los países con hiperinflación deciden aplicar este proceso, primero ocurre la dolarización transaccional como la que ha estado ocurriendo de manera creciente en el país desde hace dos años, pero cuando se asume que se quiere tener un sistema de pagos en moneda extranjera y eliminar la propia moneda se tiene que llevar a un acuerdo con el país emisor y hacer la compra de efectivo necesario para contar con un cono con las cantidades necesarias.

El presidente de Fedecámaras, Ricardo Cusanno, coincide en que la dolarización está ocurriendo de forma anárquica y un reconocimiento de que las políticas económicas implementadas han sido equivocadas.

"Al principio decían que era casi delincuencial y al final terminaron aceptando que el mercado buscaba viabilidad, y que las políticas públicas macroeconómicas debilitaban el bolívar, además del hostigamiento a la producción privada que hacían compleja la estabilidad", dijo.

Sostiene que la dolarización transaccional ha servido para que el sector productivo pueda seguir operando y a la población a la cual tiene acceso a divisas seguir comprando bienes y pagando servicios; pero que necesita un andamiaje legal o una normativa para que le otorgue sustentabilidad.

"Es una realidad con la que nos toca vivir, pero esperemos que se tomen correctivos para que no haya mayores afectaciones. Ideológicamente debe ser muy duro tener que aceptar que el mercado siempre busca soluciones a sus contracciones o a los obstáculos que le fueron planteados", indicó el representante del sector empresarial.

Aurregulación
En sus declaraciones a la televisora estatal, Maduro afirmó que la economía venezolana pasa por un proceso de "autorregulación", el cual calificó también de positivo. Este punto contradice totalmente a la política de controles que ejecutó el chavismo durante casi 20 años. Pero pareciera que más por necesidad que por convicción, se ha visto obligado a flexibilizar la actividad económica.

"Cómo un río, la economía va tomando los espacios que se le va concediendo, la economía indudablemente ha reducido su tamaño y está tratando de sobrevivir por los resquicios que encuentra. El uso de la palabra autorregulación por parte del gobierno en estos momentos tiene vestigios de insinceridad, ya que esa permisividad del gobierno para que las personas y el sector productivo puedan resolver su subsistencia y realizar las actividades con relativa libertad, es porque el gobierno ya no puede sostener su propia política de controles, es decir, no hay una mea culpa de que han cometido un exceso de sobreregulación y que ahora lo están corrigiendo", afirmó Herrera.



Destacó que un ejemplo de esa incapacidad es la excesiva restricción al crédito para poder controlar el precio del paralelo, de la única forma en la que saben controlarlo y "es asfixiando los bolívares en la economía, por eso creen que hay un alivio al permitir la dolarización".
Tomada de: TalCualDigital

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